Capitulo 38

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Audazmente las manos de la pelirroja recorrieron la tersa piel de los pechos de la doctora apretándolos y jugando con ellos, a la par que su boca dejaba un camino de besos por el cuello de la mayor haciéndola suspirar.

- Sua e-espera...Mhmm - Jadeo la pelinegra cuando una húmeda lengua hizo contacto con su piel.

- Tu cuerpo ya está reaccionando - Se mordió los labios la joven al sentir como se endurecían los pezones de la cirujana entre sus dedos - Eres tan sexy Siyeon... - Susurró descendiendo con una de sus manos - Tu cuerpo es maravilloso.

- S-Sua... Sua, e-espera - Detuvo la mano de la pelirroja que empezaba a colarse dentro de su short.

- ¿No lo estoy haciendo bien?

- N-no es eso... Es sólo que... - Bora la calló con un beso.

- Por favor - Pidió contra sus labios - Déjame intentar satisfacerte... Nos pertenecemos la una a la otra ¿No? - Mordió suavemente el labio de su contraria.

Reanudaron el beso con pasión, sus lenguas batallaban en una danza sin fin. Siyeon soltó la mano de la menor dándole total libertad de invadir su intimidad a su antojo, incluso separó un poco las piernas para proporcionar mejor acceso. Bora aprovechó entonces de adentrarse más en su pantalón, inmediatamente sintió la tela de la ropa interior de la doctora que ya se encontraba completamente humedecida fruto de su excitación. Al sentir eso, la chica se estremeció, darse cuenta de que era capaz de generar aquello en una mujer tan imponente era la cosa más excitante del universo. Se atrevió entonces a ir más allá, colando su mano por debajo de las bragas de la pelinegra, casi al instante sus dedos se empaparon de lo fluidos de Siyeon, cosas que facilitó su jugueteo. Cada vez que rozaba su zona más sensible, la doctora se estremecía y dejaba ir pequeños jadeos, cosa que no pasó desapercibido para la menor quien estaba muy atentas a todas sus reacciones para aprender exactamente donde y como debía tocar.

Poco a poco fue ganando confianza y los movimientos de sus manos se iban soltando a medida que la lujuria se iba apoderando de ella. Deseaba poseer a esa mujer, darle tanto placer como ella se lo había dado. Recordó las cosas que Siyeon le había hecho y trato de imitarla, primero deslizó sus dedos hacia arriba y hacia abajo desde su clítoris, pasando por entre sus labios vaginales para finalmente tentar provocativamente su entrada, luego volvió a concentrarse en ese pequeño centro de placer masturbándolo con movimientos circulares, variando la intensidad. Se dio cuenta que esto agitó aun más a la cirujana, pues su respiración se comenzó a entrecortar y su cuerpo se movía siguiendo el compas de sus manos.

- D-dios - Gruñó la pelinegra - ¿Cuándo aprendiste a usar tan bien tus pequeños dedos?

- ¿Te gusta? - Ronroneó complacida la menor.

- Mhm si... - Afirmó entre suspiros.

Repentinamente la pelirroja sacó su mano de la entrepierna de la doctora provocando un quejido de ésta en protesta.

- Wow, estás empapada, amor - Bora se miró los dedos chorreando y los lamió ante la mirada boquiabierta de cirujana - Sabes delicioso... - Dijo con voz ronca.

¨Dios mío Bora... Vas a hacer que te viole yo a ti¨

Pensó Siyeon, casi se le caía la baba ante esa escena tan malditamente erótica.

- ¿Quieres probar? - Sonrió pícaramente la pelirroja y con su índice dibujó el labio inferior de la doctora haciéndola abrir la boca para posteriormente besarla.

- Te amo... - Susurró Siyeon en medio del beso.

- Yo también te amo - Se separó la joven mordiendo su labio y sonriendo con ternura.

Pulse (Suayeon)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora