Capitulo 18.

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Peter no podía dejar de pensar en lo que su padres quería decirle, no le gustaba para nada esa llamada. Él nunca pudo evitar sentir un alejamiento con ellos, ya que siempre lo dejaron solo. Ellos preferían las salidas con los amigos o los negocios y él no encajaba en eso. Paso de los años, comprendió que debía dejar de sentirse triste porque su padres no le prestaban atención.

Salió con Paula para que sus padres se sintieran orgullosos, pero él no se sentía bien. Sólo miraba a Paula cómo una amiga nada más, pero sabía que las dos familias se iban a unir. Para él fue lo más tranquilizante saber que Paula se iba y cuando no hubo ni una sola señal de ella, supo que ya su relación había acabo. Su padre le dejó a cargo de la empresa y ellos se fueron de viajes y aunque era extraño hablar con ellos, sabía que cuando se ponían en contacto con él, era porque algo pasaba.

Toda la noche pensando en eso, pero a la vez pensando cómo adelantar las propuesta de matrimonio. Por eso se puso en contacto con la persona que estaba haciéndose cargo de todo.

Estaba tan ido en sus pensamientos que no escuchó bajar a Lali. Sintió una mano en un hombro y giró sonriendo hacia ella.

— Amor, ¿te pasa algo?

— No pasa nada, bueno si pasa algo. Mi padre me acaba de llamar y tenemos que regresar mas pronto de lo que planeaba.

— Bueno. — Ella no pudo evitar que su voz sonara desilusionada.

— No te pongas así — la tomó de la cintura. — para que mi padre me hablé debe ser importante ya que nunca lo hace por algo bueno. Te prometo que estos días que pasemos juntos serán lo mejor y después vendremos junto a tu hermana para pasarla de lo mejor.

— Te entiendo, no te preocupes. — le dió un beso en la mejilla. — yo te entiendo cariño y no importa que regresemos antes de lo planeado. Sólo me importa estar junto a ti, sea aquí o en cualquier parte.

Lali entendí lo importante que era para Peter poder hablar con su padre, ya que le ha contado lo difícil que fue no tener la atención y el cariño de ellos.

Juntos hicieron el desayuno y después salieron caminar por los alrededores.  Le encantaba cuan atento era él. Entraban a las tiendas y Peter no perdía la oportunidad de comprarle cosas a ella y a Estrella, era muy considerado.

Cuando llegó el último día que estarían en la casa de los abuelos de él. No pasaba desapercibida ante lo extraño que se estaba comportando esos días. Y más el último día que estarían en la casa. Sentía que ocultaba algo, pero no sabía cómo averiguarlo.

Peter estaba al tanto de todos los preparativos, para pedirle matrimonio. Aunque sabía que Lali sentía que algo pasaba hacia todo lo posible por evitar que se diera cuenta antes de lo planeado.

Ese día salieron  a ver por última vez los lugares que habían frecuentado. Después fueron a dar un paseo por la playa. Ya que era su último día. Los días que pasaron fueron maravillosos para él, tanto como para ella. Cuando cayera la noche, le daría la sorpresa.

Abrazados miraban como el sol se iba ocultando. Ya estaba todo preparado, estaba nervioso y a la vez emocionado ya que faltaba poco para pedirle casamiento.

— Amor ya que hoy es nuestro último día aquí. Te quiero llevar a otra parte.

— Pero acabamos de llegar y quiero descansar.

— Amor solo falta algo. — ella lo miró sin entenderle. — Quiero que este día sea especial para vos.

— Peter, estos días lo han sido, no tienes que darme nada más. No te niego que me da tristeza ya que mañana tendremos que volver, pero te aseguro que me has hecho sentir muy feliz. Hice cosas que nunca imaginé hacerlas, ya que siempre tuve muchas responsabilidades, y conocerte a ti las he hecho realidad.

— Cariño. — le beso los nudillos de la mano. — te juro que está sorpresa es algo importante para nosotros, será un antes y un después para nosotros.

— Está bien, iré a cambiarme entonces, ya que estoy muy sudada. — Se puso de pie. — Pregunta: ¿por qué a esta hora de la noche? ¿Dónde iremos?

— Es sorpresa cariño. En tu cuarto hay un regalo para ti. — dijo cuando entraron a la casa.

Sonriendo ella fue al cuarto, al entrar, miró la caja en la cama. acercándose; la abrió y miró el  hermoso vertido color blanco y unas zapatillas del mismos color, tenía la medida exactas.

Dándose un baño. Se arregló lo mejor que pudo, se miró al espejo y sonriendo. Volvió con Peter. Lo miró cautivada al ver que estaba ya arreglado. Se le secó la garganta al ver como él la mirada cautivado.

— Te ves hermosa. — le dijo cuando llegó junto a él.

— Gracias mi amor. Vos estás también muy guapo.

— Vamos — le ofrece su brazo. — te llevaré a la noche más mágicas que hayas tenido.

Aceptando su brazo, bajaron a la playa y caminaron un cuántos metros, ella no había venido al extremo de esa parte de la playa. Ya que Peter le había dijo que no podía. Quedó sorprendida de ver una carpa con almohadas y con focos para alumbrarla. Ella miró a Peter con una sonrisa maravillada. Se veía todo como en un cuento de hadas. 

— Peter, esto es hermoso......

— Sabia que te iba a gustar. — entraron a la carpa. — sabía que te gustaría.

— Gracias..... es todo tan hermoso por dentro. — se sentaron en los almohadones.

Comieron algo en silencio. Después Peter sirvió dos copas de champagne y bebieron, aunque para Lali era extraño probar bebidas como esas. Le pasó unas fresas con chocolate y ella tomó una maravillada.

— Esto es tan hermoso. — suspiró encantada mientras mordía la fresa.

— Hay que brindar. — le llenó la copa.

— ¿Por qué vamos a brindar? — agarró la copa.

— Por la razón que conocí al amor de mi vida y no quiero perderla nunca.

— Nunca me perderás, amor. Pero yo también quiero brindar por eso.

Bebieron de su copa. Tomando el valor que necesitaba, Peter se puso de pie le tendió la mano; ella aceptó encantada, y comenzó a sonar una hermosa melodía que la bailaron lentamente.

Lali puso su cabeza en el hombro de él. Sentía una paz que nunca había sentido, se dejaba llevar por él y deseaba que nunca la soltara.

— Lali. — escuchó llamarla. Levantando la mirada, lo quedó viendo.— Desde que te conocí supe que eras la indicada para mí, te amo con todo mi ser y nunca me imaginé amar a una mujer cómo te amo a ti. Siempre pensé que el amor no existía, que solo era una simple palabra que utilizaban, pero que no era real. — ella lo escuchaba atenta. — Esto lo estuve ensayando muchas veces. Ya  hoy me siento listo para decirlo. — él se puso de rodillas. — Lo que te quiero decir: te amo con todo mi ser y tu me harías el hombre mas feliz del mundo. — sacó la cajita. — Lali, ¿quieres ser mi esposa? — mostró el hermoso anillo de diamantes.

Ella se llevó una mano a la boca sorprendida de que él le estaba proponiendo matrimonio, pero no sabia si aceptar ya que él todavía no sabia nada de su vida. Era un paso muy grande para los dos y todavía habían muchas cosas que aclarar entre ellos, más bien, ella debía decirle toda su verdad a él.

¿Cómo darle una constelación cuando sentía miedo de contarle la verdad?

Peter estaba nervioso de ver que ella estaba con la mirada perdida. No era bueno eso, ya que cuando alguien se tardaba de contestar; era porque no estaban seguros de lo que sentían.

— ¿Lali? ¿Qué dices? — pidió con la voz temblorosa. — ¿Aceptas?

 No me puedo enamorar. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora