Tendo Satori

2.7K 104 3
                                    


El aleteo del ángel cesó al momento de aterrizar al frente de aquel dormitorio, su mirada se encontraba confundida al ver el montón de pisos existentes.

—Supongo es como un internado.—murmuró. Nuevamente sus alas se comenzaron a mover buscando a través de todas las ventanas.

—¡Hey! ¡____, por aquí! —una voz conocida llamó la atención del ángel, se dio vuelta a mirar y encontró a un demonio, más bien, su amigo. El demonio se acercó a ella y sonrió amigable— ¿Te tocó el humano Tendo Satori, no?

—¡Sí! ¿Cómo sabes Jyuto? —preguntó emocionada, el demonio rió con orgullo y sujetó su cadera con pose altanera.

—Porque también me asignaron al mismo humano, vamos a ser compañeros de ahora en adelante.—respondió.

Ambos volaron hasta la habitación del chico que les habían asignado, sus alas desaparecieron apenas aterrizaron en el piso frío del lugar, el chico pelirrojo estaba acostado en su cama leyendo algún manga, ambos se acercaron curiosos por saber de que trataba, así acostándose uno en cada lado.

—¿Qué tenemos que hacer ahora?

El demonio sonrió ladino, era el primer trabajo que le asignaban al ángel preferido de Dios, por no decir su hija más querida. La tomó de las manos y ambos salieron de la habitación del adolescente que debían vigilar o más bien bendecir y maldecir.

Ángeles y demonios, ambas especies trabajaban entre si para poder mantener de manera equilibrada la vida de los humanos a quienes fueron asignados, sin embargo también era considerado una competencia, si el lado del ángel ganaba el humano tenía más asegurado su puesto en el cielo, si el demonio ganaba ya tenía su puesto en el infierno, este ultimo siendo uno de los destinos más temidos por los humanos siendo que no era tan malo como lo planteaban los fanáticos religiosos de Dios, incluso el mismo se asustaba de las mentiras que podían inventar. Aún así no quita el hecho de que también sea como lo plantean algunas veces, el castiga si es necesario, y pueden ser mucho peores de lo que se podría imaginar.

Ambos seres invisibles al ojo humano llegaron a un gimnasio, algo que la chica nunca había visto o siquiera estado en uno.

—Ahora que la preferida de Dios está protegiendo por primera vez a un humano debe aprender todo sobre él.—habló el demonio caminando hacia la red de volley— A Tendou-kun le encanta el volley, le gusta demasiado y juega como un monstruo —halagó, pero la chica estaba confundida y un poco preocupada por la descripción— ¡Ah! Pero no en el mal sentido, con monstruo me refiero a que es genial. Él es bloqueador central y de manera increíble adivina donde los rematadores u otros bloqueadores van a rematar, ese chico es maravilloso, ni ganas de darle mala suerte dan.

—¿Pero tuviste que hacerlo igual? —preguntó con un mirada triste.

—Si...por mi culpa desde niño tuvo mala suerte haciendo amigos, pero gracias a su antiguo ángel guardián que le asignaron pudo ser feliz hasta ahora, así que espero puedas darle una buena vida de aquí en adelante.

—Haré mi mayor esfuerzo, Jyuto.

—Eres adorable pequeña.

[...]

El ángel suspiró por decimoquinta vez al ver como Satori paraba el remate de la estrella de Aoba Johsai, en las pocas semanas que estuvo cuidando y dándole pequeñas bendiciones al adolescente podría considerarse que estaba enamorada, cualquier otra criatura que la viera podría decir que irradiaba más luz y tiraba corazones por todas partes. El demonio junto a ella podía confirmarlo, podía sentir como los corazones flotaban y chocaban en contra de su cuerpo. Irritado, Jyuto interceptó la bendición de ____, evitando que esta vez Satori lograra bloquear de manera correcta contra su adversario. Ella lo miró confundida.

—Entiendo que el niño es atractivo ____ pero eres un ángel y él un humano, simplemente no se puede.

—¡L-lo sé! —respondió nerviosa— Es solo que...

—Es un pecado.

El demonio miró seriamente al ángel, dándole a entender que si cruzaba aquella fina línea sería rebajada a demonio y si es peor, asesinada por su propio creador.

—Las relaciones entre ángeles y humanos están prohibidas.—dijo apoyando su mentón en su mano— Lucifer está preocupado por tus miradas hacia el chico, según él es lujuriosa, dice que se parece a la de Asmodeus hacia todo ser con el cual puede tener relaciones.

—¿Lucifer? —confundida ladeo su cabeza.

—Es tu hermano después de todo, dejó de ser ángel simplemente para volverse soberano del infierno, cumpliendo la labor de la cual tu padre nunca quiso hacerse cargo.

—No creí que aún le importaba a Lucifer.

—¡Ese hombre llora noche y...noche queriendo ver con sus propios ojos como está su querida hermana! —respondió sacudiendo por los hombros a ____— Como sea, siendo ángel no puedes relacionarte de manera amorosa con él.

—Entonces...—miró con ojos de perro abandonado a su amigo, este se asustó al darse cuenta de las intenciones de la pequeña. Jyuto empezó a negar repetidas veces.

—¡No te daré la píldora! —afirmó comenzando a volar, siendo perseguido por la chica.

No importaba que precio debía pagar, ella en el poco tiempo que llevaba como ángel guardián del humano pudo darse cuenta que muchas chicas le temían, incluso chicos de su edad o menores, no podía dejar que eso siguiera pasando, su deber como ángel es proteger de todo mal a su humano —mejor dicho, humanos, debía proteger a todos— y si debía protegerlos de su misma especie, entonces lo haría.

—¡Vamos Jyuto! ¡Me gusta Satori!

El aleteo del demonio paró abruptamente, con ello ____ chocó contra su espalda, el de cabellera oscura se giró a verla y soltó un suspiro cansino.

—Está bien, pero solo por unos días, cuando cambies el como piensa de si mismo te iras.

—¡SI!

❝Haikyuu!!🏐 || One-shot's❞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora