|22|"¿PODEMOS SEGUIR FINGIENDO?" MIDAS Y SKYLAR(+18)

351 54 5
                                    

Una hora más tarde:

— Bueno. Gracias al cielo, ésto no ha pasado a mayores, jovencita —me dice el doctor en una habitación del penthouse al que Midas me trajo.

Midas me ha dejado con el doctor y ha desaparecido de repente.

Todavía me inquieta un poco lo furioso que se veía.

No sé qué estará haciendo justo ahora.

Por otro lado, el doctor ya estaba esperándome, así que ni tiempo de limpiarme me ha dado. Por cierto, se llama Phillipe. Es agradable. No parece mayor de 55 años.

— Lo mismo he dicho. Tuve suerte.

— Pero el amo no parece pensar lo mismo para tranquilizarse. Está bastante furioso.

— ¿Qué cree que estará haciendo ahora? —pregunto con curiosidad luego de que termina de examinarme.

— Descargando su ira. O quizás esté ocupado hablando con Mattew.

— ¿Quién es Mattew? Ya he escuchado que lo ha nombrado en várias ocasiones —curioseo.

— Mattew es su hombre de mayor confianza. La antigua mano derecha del amo Sasha. También ayudó a criar al amo Midas. Él fué una de las personas que lo entrenó. También es su mano derecha.

— ¿Así que él tiene a alguien así en su vida?

— Al igual que el amo Novikov, Mattew tampoco tuvo hijos de sangre. El amo Midas es lo más similar que ha llegado a tener. A pesar de que Mattew es bastante serio, sé perfectamente que quiere mucho al amo Midas.

— Es bueno saberlo.

— Es raro. ¿El amo Midas no te había dicho nada al respecto? —suena confundido.

— Midas evita decirme o contarme muchas cosas. Para mí es normal.

— Si tú lo dices. Debe tener sus razones. No lo juzgo. El amo es muy cerrado a veces con los temas que más le importan. Y a veces mantiene ciertas cosas a parte solo por seguridad. Él sabe lo que hace.

— Supongo que sí. Hace días discutí con él por algo similar, pero fué una tontería de mi parte. Yo no tengo derecho a exigirle algo como eso. Aunque gracias a esa discusión y otros asuntillos, logré que me contara un poco más sobre él. Como una especie de avance para conocerlo.

— Ya veo. Aunque me sigue resultando raro. ¿Acaso el amo y tú no tienen algo?... Ya sabes, una relación de pareja.

— No. Claro que no. Somos amigos desde hace unos años, nos llevamos bien, aunque no desde el inicio exactamente —digo sonriendo un poco—. Ah, y también trabajo para él en el club. Pero no existe una relación que vaya más allá de nuestra amistad —termino aclarando un poco mi garganta.

— Oh, vaya —hace una expresión que me resulta graciosa. Luego ríe de manera suave y cálida—. Quizás todo éste tiempo malinterpreté las cosas. O bueno, tal vez yo simplemente estoy viejo y no comprendo cómo funcionan muy bien éstos temas hoy en día.

— Honestamente, no sabría qué decirle.

— Tranquila. No pienses en ello. Solo dije cosas sin sentido —luego me señala—. Deberías ir a darte una buena ducha. Supongo que habrá algo de ropa en el armario, busca algo cómodo y antes de ponértelo, colocas las pomadas que dejaré en ésta mesa —señala a una mesa de noche—. Afortunadamente no necesitas suturas. Ni te han partido algún hueso de la cara. Pero si tienes algún dolor, solo bebé un calmante suave. No puedo desinfectar tus heridas ahora, ya que no estás completamente limpia, pero te dejaré todo aquí mismo para que lo hagas por ti misma. Es sencillo. En realidad debes desinfectar primero y luego poner las pomadas. Éstas últimas te ayudarán rápidamente a bajar la hinchazón en tu rostro y curar los cortes y los raspones en tu cuerpo.

NO TODO ES LO QUE PARECE ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora