Capitulo 59

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Jiu... ¿Por qué? - Un tinte de profunda decepción envolvió la voz de Siyeon - ¿Qué demonios pudo haberte hecho tan cruel? - La observó con incredulidad y ésta sólo sostuvo la mirada tensando la mandibula - Aunque no terminaras ejerciendo, fuiste a la escuela de medicina conmigo... Dios, pensé que ambas sabíamos que ayudar a las personas es el punto de trabajar en este campo - Le recriminó - Pero tú... Tú elegiste jugar con la vida de alguien indefenso que no podía defenderse, sólo para tu beneficio.   
                   
Simplemente no podia creerlo, la pelinegra estaba conciente de que su ex no era una inocente palomita, pero jamás imagino hasta donde era capaz de llegar. Caminaba de un lado a otro con la mano en la frente tratando de procesar las cosas.   
                   
- ¿Sabes que? - Se volvió seria nuevamente la galeno hacia su jefa - Todo esto... Lo que has hecho, tu forma de ser tan retorcida, simplemente me supera... Has cambiado demasiado. Ya ni siquiera te reconozco.   
                   
- ¿He cambiado? - Respondió en tono irónico - ¡¿Y de quien crees que es la culpa?! - Espetó sulfurada - Tuya, Siyeon... Tú has sido la razón de todo lo que he hecho hasta ahora.   
                   
- Realmente me odias ¿No? - Preguntó resignada. A estas alturas ya la cirujana no se sentía con ganas de discutir - Jiu, si no vas a sacarme de tu vida, yo te sacaré de la mía... Es todo lo que tengo que decirte - Sentenció terminando de abrochar su pantalón y acomodar su chaqueta para irse.   
                   
- ¿A donde crees que vas? ¡Tu y yo tenemos un trato! - La directora se interpuso su camino - ¡No te atrevas a irte!   
                   
- Si, un trato que ahora está anulado - La apartó - ¿Sigues pensando que voy a  buscarte para que me ayudes con lo de Sua ahora que sé que tú fuiste la causante de todo?   
                   
- Yo soy la única a la que puedes recurir - Gruño Jiu agarrando a la cardiologa por el cuello de la chaqueta - ¡Y vas a rogar por mi ayuda!   
                   
- SUEL TA ME - Enmarcó cada sílaba con serieda tomando una de las muñecas de su jefa - No sabes lo difícil que está siendo para mí el controlarme para no repetir lo que pasó la última vez...   
                   
Jiu tragó saliva y dio un paso atrás.   
                   
- Por cierto, mañana entrego mi renuncia... - Fue la estocada final de la doctora para hacer que su superior se desquiciara.   
                   
- ¡No! - La volvió a agarrar pero esta vez de los brazos - ¡¿Crees que puedes salirte de esto tan fácilmente?! ¡Ni creas que puedes escapar de mi, Lee Siyeon! - Despotricó fuera de sí - ¡Te recuerdo que no es lo peor que puedo hacerle a ese ratoncillo enfermizo!   
                   
Nada más oir esas palabras la pelinegra abandonó la poca paciencia que le quedaba y perdió el control retrocediendo el brazo con el puño apretado.    
                   
- ¡Siyeon no! - Gritó Olivia llevandose las manos a la cara.   
                   
Lo siguiente que se escuchó fue un golpe seco y el sonido de cristal rompiéndose. Jiu quedó petrificada debido a lo cerca que pasó la mano de la doctora de su cara, lentamente giró su mirada siguiendo el brazo de su contraria y vio consternada como el puño había impactado en una foto enmarcada que había en la pared.  El cristal que cubría la misma se había roto y algunos de los trozos habían logrado cortar la piel de la cirujana.   
                   
- S-Siyeon ¿Qué has... - Titubeo con voz temblorosa la superior cuando vio la sangre chorrear.   
                   
- Esto es lo que querías ¿Verdad? - Retiró el brazó disimulando la mueca de dolor - Que yo vea, que yo sienta las cosas desde tu perspectiva... El dolor y la perdida... - Gruñó mostrando sus heridas - ¡¿Estás satisfecha?! ¡¿Ya estás contenta?! - Se acercó con la mirada enardecida - ¡¿Ya puedes terminar con toda esta mierda?! - Jiu retrocedió chocando con la pared - Solía pensar que yo era la culpable por lo que te sucedio y nunca me perdoné por eso - Bajó el tono de su voz - Por haberte lastimado, por haberte hecho asi... - Acaricó la mejilla de su contraria - Pero ya no lo hago. ¿Quieres saber por qué? - La acorraló dejando sus labios a centimetros del oido de su superior - Porque ahora sé que es exactamente lo que te mereces...   
                   
Se alejó dirigiéndose a la salida y mirando a Olivia quien de inmediato siguió a su colega.   
                   
- N-no te vayas... - Susurró la directora - Yo... ¡Yo te amo! ¡Tu eres lo único que verdaderamente he querido, Siyeon! - Soltó desesperada - He tratado de olvidarte, de reemplazarte, de verdad que lo he hecho... Pero nada nunca ha hecho que me olvide de ti.   
                   
- J-jiu - Olivia la miró con una mezcla de lástima y pena.   
                   
- ¡Haré lo que sea con tal de recuperarte! - Insitió la superior suplicando - ¡Incluso si eso significa perder todo lo que tengo!   
                   
- Mhm - Resopló la pelinegra con una fingida risa y se volvió a mirarla - No... Tu nunca me amaste. Nunca has amado nada que no sea a ti misma... Lo único que te hace feliz es tener a alguien a quien pisotear - Por primera vez los ojos de Jiu se cristalizaron - Eso fue todo lo que fui para ti... - La voz por poco se le quebró - Sabes que es imposible que algo funcione entre nosotras, asi que por favor no empeores más las cosas de lo que ya están - Suspiró - Nos lastimamos la una a la otra y ambas tenemos heridas para demostrarlo... Todo lo que te pido es que este dolor quede entre las dos, nunca vuelvas a utilizar esto como excusa para lastimar a alguien más...   
                   
Fue lo último que dijo, la directora quedó desarmada e incapaz de argumentar nada más. Tanto Siyeon como Olivia abandonaron el lugar y bajaron juntas el ascensor.   
                   
- ¿Quieres que vayamos al hospital? - Preguntó la internista señalando la mano ensangrentada de su compañera.   
                   
- Estoy bien - Aseguró - Aunque dudo que pueda conducir así.   
                   
- ¿Te acompaño a pedir un taxi?   
                   
- No, tranquila - Negó amablemente saliendo del ascensor cuando este se abrio - Llamaré a alguien.   
                   
- ¿Estás segura? - Levantó la ceja la internista algo dudosa.   
                   
- Si, tu adelantate... Ya es tarde.   
                   
- Avisame si necesitas algo, ¿Si? y ve a curarte esa mano - Dijo esto último en tono de regaño - Lamento todo lo que paso, Siyeon, en serio... - Bajó la mirada apenada - Adiós.   
                   
- No fue tu culpa, sólo fuiste una víctima más, Olivia - Sonrió con resignación la cirujana - Adiós, luego nos vemos.   
                   
Las pelinegra salió del edificio mientras Siyeon buscaba su telefono y marcaba un número en particular al que no quería tener que recurrir por en el fondo lo necesitaba más que nunca.   
                   
- H-hola... - Titubeó - ¿Puedes venir por mi? No puedo conducir en este momento - Rodó los ojos ante la respuesta - Si, ya se que no eres mi chofer... No, no estoy borracha... T-te necesito - Confesó - Te envió mi ubicación, si, gracias.   
                   
Aproximadamente 10 minutos después de esa llamada, un auto se estacionó afuera y vio a esa figura femenina descender de él, rio por un momento al ver su cara malhumorada. Caminó hasta la entrada para ir a su encuentro.   
                   
- O-oye... ¿Q-qué te pasó? - Preguntó precupada al ver la sangre y su aspecto desprolijo en general.   
                   
Siyeon se quebró y la abrazó sollozando.   
                   
- Yoohyeon...

Pulse (Suayeon)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora