El cometa de mi deseo

20

Alemania llegaba al departamento de Rusia con algunos dulces y hasta cierto punto fastidiado de su padre.

Dejó todo en la cocina y se extraño de no hoy ruido, tomo su teléfono y reviso si calendario.

Efectivamente era día de la aplicación de Rusia.
Se restregó la cara con las mando con frustración.

Le había prometido estar en todas sus citas para cuidarlo pero no ha podido cumplir su promesa.

Trast un suspiro pesado decidió ir a verlo.

Nunca se espero verlo tan dormido acompañado de un bebé.

Se sentó sobre la cama a su lado, apreciando dicha escena.
Rusia reaccionó ante el movimiento.

Ale - dijo medio adormilado - a qué hora as llegado? - pregunto tratando de despejar su sueño.

Acabo de acerlo - contestó tratando de relajarlo - que hay con ese niño? - pregunto con tranquilidad.

Mi enfermero lo trajo - se asustó un poco al recobrar su conciencia.

Y dónde está él? - pregunto dudoso Rusia.

A de haber salido por medicinas o cualquier otra escusa que le permitiera a mi padre preguntar por mí - comentó hasta cierto punto molesto.

A venido tu padre? - pregunto preocupado

No, agraciadamente él lo mantiene lejos de mí - sonrió satisfecho

Veo que te ha caído bien el enfermero - decía amablemente, no había malicia en su voz ni nada oculto, estaba feliz de verlo más jovial y desgraciadamente no gracias a él.

Se removió inquito ante la mirada de Alemania.

Si sabes que no tienes que quedarte conmigo solo por lo que pasó - le comento Rusia.

No es por lo que pasó, quiero hacerlo - le acarició su mejilla con delicadeza.

Ale se que eres un caballero pero el verte sufriendo al verme no me agrada - comento Rusia.

No sufro al verte, solo me siento... - sus palabras fueron interrumpidas por la entrada de México y una charola de comida.

Oh qué bueno verlo - le sonrió - disculpa el atrevimiento tome unas cosas de la bolsa que estaba en la cocina - explico mientras le dejaba delicadamente la mesita sobre su cuerpo de Rusia quien ya estaba incorporado.

Por un momento pensé que era su padre - sonrió nervioso.

Alemania veía incrédulo a Rusia más que a nadie.

Te puedo explicar - pidió ante su mirada.

Pero primero debes de comer - dictaminó México - con gusto te puedo dar santo y seña del porque estoy aquí - se dirigió a Alemania.

*

*

Polonia se que estás preocupada por tu esposo e hijo pero... Yo ya tengo a México, no podría cumplir eso que me pides - dije decaído.

Si puedes, no te estoy pidiendo que duerman en la misma cama, solo involucralo, vas de paseo con Sajonia llévalo, cosas así - explico Polonia comuna sonrisa triste - solo quiero que cuides de ambos, que no es necesario que esté yo para que sea padre -

Me duele verla en ese estado, decaída y triste.

No quitarás el dedo del renglón, verdad? - pregunté, ella nego con la cabeza lentamente.

Suspiré pesado - de acuerdo -

Verás que no te causará problemas en tu relación y será un gran apoyo - dijo emocionada, por lo menos el ánimo le estaba mejorando.