2

312 29 9
                                    

~Poncho~

Llego a casa alrededor de las siete de la tarde, con tiempo para darme una ducha e ir a cenar temprano con mis dos mujeres.
Dejo mi maletín y la llave y me acerco a mi esposa que esta algo nerviosa, sentada en el sofá con las manos en la cara.

—¿Any? — Hablo bajo pero parece asustarse. Se incorpora y me mira como si hubiese visto un fantasma. Sus ojos estan hinchados y me acerco a ella. —No entiendo nada ¿Qué sucedió?

—Perdóname — Llora abalanzándose a mis brazos. La atrapo y rodeo su frágil cuerpo pegándola a mi pecho. Acaricio su cabeza y le beso el cabello.

—¿Qué tengo que perdonarte? — Pregunto sin entender aún.

—Te amo. Te amo a pesar de todo, tú eres el amor de mi vida, eres mi primer y único hombre, el padre de mi hija. A pesar de las discusiones y aunque las cosas no sean como antes, Alfonso, quiero que sepas que te amo y siempre te amaré — Confiesa mirándome a los ojos, aún abrazada a mí. Sigo sin entender por qué me dice todo eso.

—Yo también te amo Anahí. Pero... ¿Qué sucede? — Me mira fijamente, su rostro está empapado en lágrimas, lágrimas que seco con mis dedos.

—Yo... — La puerta se abre y nuestra hija aparece detrás. Any me suelta y seca sus lágrimas. Miro a Kayra que fulmina a su madre con la mirada, mientras que mi esposa no le dedica ni una mirada.

—Pa — Habla. —¿Me esperas tantito? Tuve que ir a casa de Sofía para terminar unas cosas de la escuela, en media hora estaré lista — Añade sin dirigirle la palabra a Anahí. Cada segundo que pasa entiendo cada vez menos.

—¿A dónde van? — Pregunta Anahí.

—A cenar. Los tres vamos — Respondo.

—Papá... ¿Cuándo tendremos una cena de padre a hija? Solos —Pregunta y enfatiza la útlima palabra.

—Kayra... No sé que pasó con tu madre, pero ella irá con nosotros. Somos una familia — Declaro. —Hace mucho no cenamos afuera, así que las dejo y se preparan. Iré a ducharme — Me dirijo hacia las escaleras pero me freno. —Any, luego hablamos ¿si?

~Anahí~

Intento acercarme a mi hija, pero ella hace un paso hacia atrás y luego se dirige a su habitación. La sigo. Necesito hablar con ella para, aunque sea, tener una cena en paz.
Entro a su habitación y la encuentro buscando ropa en su closet.

—Hija...

—Kayra. Para ti soy Kayra — Reprime con voz fría.

—Eres mi hija así lo quieras o no. Necesitamos hablar — Respondo con un tono más serio.

—Tienes razón, así me guste o no, eres mi madre — Acepta —No tenemos nada que hablar. No le diré nada a papá, y supongo que Maite te habrá contado el trato. Tienes hasta el domingo. ¿Te puedo pedir algo? — Pregunta mirándome y dejando de revisar su armario.

—Claro.

—No lo hagas ahorita. Quiero tener una linda cena con papá ¿si? — Pide. Asiento conforme.

—Quiero pedirte perdón... — Comienzo.

—¿Por haberme chocado con una imagen tan repugnante? — Cuestiona fríamente con desapego. —Ni tu perdón podrá borrarme de esta cabeza esa escena tan desagradable — Suelta con furia. —¿En tu oficina mamá? ¿Dónde podemos entrar tanto mi padre como yo? — Ríe con sarcasmo y arroja su blusa, sentándose en la cama con furia. —¿Por qué mamá? — Pregunta. Me siento a su lado y tomo su mano, pero ella la quita en cuestión de segundos.

Relato: Una y Otra Vez | Anahi y Alfonso Herrera | Donde viven las historias. Descúbrelo ahora