𝕄𝕚̀ 𝕊𝕖𝕘𝕦𝕟𝕕𝕒 𝕆𝕡𝕠𝕣𝕥𝕦𝕟𝕚𝕕𝕒𝕕💘 (Culminada)

39. A la universidad 🖋️

Narra Jeysi

Ya pasó una semana del secuestro, mi vida está muy tranquila y feliz.
Hoy regreso a la oficina, parece mentira que me emocioné tanto ir a trabajar, pero es que adoro hacer planos, me encanta mi trabajo.

Una vez llegamos, Leandro y yo subimos en el ascensor a nuestro piso, cuando se abrieron las puertas de la caja metálica, todo se veía oscuro y de repente.

— ¡SORPRESA! — se prende la luz y veo globos de todos colores por todos lados y un enorme letrero que dice "bienvenida"
Susana corre a abrazarme, Sergio se para a mi lado y dice.

— Llegó la arquitecta estrella — y aplaudió con alegría.

Al ver las personas que están presentes veo a casi todos, los de recepción, los seguridad, las secretarías, los de finanzas, recursos humanos, Roque mi chófer y hasta Felipe el policía, todos.
Y las lágrimas no se hacen esperar, nunca en mi vida me imaginé ser el centro de una reunión o bienvenida como le quieran decir, nunca tuve amigos, a nadie le importaba y ahora estoy rodeada de personas que se alegran por estar a mi lado.

— No llores mi preciosa — dice Leandro dándome un abrazo.

— Hay amiga, tu maquillaje — Susana me entrega un pañuelo desechable.

Nunca me imaginé que al llegar a este lugar a trabajar mi vida cambiaría tanto, Doy gracias a Dios por traerme a este lugar y a Carmen por darme ánimo para salir de esa jaula donde estaba encerrada.

— Jeysi esto es para ti — Leandro me entrega un sobre y cuando lo abro, veo unas planillas con mi nombre, al leerlas me doy cuenta que son las planillas de inscripción para la universidad nacional de arquitectura.
— Está semana comienzan tus clases y aunque ya hace años que dejaste los estudios, gracias a tus excelentes notas te pude inscribir en el último semestre — brinco a los brazos de Leandro y lloro de felicidad, luego me separo y le doy un beso en sus labios dejando mi alma completa en el.

— Huy, vayanse a un hotel hermano — Felipe le dice a Leandro entre risas.

Nos separamos y siento mi cara arder, pero no me importa, yo soy feliz, después de tanto tiempo puedo decir que lo soy.

Luego de la corta celebración cada quien se fue a sus puestos de trabajo, Felipe se despide y todo queda en calma.

Ya son las dos de la tarde, estoy en mi oficina, alguien toca la puerta y entran cuando les digo "pasen"

— Señora, las clases comienzan a las tres ya deberíamos salir — dice Roque al entrar.

— Si, un momento, ya terminó.

Roque me llevó a la universidad, yo me sentía en las nubes por la alegría, las clases son como las recordaba, me sentía un poco fuera de lugar ya que la mayoría de los estudiantes son jóvenes de alrededor de  veinte años, quienes tienen las clases frescas.
Esta nueva etapa va a ser un poco dura, al no recordar con exactitud las asignaturas, los contenidos, se me va a complicar, pero no me importa, daré todo de mí para poder graduarme de arquitectura y poder cumplir mi sueño.

Llegó a la casa ya pasadas las siete de la noche, al entrar en la casa veo a Josué dibujando en la sala y a Leandro y Derek jugando play, los dos últimos mencionados comparten una alegre sonrisa.

— No, perdí — dice Derek y Josué se levanta corriendo del piso donde dibujaba y dice.

— Es mi turno.

Leandro me ve y se levanta del mueble

— Tomen jueguen ustedes.

— No — dicen con tristeza — en un rato vuelvo — está bien — dice Derek y se sientan a jugar.

— Valla ni me miraron.

— Suuu…— cisea Leandro poniendo el dedo índice frente a sus labios.
— Que no te vean, así te tendré un rato para mí solo.

Me dio un beso, de esos que encienden una panela de hielo, entrelazando sus dedos con los míos  para luego separarse y guiarme escaleras arriba.

— Ven, te extrañe mucho.

— Pero si en la tarde hablamos — le digo mientras me lleva a su habitación.

— Te ví, pero no te pude tocar — cierra la puerta a su espalda.

— Pero los niños…

— No te preocupes, Eloísa estará al pendiente de ellos por un rato.

— Oye lo tenías planeado.

— Como te digo que no ,si si — sonríe y me envuelve en sus fuertes brazos, me besa y camina poco a poco hasta hacerme caer de espalda en su cama.

Lo que sucedió luego… mejor no lo cuento, pero les diré que me hizo ir y venir del cielo.

Luego de ese encuentro tan caliente, nos estamos vistiendo, cuando Leandro se sienta en su cama y se queda mirándome.

— Mi amor tenemos que hablar.

— ¿De que? — le digo mientras me arreglo la camisa.

— De nosotros.

— ¿De nosotros? — preguntó con mucha curiosidad.

— Si preciosa, Derek me dijo que está muy feliz al verte contenta, y que yo le caigo muy bien.

— ¿Enserio dijo eso?

— Si, ¿Y sabes qué? — él me mira y sonríe para luego tomar mis manos entre las suyas — creo que llegó el momento de decirles que somos una familia, que yo siempre estaré con ustedes.

— Mi amor, no se que decir, y si no les gusta, y si… — él me besas.

— Déjelo todo a mi preciosa, no te preocupes, ya sabes que me llevo muy bien con Derek y Josué. — sonríe con tanta picardía, me parece que no me ha dicho algo.