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~Poncho~

Ante la confesión de Tony el juicio fue mucho más fácil y los cargos fueron presentados más rápidos. Tanto Tony como su hermano, el cómplice de aquella vez y el Doctor fueron encarcelados y hoy sentíamos algo de tranquilidad.
México nos traía muchos malos recuerdos, necesitábamos volver a comenzar una vida tranquila, sin preocupaciones, sin el temor constante de que nuestra familia volviera a ser atacada.
Llego a casa y me encuentro a mi esposa y a mis hijas mirando unas bolsas de ropa de color azul. Me ven llegar y cada una me dedica una sonrisa, luego tres pares de ojos azules se clavan en el sobre que llevo en las manos.

—Venga, quiero platicar algo con ustedes — Tomo asiento y ellas se acercan. Dejo el sobre en la mesita ratona de la sala, frente a mí, y entrelazo mis dedos y las miro fijamente.

—¿Qué pasa Poncho? — Any se asusta, y lo que menos quiero es que se asuste. Tuvo amenazas de parto durante este tiempo y no quería que lo volviera a pasar.

—Tranquila Any, no es nada grave, quizás es algo que les va a gustar — La tranquilizo. Me miran atentas y carraspeo. —Hemos vivido muchas cosas malas, y noto que ustedes aún no se sienten seguras por más que estos tipos estén en la cárcel... — Comienzo.

—Es que, el miedo de que se escapen siempre está — Reclama Kayra. Ella es sin duda la más afectada y noto que no es capaz de llevar una vida normal aún.

—Por eso, pensando en ustedes, en su bien y en el de su hermano que está por nacer... les tengo una propuesta — Añado. Tomo el sobre y saco cuatro pasajes. Any los mira y los toma en sus manos.

—¿Argentina? — Pregunta sorprendida.

—No queda muy lejos, ni tampoco tan cerca. Es un país muy bonito, y me dijeron que el Sur de ese país es maravilloso y muy tranquilo, hay aire puro y... es un perfecto lugar para vivir. Me gustaría que nos vallamos a vivir allí, no sé si definitivamente, pero quizás por unos meses o unos años hasta que todo vuelva a ser como antes, hasta que ustedes se sientan seguras y curadas del trauma que vivieron — Explico. Bianca y Kayra miran los folletos del lugar, maravilladas aunque indecisas.

—¿Qué pasará con nuestras vidas? El colegio de las niñas, mi trabajo, el tuyo... nuestra familia y nuestros amigos.

—Podremos venir a visitar, o ellos podrán ir si quieren. Eso no es problema. Any, tú puedes conseguir trabajo muy fácilmente aunque no es necesario, quiero que te ocupes de nuestro bebé y de las chicas... además tenemos el suficiente dinero para vivir cómodamente por años. Y en cuanto a mi trabajo, pedí un traslado y apenas pise suelo argentino tendré trabajo. Eso es lo de menos — Explico teniendo todo calculado. Any mira a  nuestras hijas y éstas se miran entre sí.

—Yo no me siento segura en este país, no soy capaz de salir acompañada a la calle, ni menos que menos sola. Siento que me los puedo encontrar en cada parte, detrás de un árbol, detrás de un coche o caminando detrás de mí... y México ya no es seguro para mí mientras ellos vivan en el mismo país que yo. Así que... — Kayra suspira —Estoy de acuerdo contigo papá, y quiero probar una vida allí, en Argentina — Finaliza. Any mira a Bianca.

—Y voy con ustedes al fin del mundo, son mi familia y no quiero separarme más tiempo de ustedes. Fueron suficientes quince años. Ya no. Los sigo a donde sea — Expresa Bianca. Entonces esperamos a Any.

—Bueno yo... Me costará adaptarme a otro país, sobre todo porque aquí dejo muchas cosas a parte de mis amigas. Extrañaré, pero quiero la seguridad de mi familia, y si es un lugar seguro... entonces acepto — Sonrío y mis hijas se abrazan. Sin embargo no veo a Any muy segura.

—Any...

—Me hubiese gustado que Ian naciera aquí, en su país, en nuestro país, que mis padres y nuestros amigos lo conocieran... pero faltan dos meses para que llegue y quiero comenzar con nuestra nueva vida lo antes posible, así que... me acostumbraré — Culmina con un suspiro y sonriendo. Nos paramos y las gemelas y yo la abrazamos prometiéndole que todo estará bien y que volveremos a empezar sin preocupaciones ni temores.

Relato: Una y Otra Vez | Anahi y Alfonso Herrera | Donde viven las historias. Descúbrelo ahora