Capítulo 40: CENANDO CON ROMEO!!!

1.5K 95 12
                                    

-Bueno, creo que me merezco una explicación

-De que hablas? —preguntó Romeo—

-De esto, si querías una cena conmigo, me la hubieses pedido vos, no mandar a tu hijo —contesté—


Él me miró y comenzó a reírse... no entendía que era lo que le hacía gracia.


-Creo que te estás confundiendo —dijo sonriendo—

-Entonces explícame —respondí—

-Yo no quería una cena contigo, ni tampoco le pedí a Alex nada, esto fue idea de él —contestó—

-Entonces, tú sabías? —pregunté—

-NO!!, él me pidió que viniera, pero no sabía que vos ibas a estar aquí —contestó serio—

-No te creo —respondí—

-Créeme —contestó—

-Es difícil creerte ..

-Tan mentiroso soy? —preguntó con una sonrisa de lado—


Quedé embobada viéndolo.


Llevaba pantalones negros, un remera blanca, junto a un saco gris, y zapatos negros. Se veía hermoso.


Esa sonrisa me hacía volverme loca, me llevaba al cielo ida y vuelta, era la más hermosa que mis ojos hayan podido ver.


Su mirada seductora, fulminante, y penetrante, era lo que más nerviosa me hacía poner.


Tenía inmensas ganas de besarlo, sólo quería acercarme a él y rozar sus labios con los míos, para luego profundizar nuestro beso y no separarnos más.


Necesitaba saber si esos labios sabían de la misma manera que la última vez, necesitaba comprobarlo yo misma.


-Te hice una pregunta —dijo—

-S.. si.. eres un mentiroso —contesté nerviosa—

-Muy mentiroso? —preguntó acercándose a mí—


Sin duda que la presencia de Romeo hacía que se me aceleré el corazón, y ponerme más nerviosa de lo normal.


Su boca estaba muy cerca a la mía, podía sentir su aliento, sólo quería que me bese... y estaba a punto de hacerlo... sólo nos separaban centímetros... sólo quería probar sus labios otra vez...


Sus ojos penetraban los míos, era una mirada profunda, fulminante, sus ojos negros transmitían deseo, estaban más brillantes que nunca.


-Permiso, aquí esta la cena —dijo el mozo, dejando nuestros platos encima de la mesa circular—


Romeo se alejo de mí, no sin antes darle una mirada fulminante al mozo.


¿Que hubiera pasado si el mozo no hubiese llegado?


Seguramente hubiese pasado algo de lo cuál me arrepentiría, esto estaba mal, muy mal, no quería volver a cometer el mismo error que cometí.

Mi gran sueño... Romeo Santos [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora