Capitulo 51

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Varios días habían pasado ya desde la operación de Bora, a pesar de que aun sentía dolor debido a la cicatriz en su pecho, la recuperación iba todo lo bien que se podría desear o incluso más. El semblante de la joven mejoraba conforme cada día que pasaba, incluso recuperó el buen apetito y su usual buen humor.   
                   
Faltaba poco para el inicio del turno de la doctora, por lo que aprovechó de pasar algo de tiempo con la pelirroja antes de irse a trabajar. La estaba consintiendo dándole de comer en la boca algunos trozos de deliciosa fruta, mientras la chica disfrutaba feliz de la atención.   
                   
- Doc, comienzo a pensar que la está mimando demasiado - Arqueó la ceja San viendo la empalagosa escena - Sua, aun tienes manos, ¿Por qué no te alimentas tu misma? La doctora no debe tener tiempo para andarte malcriando.   
                   
- Jajaja, está bien - Rio la pelinegra - Yo no tengo ningún problema con eso - Se sonrojó.   
                   
- Eres un insensible - Refunfuñó la pelirroja con un puchero - No estoy en esta estúpida cama porque tengo un resfriado, prácticamente me abrieron en dos, ¿A caso no sabes lo que es la compasión?   
                   
- Si si - Resopló el castaño - También veo que estás muy feliz de volver a ser una mimada... Sólo no le hagas la vida difícil a la doctora.   
                   
- No hables como si supieras como se siente, idiota - Dramatizó la menor a más no poder y Siyeon comenzó a reír.   
                   
El sonido de la alarma en el teléfono de la cirujana indicó que su ronda estaba por comenzar.   
                   
- Debería irme ya - Suspiró dejando el plato a un lado - Puede que tenga que operar en algún momento de la tarde, pero volveré tan pronto como termine... Suerte con tu terapia - Sonrió y besó tiernamente su mejilla - Toma esto como motivación - Guiño el ojo y Bora se mordió los labios sonriendo - Recuerda no molestar a las enfermeras.   
                   
- Valeeee - Se despidió con la mano y la pelinegra se perdió por el pasillo.   
                   
- Bien Sua, deberías asearte para ir a la terapia física - San ayudó a su hermana a ponerse de pie.   
                   
- Como ordene alteza - Bufó fastidiada la menor - Me has estado mandado mucho últimamente, pareces más mi papá que mi hermano.   
                   
- ¿E-estás segura que puede hacerlo sola? - Preguntó preocupado el mayor viéndola entrar al baño - ¿No quieres que llame a una enfermera para que te ayude?   
                   
- No, puedo hacerlo sola... Sólo cállate y espérame afuera - Cerró la puerta y se recostó de ésta.   
                   
¨Sólo me tendrían lástima al verme así... Mi cuerpo luce horrible¨   
                   
Soltó el nudo que mantenía cerrada su bata y la dejó caer al piso. La imagen que le devolvía el espejo le resultaba difícil de digerir. Enormes vendajes envolviendo su pecho con un par de cables que brotaban del los mismos para conectarse a unas especie de baterías colocadas a ambos lados de su torso mediante un chaleco especial. Se tapó la cara con las manos dejando correr sus lagrimas, ahogó como pudo el llanto.   
                   
¨Ni siquiera quiero mirarme a mi misma ahora...¨   

Haber podido superar su primera sesión de terapia física era un gran paso en la recuperación de Bora, le costó un poco pero logró completarla y se disponía a volver a su cuarto

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Haber podido superar su primera sesión de terapia física era un gran paso en la recuperación de Bora, le costó un poco pero logró completarla y se disponía a volver a su cuarto.   
                   
- Oough - Se quejó agarrándose el pecho - La herida realmente esta empezando a doler ahora... Debí aceptar la silla de ruedas que me ofrecieron - Murmuró arrepentida.   
                   
En ese momento la invadieron unas fuertes ganas de orinar.   
                   
- Oh vamos, ¿Justó ahora? - Miró a su alrededor buscando un baño.   
                   
Afortunadamente había uno bastante cerca, por lo que fue directamente a ese ya que estaba más próximo que su habitación. El lugar se encontraba sólo, pasó a uno de los cubículos y se encerró. Luego de calmada su necesidad, estaba por salir cuando dos personas ingresaron.   
                   
- Dios, por fin nos dan un descanso - Se escuchó una voz femenina.   
                   
- Lo sé, ha estado muy ajetreado últimamente por alguna razón - Replicó la otra chica - Por cierto... ¿Te contó Karina lo que pasó el otro día en cardiología?   
                   
- ¡Si!, algo me comentó...  Sobre que la directora enloqueció por culpa de la Dra. Lee y entró a quirófano a interrumpir un procedimiento - Susurró.   
                   
Un escalofrío recorrió el cuerpo de la pelirroja que permanecía inmóvil dentro del cubículo casi sin respirar para que no se percataran de su presencia.   
                   
- Si - Afirmó la que se escuchaba mayor - Parece que están intentando manejar el asunto con discreción para que la reputación del hospital no se vaya a la mierda.   
                   
- He escuchado rumores de que la paciente tiene una relación personal con la doctora, supuestamente son pareja - Cuchicheo la de voz más aguda.   
                   
- Oh, Dios mio ¡¿En serio?! - Se alteró la joven - Eso si que sería un escándalo.   
                   
- Parece que van a investigar a Lee por eso, incluso hablaron de medidas disciplinarias.   
                   
- Eso quiere decir que todo está en manos de la directora entonces.   
                   
- Lo peor es que la paciente es una chica muy joven.   
                   
- ¡¿Si?!, wow, eso si que es una sorpresa - Rio - Siempre quise tener algo con la Dra. Siyeon, lástima que no tuve la oportunidad.   
                   
- Eres una fácil, Winter jajaja, aunque no te culpo... Siyeon es tan ardiente.   
                   
- Vámonos Ningning, ya nos tardamos mucho. No quiero que la directora nos corte la cabeza a nosotras también.   
                   
Todo se quedó el silencio tras un chirrido y el golpe seco de la puerta al cerrarse.    
                   
¨¿M-medidas disciplinarias?¨   
                   
Descolocada la pelirroja cubría su boca procesando lo que había escuchado. Unos segundos después abandonó como pudo el baño y regresó a su habitación donde su hermano la esperaba impaciente.   
                   
- ¡Sua! - Exclamó el castaño tan pronto la vio - ¿Por qué tardaste tanto? Estaba a punto de ir a buscarte.   
                   
- Ah, l-lo siento me distraje y perdí la noción del tiempo - Rio nerviosa - Estoy bien, la terapia me ayudó bastante... Ya deberías irte, voy a descansar un poco.   
                   
- Vale - Asintió risueño - La doctora debería estar por venir de todas formas. Te dejaré descansar... Vendré mañana al salir de clases - Se despidió con la mano.   
                   
- Adiós - Fingió una sonrisa.   
                   
Ya sola, Bora subió a la camilla y se acostó de espalda a la puerta abrazando a Han.   
                   
¨Siyeon... ¿Realmente fuiste tan lejos sólo para mantener tu promesa? ¿Hiciste eso por mi?¨    
                   
Permaneció reflexionando hasta que el sonido de la puerta siendo abierta la sacó de sus pensamientos. Se incorporó contenta y volteó para recibir a la doctora.   
                   
- Si... ¿yeon? - La pelirroja ladeo la cabeza al darse cuenta que no era quien esperaba.   
                   
- Hola - Le saludaron con una sonrisa que por alguna razón la puso nerviosa - Mil disculpas por molestarla cuando aun se está recuperando, señorita Kim.   
                   
- E-eh, ¿Quién es usted? - Preguntó curiosa la menor.   
                   
- Y lamento haber tardado tanto en venir a disculparme con usted... Pero finalmente tuve tiempo de bajar personalmente a conocerla - Volvió a sonreír.   
                   
- ¿S-si...? - La chica se encontraba cada vez más confusa.   
                   
- Permítame presentarme - Extendió la mano - Soy Kim Minji, la actual directora de éste hospital...   

                           

Pulse (Suayeon)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora