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Tienes un muy bonito cabello - decía Polonia.

Gracias - estaba abochornando, no están acostumbrado a que me tocaran mucho y menos alguien extraño.

Estaba pensando en cortarlo - mencioné.

Cómo crees - izo una expresión de horror.

Si ya está bastante maltratado y no tengo mucho tiempo para peinarlo o algún tratamiento - menciono algo decaído.

Tu déjamelo a mí - me dice - conozco al mejor estilista de todos y el en una seción puede arreglarte tu cabello, que la verdad no está tan mal como para cortarlo - estaba animada.

Si tu lo dices entonces ya nos vamos de aquí? - pregunto algo ansioso

Relájate tenemos toda la tarde - dice y se vuelve a poner el pepino en los ojos - disfruta de este momento, el masaje exfoliante sigue el baño de arcilla y por último las aguas termales - dice risueña.

No sé tú pero no me gusta mucho que me toquen - menciono incómodo.

Ella se quita de nuevo los pepinos - eso debiste de haberme dicho desde un principio - dijo preocupada.

Tranquila señorita lo haremos rápido y sin incomodar más - comento el anfitrión del lugar.

Le izo señas a la muchacha y un joven corpulento tomo su lugar.

Le pido aguante solo un poco más, el hará rápido las cosas - señalo al hombre que se posó detrás de mi.

Esto no me agrada - susurró.

Él me quitó la toalla y tomo el exfoliante para vaciar bastante en sus manos, para después pasarlo con fuerza en todo mi cuerpo.

Mentiría si dijera que ese tacto no me agrado, me recordó bastante a él. Di un brincó al sentir sus manos en mis glúteos y en mi cintura.

Un gemido salió de mi boca al sentir esos dedos recorrer por mi columna y escuché su risita por parte de aquel hombre.
Yo estaba apenado.

Después de eso mis brazos no fue para nada incómodo, lo incómodo fue mi torso y el airea del biquini al que se refieren ellos.

Realmente no pude evitar una erección al contacto con sus manos sobre mi piel y aunque el exfoliante lo hacía sentir rasposo me gustó.

Él masajista solo me sonreía y su risita me hacía ponerme aún más nervioso.

Terminó y como selló de oro me trono todos mis huesos.

Gemidos ahogados y de dolor me ganaron. Pero el parecía divertido con mí vergüenza.

Terminada la seción fuimos al baño de arcilla después que nos bañarnos rápido.

Le agradas - me habló sonriente y de cierta forma cómplice.

A quien?? - pregunté

Al masajista a quien más - hablo como si fuera lo más obvio del mundo

En serio lo crees? - pregunto incrédulo y molesto por lo que anteriormente me hizo

Claro que sí, e venido aquí desde que tenía edad para manejar una tarjeta y nunca lo había visto así de atento como contigo - hablo como si desvelará un gran enigma

Tal vez solo por qué era una persona diferente - aclaró sinceramente no se que otra cosa podría pasar

Dominick le gustaba la sensación de la arcilla en su cuerpo pues no paraba de frotar en su pancita.

Es lindo ver a tu hijo, espero poder disfrutar de esto con el mío - dijo esperanzada.

Por qué no lo harías? - pregunté sorprendido.

El cometa de mi deseo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora