Capitulo 15

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- ¿Sua?... ¿Estás aquí, enana?   
                   
Se detuvo en la sala mirando a su alrededor.   
                   
- ¿Hm? - Vio de manera detallada - El lugar esta limpio y más, ordenado... ¿Todo esto lo hizo ella? - Murmuró.   
                   
Recorrió el pasillo hasta toparse con la puerta abierta de la habitación de invitados.   
                   
- Oh, ahí estás - Musitó en voz baja al encontrar a la pelirroja plácidamente dormida - Sua... - Susurró acercándose a la cama - Levántate dormilona, es muy temprano para que estés dormida.   
                   
Estiró la mano la pelinegra para tocar su hombro y así sacarla del profundo sueño, pero se detuvo a medio camino al mirar su expresión serena y angelical, quedó completamente embelesada ante aquella visión. En lugar de despertarla, prefirió simplemente retirar un mechón de cabello perdido que caía por su rostro, lo tomo con delicadeza y en el proceso sin querer rozó con los dedos los labios de la joven.   
                   
En respuesta a dicho roce el cuerpo de la menor finalmente reaccionó, y se empezó a mover muy lentamente con pequeños quejidos de flojera. Siyeon sólo retiró su mano y se aparto como si nada hubiese pasado.   
                   
- Hmm - Abrió los ojos poco a poco - Ah, ya llegaste doctora - Sonrió somnolienta y se incorporó frotándose la cara - Lo siento, quise tomar una siesta y parece que se me pasó la hora, creo que fue porque me exigí mucho limpiando el apartamento.   
                   
- ¿Y quien te dijo que hicieras eso, pequeña delincuente? - Frunció el ceño la cirujana pero en broma - Deberías conocer los límites de tu cuerpo, aprende a quedarte quieta por una vez.   
                   
- Tsk... - Resopló la pelirroja - Todo ese trabajo y ni un ¨gracias¨ de tu parte - Hizo puchero - ¿Qué se supone que debía hacer mientras no estas?, no quería estar de vaga todo el día.   
                   
Tomando asiento a su lado en la cama la cardióloga la examinó con la mirada.   
                   
- Déjame verte un momento - Dijo Siyeon con voz suave apartando la pelirroja cabellera y dejando al descubierto el cuello de la menor.   
                   
- O-oye ¿Q-qué estás haciendo? - Tartamudeó Bora alterándose un poco ante la proximidad de la contraria.   
                   
- Cállate y quédate quieta - Ordenó la pelinegra levantando la ceja - No voy a hacerte nada.   
                   
Tragando saliva la chica trató de calmar sus nervios, pero no pudo evitar sonrojarse ligeramente cuando dos dedos de la doctora entraron en contacto con su piel, palpando de manera firme y a la vez delicada, las arterias de su cuello.   
                   
¨Maldición... Puedo sentir perfectamente como late su corazón a través de su suave y cálida piel¨   
                   
Siyeon se perdió en aquella sensación pulsante bajo sus dedos, mientras grababa cada detalle de la chica frente a ella, tenía una camiseta de pijama rosa de algodón, los finos tirantes de la misma dejaban apreciar de su pálido pecho que subía y bajaba al compas de su respiración, luego un poco más arriba el nacimiento de sus clavículas que adornaban la zona de manera armoniosa, y finalmente a ambos lados sus pequeños hombros por donde caían en cascada esos mechones rojos.   
                   
¨Lo que está frente a mi en este momento, es deslumbrantemente fascinante.¨     
                   
El cuerpo de la doctora se tensó de manera involuntaria cuando otro pensamiento intrusivo se coló en su mente.   
                   
¨Su vida en este mundo recién comienza... Que destino tan trágico sería si se la arrebatasen tan rápidamente.¨   
                   
Volvió a detallarla detenidamente.   
                   
¨Esos ojos, inocentes pero con una pizca de picardía... Sus labios que complementan a las perfección su rostro... No quiero que...¨   
                   
Apartó finalmente la mano.   
                      
- Bien, terminé. Todo parece estar en orden - Concluyó la cirujana poniéndose de pie - Yo cocinaré esta noche, tu siéntate y relájate.   

Pulse (Suayeon)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora