El cometa de mi deseo

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Esa noche no se me olvida y me tortura día, tarde o noche.

Alemania - reprochó al encontrarlo prácticamente inconsciente en un bar.

Se sentó a lado de él - ahora que sucedió? - pregunto moviendo lo un poco.

Chile? - pregunto aturdido.

No sé supone irías a ver la lluvia de estrellas? - pregunto arrastrando las palabras se veía que había bebido mucho ese día más que nada por qué no era un a persona fácil de embriagar

No vas a contestar lo que te pregunté? - indagó

No es nada fuera de lo normal Chile - desvío la mirada.

Aún quiere que te hagas cargo de su empresa como lo hizo tu hermano? - pregunté

Si - contestó seco - y también... Quiere que... - estaba indeciso si decirme o no -

Que más? - me dió curiosidad

Quiere que le dé herederos - soltó con la mirada agachada.

Herederos? Te refieres a hijos? - pregunté - eso que tiene de malo? -

Que me gusta un hombre que no puede darme los - dijo con tristeza.

Te gusta alguien? - eso sí me sorprendió era la primera vez que mucho tiempo que me comentaba de que le atraía alguien.

No importa, también está que no le interesó en lo más mínimo - comentó

Eso no puedes estar seguro - trate de darle ánimos

Ya me rechazó - izo una mueca de tristeza y se hizo bolita con sus piernas sobre aquel sillón.

Aaa... y si...  - no sabía que decirle - vamos a ver la lluvia de estrellas? - propongo

No irías con argentina? - dijo con molestia

Nee salió con un compromiso - dijo como si nada.

^^^ ahora fui yo él que le dejó plantado por venir a verte ^^^ pensó el chileno

Bueno - se levantó torpemente - vamos a ver esas estrellas - dijo aún tambaleando.

Alto ahí!!! No pueden irse sin pagar - grito el barman.

Ya está pagado idiota !!! - Le gritó Alemania - estoy borracho pero no estúpido te pague cada botella al entregarla - alegó enseñando comandas ya selladas.

Ale - comenté con preocupación.

Vente - me dijo y me agarró de la cintura apretándome hacía él.

Caminaba más erguido que al principio.

El idiota este estaba furioso quiso sacar más dinero y solo se quemó ante los demás.

Llegamos a su auto y el estaba por manejar.

Le arrebate las llaves - oye que estás... - volvió a hablar con torpeza.

Yo voy a manejar ahora - le encaró y el se ríe.

No lo creo - dijo risueño.

A decir verdad su rostro con esa sonrisa era muy encantadora y ahora con lo sonrojado del alcohol en su organismo parece aún más atractivo.

Tenía agarradas las llaves con ambas manos, el me tomo de la cintura y me coloco en un movimiento rápido entre el y la puerta del carro con las manos sostenidas con una de él en el aire sobre mi cabeza.

Su cuerpo aprisionó el mío - yo no lo creó, pero en algo tienes razón - dijo con la voz ronca - no puedo manejar en este momento -

Estaba tan serca su mirada de la mía su boca de la mía que pude distinguir el sabor del alcohol en su exhalación.