capitulo 14

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El día más esperado por fin llegó. Peter estaba feliz de estar con ella y lo mejor pasar tiempo solo ellos dos. En su mente tenía todas las cosas que deseaba y tenía planeado para que su hermosa novia se la pasara muy bien.

Se despidió de Julia y salió de la casa, metió  su bolso con el maletero. Subió al auto, y condujo hasta la casa de Lali.

Lali estaba muy emocionada. Pero a la vez nerviosa, porque pasar a sola con Peter seria algo raro, pero le tenía confianza a él y sabía muy bien que no haría algo que ella no quisiera.  

Estaba revisando lo que llevaría, tal vez lo hace para no tener que pensar y ponerse más nerviosa de lo que estaba. Peter no tardaba en pasar por ella, ya le me envió un mensaje. Sabia que estos días serán muy especial para ella.

Fue a la cocina y se sirvió un poco de agua. Ya había dejado todo apagado, y le había dejado las llaves a la vecina para que revisara su casa mientras no estuviera. Estrella no la había llamado aunque sabía que era porque se estaba diviertiendo.

Escuchó el timbre y dejó el vaso en la mesa. salió corriendo emocionada. Al abrir la puerta; lo vio y se tiró a los brazos de él, dándole un beso. Al separar lo vio sonreír.

— Me gusta este recibimiento, ¿nos vamos?

— Sí, solo voy por mis cosas.

Tomó su mochila y revisó por última vez la casa antes de cerrar. Peter tomó su mochila y la metió en el maletero del auto.  Subieron y él arrancó; comenzando a conducir. 

Lali se relajó en el asiento y miró por la ventana. Recordó los viajes que hacia con sus padres y sonrió tristemente, ya que eran bueno esos tiempos donde la pasaba entre risas. La vida fue dura, pero no era tiempo de pensar en cosas triste, si no de ver el futuro. Un futuro en donde estaba Peter, su hermana y sobre todos las amigas que tenía y los amigos que hizo.

— ¿Me vas a decir adónde vamos? — prefirió hacer conversación para no seguir pensado en cosas tristes.

— Es sorpresa. — fue lo único que le dijo.

— Daaaaale..., amor, dime. — le hizo puchero. — quiero saber. Aunque sea dame una pista. — rogó.

— No me hagas esa carita que me vuelve loco, pero te diré una pista para que estés tranquila.

Ella asistió emocionada. Peter sonrió y dijo: 

— La pista es que te va encantar. Listo ya tienes la pista. 

— ¡Ey! eso no es una pista, no seas cruel y dime.

— Ten paciencia nena. Ya no me distraiga que estoy conduciendo y es peligroso. Solo te digo que te va a encantar.

— Okay, no voy a preguntar.

Volvió a ver por la ventana y poco a poco se empezó a quedarse dormida.

Peter sonrió al verla de reojo lo tierna que se veía. Se veía tan tierna dormida, no. Tierna no. Más bien se veía aumente hermosa. Se concentró en la carretera y siguió conduciendo.

Lali empezó a removerse al sentir como la movían levemente. Abriendo los ojos poco a poco, miró a Peter que la miraba con una sonrisa.

— Despiertas amor.

— ¿Ya vamos a llegar?

— Más bien, ya llegamos.

Se incorporó y estirándose; salió del auto. Miró una hermosa casa, pero al girar abrió los ojos sorprendida al ver en donde se encontraban.

— Estamos en la playa... — lo miró emocionada.

— Sí. ¡Sorpresa! En unas de nuestras conversaciones, me dijiste que amabas el el mar.

Asistiendo sintió como sus ojos se llenaban de lágrimas, pero las contenía.

— Es hermoso, gracias por traerme. Te amo. — se puso de puntillas y dándole un beso volvió su vista al mar.

— Estamos en la casa de mis abuelo. Ellos decidieron comprarla ya que amaban la tranquilidad y tener cerca el mar. Cuando murieron, me la dejaron a mi. Aquí venia de chiquito y la pasaba con ellos. — dijo con nostalgia.

— Lo siento mucho amor. Te amo y gracias por traerme aquí  me encanta. Conocer el lugar que te gusta.

— Quiero darte y que conozca todo lo que me gusta y saber lo que a vos te gusta.

— Esto es algo que me gusta. Mis padres nos traían a mi hermana y a mí, a la playa. Era un pasatiempo que amaba. Eramos tan felices, Estrella solo tenía un año, pero y yo era apenas una niña. Mi padre me cargaba en su hombro y se metía conmigo al mar, mientras mi mamá estaba en la orilla con mi hermana. Me encantaba que mi padre me llevará en lo profundo y me hacía flotar. Después de estar un rato en el agua; caminábamos por la playa. Yo agarrada de las manos de ellos y mi pequeña Estrella cargada por mi madre. — El la escuchaba atento a cada palabra de ella. Y veía la felicidad y tristeza mezclado en su rostros. — siempre desee un amor cómo los de mis padres. — lo miro y sonrió —  ahora lo tengo,  gracias a tí se lo que es amar y que me amen, Gracias Peter gracias por amarme.

—  Es que no solo te amo. Te adoro, te deseo, eres mi vida. — la carga dando giro con ellas. — ¡Te amo Mariana Esposito! — gritó a todo pulmón.  — eres la mujer de mi vida, lo eres todo para mí.

— ¡Yo también te amo! — gritó ella de igual forma. — te amo con todo mi ser. Eres el hombre que siempre soñé conocer y ahora te tengo. Nunca dejes de amarme Peter, ámame en cada momento.

Se miraron a los ojos. Comenzaron acercarse hasta unir sus labios. Comenzando un beso suave y lleno de amor. Sólo importaban ellos dos, nadie más.

 No me puedo enamorar. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora