Capitulo 31

96 16 0
                                    

Rayos de sol golpearon la cara de Bora obligándola a girarse para huir de ellos. La inusual sensación de frio que sintió recorrer su espalda le pareció inusual así que tanteó en busca de la sábana, al no encontrarla a la primera entreabrió los ojos. El sueño la abandonó por completo al ver a Siyeon a su lado sin ropa y parcialmente cubierta por la manta.

"Cierto... Anoche nosotras..."

Se tapó la cara sonrojada, tenía ganas de gritar de felicidad al recordar la noche anterior. Era emocionante para ella despertar juntos a esa sexy mujer completamente desnuda. Mordió sus labios dándole una fugaz mirada a su silueta, pero se apenó como una niña.

"La sorprenderé con el desayuno"

Planeó la pelirroja a la ves que intentaba abandonar la cama con sumo cuidado.

"No te despiertes. No te despiertes. No te despiertes"

Rogó en su mente la menor mientras lograba ponerse de pie casi por completo.

- ¡¿Hm?! - Se sobresaltó cuando un brazo se enganchó en su abdomen - ¡Ahh! - Dió un gritico al ser jalada y caer de vuelta al colchón.

- ¿Vas a algún lado? - Preguntó Siyeon encerrandola en sus brazos.

- I-iba a hacernos desayuno - Río nerviosa

-Nuh-uh, no irás a ningún lado - Negó la pelinegra frotando su cara en la espalda de ésta - Te quedarás aquí conmigo hasta que yo diga.

- P-pero - Intentó protestar.

- Si es necesario te agotare de nuevo para asegurarme - Advirtió con voz pícara.

Pasaron la mayor parte de la mañana durmiendo hasta que el hambre fue insoportable, solo en ese momento Siyeon accedió a liberar a Bora. Tras la insistencia de la mayor, la pelirroja accedió que se ducharan juntas, con la condición de que fuera sólo una ducha, pues amenazó con morir de inanición. Así lo hicieron, aunque fue muy difícil para la doctora controlar su imaginación que volaba al ver las gotas caer por las curvas de la menor, está se dió cuenta de la mirada pervertida de la galeno y la regaño con golpecitos en el hombro.

Luego cada una se fue a vestir a su cuarto. Bora fue la primera en salir para comenzar a cocina, un rato después la doctora apareció por el pasillo.

- Maldición...Me duele todo - Se quejó - Voy a tener que pedirte que me ayudes con éste dolor.

- Claro - Sonrió la pelirroja - Después de que haga el almuerzo.

- ¿Qué harás? - Cureoso la cirujana desde el desayunador.

- No lo se, algo rápido supongo...¿Tienes que ir a trabajar?

- No, estoy de licencia por asuntos personales - Respondió la galeno sería - Además, estoy esperando a alguien.

- ¿A quien? - La miró extrañada la menor.

*Ding Dong*

- Hablando del diablo... - Resoplo la pelinegra.

- Iré a abrir - Se ofreció la joven.

- No, Sua - La detuvo - Se quién es yo me encargo.

*Ding Dong*

Con paso lento la cirujana camino hasta la entrada seguida por la pelirroja quien se encontraba curiosa. Abrió la puerta y se encontró a quien esperaba, junto a dos uniformados que la escoltaban.

- Finalmente lo hiciste ¿Huh? - Dijo con voz resignada la cardióloga - Ya era hora, te estaba esperando.

- ¿Quién es? - Se asomó Bora por un lado - Oh, ¡Señorita Kim! Hola - La saludó contenta.

Yoohyeon apretó la mandíbula y suspiro antes de alzar su placa.

- Dra. Lee está bajo arresto por violencia física y amenaza - Dijo con voz firme.

- ¡¿Qué?! - Exclamó la pelirroja descolocada.

- Tiene derecho a guardar silencio, todo lo que diga puede ser usado en su contra en un tribunal - Concluyó la oficial.

- Vale, déjame buscar mi chaqueta - Asintió la pelinegra sin oponer resistencia.

- S-siyeon espera - La tomó del brazo la menor - ¿Que está pasando? Primero llegas toda lastimada y  ahora ¿Te van arrestar? No lo entiendo.

- Es una larga historia - Se colocó su chaqueta - Prometo que te la contaré cuando regrese - Agarró con ambas manos la cara de la pelirroja - No te preocupes cariño, todo estará bien... Espérame ¿si? volveré tan pronto como pueda - Beso su frente.

- Vamos - Ordenó la rubia.

Siyeon salió del departamento y fue esposada por los otros dos uniformados bajo la mirada angustiada de la joven y luego obligada a abandonar el edificio.

- Sua, no te preocupes ¿Si? - Se volvió Yoohyeon mientras se alejaban - Me encargaré de todo.

Una vez abajo, la rubia se unió a su amiga y a sus dos colegas.

- Bien muchachos, yo me encargaré de llevar a la sospechosa a la central, ustedes escoltenos en el otro auto - Indicó la de mayor rango.

- Si señora - Contestaron al unisono los subordinados obedeciendo.

- Sube - Ordenó Yoohyeon a su amiga abriéndole la puerta trasera de la patrulla.   
                   
Posteriormente ella abordó el asiento del conductor y azotó la puerta para cerrarla. Un silencio incomodo inundó el ambiente.   
                   
- ¿Sabes? - Habló finalmente la oficial - Me has metido en aprietos antes, pero esta vez realmente cruzaste la línea... ¡Por la puta madre Siyeon! - Golpeo el volante - ¡¿Has perdido la maldita cabeza?! - Gruñó furiosa - Estamos hablando de un crimen, ¡Te pueden quitar tu licencia por esto!   
                   
- Oye el empezó... - Trató de justificarse la doctora - ¿Qué se supone que debía hacer?   
                   
- ¡Me importa un carajo quien empezó! - Exclamó - ¡No me vengas con esa mierda! - La apuntó con el dedo - ¡Eres una jodida doctora!, se supone que debes curar a la gente no herirlos - Frotó sus sienes - ¿Realmente valió la pena arriesgar tu propio cuello por ir tras esa escoria?   
                   
- Vale... Estás molesta, lo entiendo, ya capté el mensaje - Rodó los ojos la cirujana   
                   
- ¡Molesta mis nalgas! - Levantó el puño - Lo que quiero es matarte yo misma... - Respiró profundo para recobrar la compostura - ¿A caso olvidaste que hay personas que se preocupan por ti?. Piensa un poco por una vez ¡Dios! - Volvió a frustrarse - ¿Y si algo te pasaba? - Volteó a mirarla - Ella te ama Siyeon... ¿Sabes la suerte que tuviste?, ¿Y ese tipo hubiese tenido un arma de verdad? - Resoplo - Realmente no quiero ser yo la que le de una mala noticia que te involucre a esa chica.   
                   
- Lo siento... - Dijo con un hilo de voz la doctora bajando la cabeza.   
                   
- Bueno, bueno, ya -  Revolvió su cabello la rubia - No te disculpes con la policía, mejor discúlpate con tu esposita.   
                   
- ¡¿Huh?! - Se atragantó con su saliva la pelinegra.   
                   
- Nada de ¨¿Huh?¨, perra. No puedes ocultarme nada. Literalmente vi la miel goteando de tus ojos antes de irte - Se burló - Mejor acabemos con esta mierda antes de que Lee Bora te deje viuda...   


Pulse (Suayeon)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora