The king's harem

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—Todos estos son omegas para el emperador.—el hombre señaló a la inmensa cantidad de chicos que estaban en fila esperando entrar al gran palacio.

—¿Tantos? El emperador si que no sabe de saciedad.—comentó con cierto tono de gracia el hombre mayor. El hombre a su lado también rio.

—Bueno, es envidiable, ese hombre con solo una mirada puede hacer que cualquier omega esté a sus pies...

—¡¿Omega?! ¡No solo omegas no se resisten a nuestro señor, los mismos alfas no pueden resistirse! ¿O acaso nunca escucharon cuando el mismísimo príncipe del país vecino quien era un alfa pidió que lo tomara como concubino? Nuestro señor es el alfa puro más hermoso jamás visto en el mundo.

Una mujer de aspecto joven apareció. Quitó aquel velo que cubría su rostro dejando ver su cabellera rubia, su sonrisa no se borraba de sus labios.

—¿Quién eres? —preguntó uno de ellos con cautela, no habían oído los pasos de la mujer.

—Saeko Tanaka, soy quien administra el harén de nuestro emperador.—respondió con orgullo— Así que estos son los nuevos omegas.

La mujer escaneó a cada hombre frente a ella, cada uno con un aspecto diferente, aspectos que llegarían a encantar al emperador.

—Cada vez son mejores, no hay duda de que nuestro señor estará más que feliz en recibirlos.—halagó la mujer con una sonrisa divertida— Sin embargo a pesar de ser de buena calidad tendrán que vivir en el Palacio de Jade y no en el Palacio Amatista.

—¿Por qué? ¿No se supone que los concubinos viven en el Palacio Amatista?

—¡Por supuesto! Pero en este momento todos están en el Palacio de Jade, su majestad mandó a remodelar el Palacio Amatista, puesto que tiene pensado traer más concubinos.

—¡¿MÁS?! ¡¿No tiene ya más de veinte?!

—Nunca es suficiente cuando se trata de nuestro querido emperador ____.—explicó la mujer— Después de todo, él merece lo mejor al haber llevado a nuestro país a la victoria contra el país vecino, la dinastía Sato es próspera gracias a él.

—Bueno, tiene razón después de todo su majestad es un héroe de guerra...

—Obviamente.—respondió la rubia. Una sonrisa ladina se posó en sus labios— Y por eso él merece probar lo mejor de lo mejor, aunque no dudo de que ahora mismo está disfrutando de sus lujos...

[...]

—Daichi...

—Su majestad, por favor...—el de cabellera oscura suplicó. El agarre del más alto sobre su cintura solo se hizo más fuerte.

—¿Planeas irte dejándome en este estado? —Daichi sintió la gran erección del emperador al este mismo juntar más sus cuerpos desnudos, ansioso de enterrarse nuevamente en su interior— Es una falta de respeto...

—¡Tengo cosas que hacer su majestad!

—Daichi, te he dicho miles de veces que no es necesaria tu asistencia, mereces descansar y más si es a mi lado.

—Pero...

—Shhh —el mayor posó uno de sus dedos sobre los labios ajenos. Con suavidad recorrió con sus manos el cuerpo del chico, deteniéndose justamente en sus pezones— Además, esto se ve doloroso, ¿Qué tal si te ayudo a aliviar el dolor? —con cinismo empezó a jugar con ambos botones, gustoso de que la primera reacción del contrario fuera restregar su entrada contra su pene.

—M-me quedaré, me quedaré su majestad.—Daichi se dio vuelta dándole la cara— Pero...—tumbó al mayor sobre el colchón y se ganó sobre él, tomando entre sus manos su erección, posicionando esta misma justo en su entrada. Jugaba con la cabecilla, impacientando al emperador que esperaba con ansias poder entrar en él— Yo iré arriba.

❝Haikyuu!!🏐 || One-shot's❞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora