𝕄𝕚̀ 𝕊𝕖𝕘𝕦𝕟𝕕𝕒 𝕆𝕡𝕠𝕣𝕥𝕦𝕟𝕚𝕕𝕒𝕕💘 (Culminada)

30. serás mía 🖋️

Narra Will

Acabo de llegar de mi viaje, por fin he encontrado a una buena sicóloga, fue difícil conseguir a la mejor pero lo hice, voy a ver cómo está Angie, Rita me dijo que no a salido de su habitación y no a comido casi nada, la verdad me preocupa mucho su situación, no quiero que siga sufriendo por ese desgraciado, mandé a mis hombres a darle una Paliza de muerte, quiero verlo sufrir, quiero verlo agonizar.

Llegó a la puerta de la habitación de Angie y veo que no está cerrada, cuando tomo el pomo de la puerta para entrar escuchó una voz, una dulce voz, y la reconozco inmediatamente, es Jeysi.
La mujer que me recuerda tanto a mi difunta esposa, la madre de mi hija, mi más grande amor.

Me paro a un lado de la puerta y escucho.

— ¿Y porque no se separó de él? — pregunta Angie y al escuchar su voz se que estuvo llorando.

— En un principio por miedo a estar sola, por creer que en el fondo qué él la quería, por amarlo más que a ella misma, por estúpida, la mujer intentó enamorar a su esposo muchas veces, pero él no la veía, ella tuvo dos hijos y ahí conoció el amor verdadero, el amor por sus hijos.
Ella aguantó infidelidades y malos tratos, por el bienestar de sus hijos y muy tarde se dio cuenta que es mejor estar sola que mal acompañada — ¿de quien hablan? Me pregunto.

— Y la mujer al final ¿pudo ser feliz? — vuelve a hablar Angie.

— Aún la mujer no llega al final de la historia, pero sabes. Esa mujer decidió vivir su vida siendo feliz por ella y para ella, y claro por sus hijos — Quisiera entrar y así entender esta conversación, pero algo me dice que las dejé hablar.

— Esa mujer. ¿Eres tú verdad?— entonces Jeysi le está hablando de su vida a mi hija.

— Si. Y sabes que aprendí.

— ¿Qué?

— Que un hombre no hace falta para ser feliz, que una mujer puede vivir tranquila sin un hombre a su lado, pero lo más importante. Que el amor llega a la vida de uno cuando y como menos te lo esperes — cualquiera escucha esta conversación y diría que es de madre a hija.

— Yo tengo miedo — escucho que Angie dice en voz muy baja, y me muero por entrar y abrazarla.

— ¿A qué le tienes miedo?

— Voy a tener un hijo sola — su voz se escucha entrecortada.

— Has escuchado el dicho que dice. "Es mejor estar sola que mal acompañada", verás si ese mal hombre se quedaba contigo, te haría la vida imposible.
Vas a traer un angelito a este mundo y lo que tú y él necesitan, es a personas que los quieran y los valoren, no a personas que estén a tu lado solo por apariencia o por obligación

— Mi mamá murió hace muchos años, pero mi papá me quiere mucho y Rita es como una segunda madre — y la primera lágrima corre por mi mejilla y me la limpió inmediatamente, nadie puede ver al jefe llorando.

— Ves que si tienes gente que te quiere. Sabes,  tienes que cuidarte mucho, en este momento ese bebé que está en tu interior depende de ti. Te veo algo débil, ¿Tú has comido?

— ¿Cuando comiste?

— En la mañana

— Tienes que comer por tu salud y la del bebé.
¿Quieres que te traiga algo de comer? — silencio.

— Y si comemos juntas, yo sí tengo hambre

— y puedes traer jugo de fresas y pasticho — valla logró que Angie coma, Jeysi eres muy valiosa, creo que la mejor decisión de mi vida ha sido traerte aquí.
Serás mía.

— No sé si hay pasticho hecho, pero haré todo lo posible, dame unos minutos ya vuelvo

Veo que se abre la puerta y sale Jeysi muy sonriente, yo me encuentro sonriendo también pero cuando voltea y me ve, pongo mi rostro del jefe duro, el más fuerte.

— Vamos — es lo único que le digo para dirigirnos a la cocina.

Narra Jeysi

Caminamos en silencio, Wil dirige el camino a la cocina, al entrar, Will le pide a la cocinera que prepare dos raciones de pasticho y que haga dos vasos de jugo de fresas.

— Sígueme — me dice y camina al comedor, yo lo sigo en silencio con los nervios a flor de piel.

Al entrar al comedor donde estamos solos él se voltea y me abraza.

—Gracias — yo me quedo parada, asombrada, sin saber qué hacer.

— ¿Gracias por qué señor? — le digo mientras me separo poco a poco

— Llevo semanas tratando de animar a mi hija, ella está muy deprimida, no duerme bien y casi ni come, tengo miedo que le pase algo a ella y al bebé.
Estos días que estuve ausente fue para contratar al mejor sicólogo para que la evalúe y la ayudé — sonríe —  pero tú en unos pocos minutos la animaste y ahora hasta quiere comer. ¡Gracias! — me vuelve a abrazar y ahora que entiendo que es lo que pasa, le correspondo el abrazo.

— No fue nada, solo. Solo me sentí identificada con ella y le dije lo que pensé que podría ayudarla.

— Jeysi en este momento te has ganado mis respetos — me dice mirándome directo a los ojos y luego con el dorso de su mano me soba la mejilla lentamente.

entra la cocinera al comedor con una bandeja plateada con la comida solicitada yo aprovecho el momento para alejarme un poco.

— Tengo que atender unos asuntos, dejó a Angie en tus manos mi hermosa — me dice muy coqueto con una sonrisa en sus labios y se retira.

Yo me quedo en medio del comedor parada sin moverme, como cambia de ánimo, por la cara que tenía pensé que estaba molesto pero era todo lo contrario

— Vaya, el señor le tiene mucho aprecio — dice la cocinera sonriente.

Tomó la bandeja, le sonrió y camino a la habitación de Angie.

Comimos las dos conversando, ella me cuenta que estaba estudiando derecho, que quería ser una abogada exitosa, yo le doy ánimos y le digo que un hijo no es impedimento para surgir en la vida, todo lo contrario, un hijo le da fuerza a uno para lograr las metas.

Al llegar la noche me voy a mi habitación. Ya metida entre las sábanas no puedo evitar llorar pensando en cómo estarán mis hijos.