Capítulo 29

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Eva Coleman

Ha pasado una semana desde que maté a Gabriela, James me secuestró y ni sé dónde diablos estamos.

He estado pensando en todo últimamente pero específicamente, en Serkan y en Erick. ¿Habrán encontrado a Serkan?, ¿está muerto u..ni pensarlo. ¿Cómo estará mi hijo? Por lo menos, se que Andrea y Elena, lo tienen a salvo.

Aveces, quisiera devolver el tiempo aunque no se pueda. Es inútil.

He intentado escapar dos veces pero James siempre está al asecho. Es imposible escapar de donde no conoces el lugar.

James, me tiene amarrada en una silla sin poder moverme. Solamente me desata cuando se quiere duchar conmigo, cuando quiero ir al baño y aveces cuando vamos a comer. Estoy resignada.

La puerta se abrió dejando ver a un James sonriente con una bandeja en manos. Maldito desgraciado no puede negar lo bien que se ve aunque sea mi secuestrador.

— Buenos días, preciosa —puse los ojos en blanco.

— ¿Qué tienen de buenos?—pregunté de mala manera.

— Alguien se despertó de mal humor —comentó divertido mientras me desataba.

— ¿Qué mosca te pico que me estás desatando?—le pregunté y él me miró por unos segundos con sus ojos miel verdosos.

— Solamente te desatare las manos porque te has portado bien conmigo —dijo soltándome la soga que tenía en los hombros—. Vamos a desayunar.

— No tengo hambre —me miró.

— Tienes que hacerlo, debes de comer —me quede mirándolo.

— ¿Cuanto tiempo me tendrás así? Sabes que tarde o temprano van a descubrir dónde estamos y...—me interrumpió.

— Todo depende de ti...y nadie hará nada porque Serkan debe de estar muerto después de que Gabriela le diera ese veneno —mis ojos se aguaron de solo pensarlo.

— ¿Conocías a Gabriela?—le pregunté para ver si eran cómplices o se conocían. Negó con la cabeza.

— Obviamente no la conocía, solo la había visto como dos veces —frunció el ceño—. ¿Crees que todo esto fue planeado? No lo puedo creer.

— No, yo...—me interrumpió para darme jugo de naranja.

— ¿Tiene veneno?—pregunté para escuchar la risa de James en toda la habitación.

— Soy incapaz de matar a la mujer que amo —besó mis labios—. Ya que, te dignaste a hablar conmigo. Hablaremos de todo un poco.

— ¿Porque sentí que después que llegó Serkan y que mataron a la detective, te volviste obsesivo y celoso conmigo?—le pregunté. James soltó un suspiro.

— Eres la garantía de mi vida, Eva. ¿Acaso quieres que me maten como a la detective?—preguntó con una sonrisa.

— ¿Porque me dijiste que las cosas no son como creo y luego casualmente secuestraron a Erick?—cuestione.

— ¿Leíste la carta que te dejo tu padre?—fruncí el ceño al recordar la carta que Serkan me había enseñado.

— ¿Qué tiene que ver la carta en todo esto?—pregunté.

— En la carta, tú padre te explicaba porque hizo todo lo que hizo en tu vida para que al final estuvieses conmigo y que yo pueda aprovechar la oportunidad —me explicó.

— ¿Sabías todo esto?—pregunté sin poder creerlo.

— Una parte, no toda la historia y créeme que me sorprendió muchísimo que Álvaro haya metido en la cárcel a Serkan para que estuviésemos juntos y realmente, lo había pensado desde que me confesaste que estabas embarazada —abrí la boca—. Quise decirte la verdad pero no iba a servir de nada contarte para destruir algo que habíamos vivido. Quiero aclararte que tu padre me dio instrucciones.

— ¿Mataste a la detective?—le pregunté.

— Tú padre mandó a matarla porque ella no quería seguir con el plan —fruncí el ceño.

— Hablas como que mi padre está vivo, James.

— La detective le debía un favor a tu padre por esa razón seguramente descubrieron que estaba suspendida cuando arrestó a Serkan —ahora todo concuerda—. Yo no la maté, te lo juro y por eso te tengo aquí para que no me hagan lo mismo.

— James, nadie te va a matar. ¡Abre los ojos! —dije poniendo mis ojos en blanco—. Seguramente te amenazaron pero mi papá está muerto y lo sabes. Es inútil que me tengas secuestrada si sabes que no te amo.

— Sé que no me amas y menos después de tener un hijo de ese —dijo comiendo su desayuno para darme

— Sabía que no era lo mismo desde que conocí a Serkan —el me miró—. También descubrí que mi padre sabía que estaba Estambul y por esa razón llegaron al apartamento ese día.

— No estaba de acuerdo con eso pero tu padre me convenció monetariamente y además me aseguro que estarías a mi lado nuevamente —dijo calmado. Subió sus hombros.

— Serkan, tenía toda la razón —susurré.

— Pero tú no le creíste en el momento que debías de hacerlo y sé que encontraste los documentos de tu padre, en el despacho donde estaban las cajas —me confesó.

— ¿Sabias que los iba a encontrar?—pregunté y negó con su cabeza.

— No pero las mentiras no duran para toda la vida —subió sus hombros—. Pero aquí estamos.

— Eso veo —susurré.

— ¿Porque todo debió de ser de esta manera?—preguntó recogiendo todo.

— Porque así lo quiso el destino, James —lo miré—. No tiene sentido de que tengas a una mujer secuestrada que no te ama por culpa de mi padre. Debes de dejarme libre, debes de hacer tu vida antes de que te encuentren y te hagan algo.

Se acercó a mi para besarme mientras trataba de luchar contra sus labios pero era inutil. Me dio un último beso para llevar todo lo de la bandeja, me imagino que a la cocina.

Escuché sus pasos y se detuvo en el marco de la puerta.

— James, estás sogas me incomodan, suéltame por favor —le pedí y se rió un poco—. Serkan, debería de...

— Preciosa, los muertos no salen —dijo divertido.

— Hola, vengo del infierno —comentó...espera ¿Serkan?

James levantó sus manos en forma de defensa para entrar lentamente y ver a Serkan. Sonreí al verle vivo y se que no estaba alucinando. Era él.

— Serkan... —dije sorprendida y sus ojos mieles se posaron en mi.

Se distrajo por un momento y James le arrebató la pistola pero Serkan le dio una trompada mandándolo al suelo.

Se acercó rápidamente para desatarme y al soltar mis manos, tome su rostro entre mis manos mientras mis ojos se aguaron rápidamente.

— Estás vivo...—susurré con una sonrisa y me besó varias veces.

— Vengo a llevarte a casa mi amor —me dio un corto beso para quedarse congelado.

Se levantó con las manos alzadas porque James le apuntaba con la pistola.

— James, no lo mates por favor —le dije con ojos aguados.

— Eso no está en discusión preciosa —dijo y Serkan le quitó la pistola al girarse.

Todo pasaba muy rápido: James le dio a Serkan mandándolo al suelo. Serkan se levantó para caerle a golpes a James, mientras esté le ahorcaba.

Dieron vuelta y ahora Serkan ahorcaba a James mientras esté lo golpeaba mientras yo gritaba que pararan.

— Maldito te voy a matar —le gritó James a Serkan.

— Yo te voy a matar —le gritó Serkan a James para darle vuelta.

Serkan se levantó como pudo para buscar la pistola pero James le agarró mientras apuntaban hacia arriba pero se movían muy rápido.

Todo muy rápido.

Sonó un disparo y todo se quedó en silencio. Serkan y James se miraron. Mis ojos se aguaron.

— ¿Serkan?, ¿James?—pregunté al borde del llanto.

Señora Bolat | 2da Temporada |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora