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A Rusia le dieron de alta ya más de dos semanas y México le está haciendo de enfermero de él en específico.

Fue increíble el echo de que le suplicará aquel hombre tan grande que cuidara de el duplicando la propuesta inicial de pagá.

Por lo mientras yo regrese a trabajar.

Muevete no te pago por quedarte parado - me regaño el  gerente del lugar.

Trone la lengua y regrese a mi labor de trapear el local.

Estaba por terminar cuando llegó a patear la cubeta con agua que tenía.

Limpia bien este chiquero - ordenó.

Oiga!! - grito panamá mi compañera - ya habíamos terminado!! - reclamó.

Pues yo lo ví asqueroso, a eso le llaman limpiar?? - dijo despreciativo.

Ya déjalo - le detuve - no vale la pena -

Pero él - bufo frustrada.

Lo bueno es que me hizo caso si no tendríamos miles de tareas más que realizar.

Dos p rsonas habían entrado al local viendo el espectáculo que había montado el gerente.

Perdonen ya no está abierto - les comenté.

Lo sabremos - contesto el hombre alto.

Me le quede viendo por un momento tenía un aire familiar.

El me miró con cierta incomodidad - soy o me paresco? - me preguntó.

Te pareces, aunque creo más que nada eres - respondí.

Cuando conocí a México me hacía la misma pregunta en broma.

Me acuerdo cuando me enseñó a responder y yo no le encontraba lógica a lo que decía.

El chico más bajito solo río ante lo que le dije y el estaba con un tic en el ojo y un leve sonrojó.

Buscamos al encargado - dijo desviando su mirada de mí.

Se acaba de ir a la parte de atrás, le llamaré - les dije antes de que me retirará.

Espera - me detuvo el otro chico - nosotros vamos, si gustan ya pueden irse a descansar - me dijo cosa que yo me extrañe.

Panamá me abrazo y empezó a saltar de alegría aventando el trapeador por otro lado.

Vente vente vámonos vamos vamos - gritaba emocionada.

Que acaba de pasar? - pregunté

Esos chicos son hijos del dueño - me explica panamá - si ellos te piden retirarte no lo dudes así que andando -

Hijos del dueño? - pregunto nuevamente.

Era extraño había algo familiar en ellos.

Volteo a verlos como se meten a la oficina del gerente con una sonrisa.

Fuimos por nuestras cosas y salimos rápido por petición de panamá.

Ella estaba emocionada no entendía por qué si mañana trabajaríamos igualmente.

Pero ella parecía que había salido de vacaciones.

Me reí por su actitud, cantaba y bailaba mientras caminaba.

Haces mucho escándalo por dos horas - solté riéndome de ella.

Esas dos horas hacen la diferencia de un buen o mal día - me contestó sin perder ese aire de emoción.

Puedo ir a mi casa y encontrar a mi pareja aún acostado, dormidito y acurrucarme con él - explicaba mientras abrazaba un poste de luz.

Me reí más de ella - últimamente estás muy risueño y tus ojos te brillan bastante - me dijo mirándome más de cerca.

El cometa de mi deseo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora