Llevaba viviendo en Derry por miles de años en los cuales sus únicas preocupaciones era saber el miedo de las personas para luego torturarlas y saciar su hambre con su carne, los únicos estorbos era es grupo de amigos que se hacían llamar el club de los perdedores, fuera de eso no tuvo problemas, ni siquiera con las otras entidades iguales a él que se encuentran en este mundo.
Estuvo tantos años viviendo en paz, hasta que llegó él e hizo desaparecer toda esa tranquilidad, desequilibrando su mundo y transformando sus ideas y pensamientos que tenía acerca de los humanos. Y es que Emmy desee un inicio le atrajo, había algo en el que lo hizo atreverse acercarse a él en un inicio, tal vez esa atracción comenzó simplemente por su color de cabello y piel, nunca antes había visto a alguien tan pálido, o quizás porque cuando lo vip creyó que era una mujer y por eso lo observo tanto tiempo, puesto que las mujeres eran un blanco fácil, pero a pesar de descubrir que era hombre, no dejo de observarlo y seguirlo, quería saber más acerca de él, quería conocerlo a mas profundidad y chocar con el a propósito haciéndolo parecer que fue un accidente fue la mejor opción, tal vez algo cliché, pero la mejor, y de no ser por eso tal vez tarde o temprano ese muchacho hubiera perecido en sus manos.
Y conforme lo iba conociendo más difícil se le hacía el tener que matarlo al final y cuando lo iba hacer aquel día en la casa abandonada, simplemente no pudo... Se había enamorado de Emmy y cuando lo beso, se sintió jodidamente increíble, esa suavidad y agresividad con la que este fue correspondido lo volvió loco, y deseo probar más, atreviendose hacerlo con el muchacho y fue una experiencia maravillosa.
Y estando allí en las alcantarillas devorando la pierna de ese niño al que si copito había salvado en la casa de los sustos, pensaba en el mismo, preguntándose como estará, porque por su parte estaba ansioso de volver a verlo y para eso debería comer, de otra forma terminaría atacando al muchacho, como casi lo hace ayer durante el sexo, en medio del clímax, el hambre comenzó a surgir, siendo esto el porque no dejo de morderlo, la sangre de Emmy lo calmo momentáneamente, o al menos lo suficiente como para no atacarlo.
No muy lejos de allí, se encontraba el albino, quien había tenido que recurrir a los tutoriales de maquillaje para ocultar los chupones que le dejo Bob a lo largo del cuerpo, más que nada las del cuello, brazos y piernas que eran las que más se notaban. Se encontraba agradecido por todas esas adolescentes que hacían todos esos tutoriales, también de que su hermana tuviera maquillaje entre sus cosas. Se vistió con algo de ropa que cubra las marcas que no había maquillado, y se arregló para su rutina de ejercicio diaria, deteniendo la misma nomas salió de su habitación y se encontró con su querida hermana, Anabell.
-Oh, Emmy, justo la persona con la que quería hablar en estos momentos-exclama, sonriendo gélida, mierda, tenía un mal presentimiento de todo esto- ¿Sabías qué? Yo ayer llegue temprano de la fiesta y verás que escuche ruidos bastantes extraños provenir de la habitación.
¿Nervioso? Esa palabra no bastaba para describir como se sentía, el terror que estaba surgiendo en el interior de su ser por la sola idea de que su hermana lo haya escuchado mientras tenía sexo con Bob, por Dios, y es que para ella, él seguía siendo el hombre blanco y heterosexual más homófobico que a caminado por la tierra, uno que al final resultó siendo homosexual, no, más bien era bisexual, aunque en realidad nunca antes le había atraído un hombre, tal vez sólo le atrae uno, siendo este Bob, pero quien sabe. Lo mejor ahora era hacer como si nada y recurrir a la vieja confiable, la mentira.
-Ah eso... Es que estuve con una chica-acerta a decir, borrando el nerviosismo de su voz.
-Aja, ¿Y qué? ¿Tu amiguito Bob estaba con ustedes? -escupe con molestia la chica-Y dudo que hayas estado en una trío. Dime la verdad, Emmy, ¿Acaso eres... Gay?
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Copito de nieve ᴾᵉⁿⁿʸʷⁱˢᵉ/ᴮᵒᵇ ᴳʳᵃʸ
أدب الهواةSe veía tan puro, diferente al resto, y su cabello al igual que su piel era blanca como la nieve misma, era un copito de nieve, un copito de nieve que se tiñó de un tono escarlata.