El cometa de mi deseo

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Estaba escuchando Polonia y realmente no es tan diferente a lo que pienso ahora incluso cuando esperaba a Dominick.

Me acaricie mi vientre con delicadeza aún tengo muy poco tiempo pero yo también quiero...

Que no ves que puedes morir!!! -  la voz de Rusia era de terror y se lo reprochaba a Polonia.

Estás asustado es normal, creeme que te entiendo - se le acercó bastante hasta abrazarlo.

Polonia es en serio tú puedes morir todo por las veces que te has expuesto - decía preocupado aún entre sus brazos.

Mientras ella solo acariciaba sus cabellos con delicadeza.

Me quedé pensando en lo que acababa de decir - morir? - susurré.

Ella nego con la cabeza aunque su respuesta no fue tan convencida de si misma.

No tengo mucho de que la conozco pero se perfectamente que quiere mentir ante ese acto.

Quieren escuchar una historia? - pregunto tranquila cambiando de tema rotundamente

Asentí ante su pregunta.

Saben por qué existen en este mundo los doncelles? - ese si me daba curiosidad, negué con impaciencia.

Bueno - sonrió - todo se remonta a un milagro pos apocalíptico - se carcajeo un poco y cerro los ojos - la mayoría de la humanidad se había extinguido por una simple razón, el egoísmo a los suyos. Muy pocas mujeres eran las que existían y muy difícilmente quedaban embarazadas todo por la mala alimentación que radicaba en ese momento. La explotación de los recursos naturales paso factura.

De repente las mujeres empezaron a fallecer y ya estaba más que declarada la extinción de la humanidad.
Pero una pareja hizo cambiar la opinión de Dios o lo que sea que exista más allá de nosotros. Está pareja se amaba con toda su alma, la mujer muere dando a luz pero desgraciadamente esa creatura también fallece irremediablemente. El llanto del hombre duro 11 días en el mismo lugar sujetando la mano de su esposa e hijo, soltaba lamentos y deseaba aún  poderlos tener con él.

Al 12° día salió de su refugio con los cuerpos inertes entre sus manos para darles sepultura. Orando por sus almas tres días más.

Pasado estos días solo decidió contemplar como se irían muriendo sin poder evitar la situación, se incorporó a la tribu más cercana de los sobrevivientes esperando su fin... Desgraciadamente no fue tan rápido como en el caso de las mujeres... Ellos parecían cumplir una penitencia pues su sufrimiento se estaba prolongando.

Los niños ahora eran adultos jóvenes siendo los únicos que podían tomar como los más chicos que quedaban.
Aún pese a todo en contra este hombre se volvió a enamorar de alguien más.

Con el tiempo era más común ver relaciones así dentro de la tribu pero algo que nunca pudieron igualar fue el don de la concepción.

Una noche después de intimar este hombre salió corriendo a la colina dónde estaba enterrada la mujer a quien tanto amor, estaba llorando amargamente amaba tanto a ese hombre que ahora era su pareja que deseaba tener con él la misma alegría cuando su pareja le había comentado que serían padres.

Lloro suplicando un milagro alegando por el amor que les tenía a esos dos compañeros de vida, una estrella bajo hasta el con el sereno entre la oscuridad de la noche y el despertar de la mañana.

Tanto quieres que se te cumpla tu deseó? - pregunto la estrella

Aquel hombre asintió, la estrella bajo a la tierra donde yacían los restos de su pareja femenina, y un bonito fuego azul salió de entre la tierra.

Era la estrella que había extraído la esencia de aquella mujer y se metió en su vientre.
Dejando así el fuego azul dentro de él.

No supo más en ese momento pero con el tiempo se dió cuenta que su cuerpo no era el mismo.

La sorpresa fue cuando dió a luz sin siquiera tener idea de que estuviera en ese estado o que podía darse ese suceso.

Con su hijo en brazos regreso a la tumba de aquella mujer para mostrar a su hijo y pareja agradeciendo por la oportunidad de vivir ese sueño aún con diferentes personas.

Después empezaron a ir a pedir por dicho milagro, pero solo los que amaban de verdad eran dados con ese gran privilegio.

Y así fue como la existencia humana se repuso de la prácticamente extinción - termino su relato Polonia.

Ustedes son la razón por la que aún existe la humanidad - le beso la frente a Rusia a quien no quiso soltar.
- cada doncell es un héroe por afrontar cosas que no eran para ellos pero por amor decidieron atravesar -

Algo así había escuchado de más joven pero de cierta forma siento que Polonia lo estaba haciendo ver muy bonito.

Duramos así un rato hasta que la puerta sonó.

Chilito - me sorprendió ver a México en la puerta - puedes salir un momento? - se apenó de ver a los demás en la habitación.

Mex? - pregunté desconcertado de verlo en ese lugar.

Me levanté rápido a ver qué necesita, una vez a fuera el me abrazo desesperado.

Por un momento me preocupe al escuchar que estabas en este hospital - busco que le viera directamente a la cara.

Estaba realmente preocupado.

Me dió miedo pensar que tal vez - acaricio mi vientre - ya entendí su preocupación le tome de la mano sobre mi vientre.

Vine a acompañar a Polonia - le  comenté para tranquilizarlo - estamos bien - le sonreí

Seguro no te sientes mal - comento acariciando mi rostro con esa mirada cálida - negué con la cabeza restegando ni rostro en su mano.

Federal? - escuché a polonia no muy lejos de nosotros - es malo mirar a la gente de esa manera - le regaño.

Estaba por voltear pero México me lo impidió, aún así intenté ver qué sucedía.

Pero cuando volteó una persona muy alta de expresión y presencia ostigante estaba detrás de mí.

Puedo hablar con usted? - pregunto yo ize cara de incrédulo - perdón no me di cuenta de su presencia - me dijo más amable a mí - me permite a su pareja un momento de favor - ahora sí dirigiéndose a mi persona.

Señor si no le molesta termino de mimar a mi pareja y después lo atiendo a usted - sentenció serio México.

Me tomo con delicadeza de la cintura moviendonos a otra dirección.

Lo conoces? - pregunto sorprendido

Es el padre de un cliente - comento yo hice una nueva de extrañesa y el solo sonrió.

Me había llegado una propuesta de empleo como enfermero pero ese señor el padre del chicho no me dió el visto bueno y me corrió - explico a grandes rasgos.

Iré con él un momento y regreso, si quieres puedes regresar con tu amiga, yo solo quería asegurarme que estabas bien - comento con cierto alivio.

Que suerte es tenerte - le dije para darle un beso en los labios que poco a poco fue correspondido.

El se separó algo aguitado y sin ganas de hacerlo, lo sé por qué me sujetaba de la cadera muy sugerente pero a fin de cuentas lo hizo. - regreso - comento antes de encaminarse a aquella persona que antes nos había interrumpido.