|23| FAOLAN

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Canto al bailar ligeramente una canción que me ha gustado bastante recientemente.

Estoy en la cocina haciendo el almuerzo, mientras el equipo de sonido en la sala está encendido con una tableta en la que he seleccionado canciones que me gustan.

Disfruto estar en la cocina con tranquilidad al escuchar música.

Tengo vino en una copa, tomo un poco de éste y luego apago la estufa. Acabo de terminar de hacer el almuerzo. Tomo mi copa en mano y voy a la sala, dónde termino de disfrutar del vino y la canción sonando.

Solo debo esperar a que Midas llegue.

Hoy volveré a casa, después de tres días encerrada en el penthouse. Midas ha estado saliendo todo éste tiempo por largas horas. Por lo tanto, le he visto poco.Ya las cosas en Doomville se han ido calmando. Y yo necesito regresar. Debo buscar más trabajos cortos y volver al Red Midnight. Además, necesito hablar con Kyouhei.

— Por petunia, ¿por qué ésto sabe tan bien? —pregunto en voz alta al ver mi copa, me detengo y sonrío como una tonta.

—¿Estás ebria?

El grito y el salto extraño que doy, son la clara evidencia de que me asusto al escuchar su voz por sobre la música.

Me giro rápidamente y miro a Midas cerca del mueble de la sala. La expresión divertida en su rostro no me pasa desapercibida.

— Por Dios. Avisa que has llegado —digo, luego de soltar un suspiro lleno de alivio.

— ¿Y perderme el placer de admirarte  bailar y verte hablar como una loca con tu copa? —pregunta con diversión. Y niega con ligereza—. Sería un desperdicio.

— Bah —veo la copa y recuerdo que me ha preguntado si estoy ebria—. Por cierto. Ésta solo es la segunda copa. He guardado el vino dónde estaba anteriormente.

Él se acerca bastante a mí y se inclina para dar un beso sobre mi frente.

— ¿Por qué no bebes un poco más? —pregunta al llevar su mano a mi copa y quitármela para acercarla a su boca.

Lo veo terminar de un solo trago lo que queda allí. Y luego me sonríe.

— Ese vino es muy costoso —menciono.

— ¿Y eso a quién le importa? Siempre tengo vino en casa o en cualquiera de mis propiedades, solo porque pienso en ti y que algún día me visitarás. No es mi bebida favorita, pero sí la tuya. No la tendría por otra razón.

— ¿En serio haces eso? —pregunto con curiosidad y una sonrisa estampada en mi rostro.

— Totalmente cierto —se acerca un poco a mi rostro y me mira fijamente con expresión cálida.

Mi corazón inmediatamente se acelera.

«Calmate. Mira si apagaste bien la estufa. O cualquier cosa. Distráete. Haz algo ya.»

— ¿Entonces puedo beber un poco más? —cuestiono bajando mi mirada hacia sus labios rosados y atractivos.

Grave error.

«Skylar, ¿Acaso eres pendeja o qué? No. Claro que sí. La pregunta ofende. ¡Era ver a otro lado, lejos de él, no ver sus labios! Estúpida.»

— Es tuyo. Puedes —susurra cerca de mis labios. A continuación se aleja y mira hacia la cocina—. Huele delicioso. ¿Preparaste algo?

— Ah —aclaro mi garganta al obligarme a despejar mi mente—, sí. Hice algo de pasta con albóndigas a la boloñesa. También preparé un poco de ensalada verde.

NO TODO ES LO QUE PARECE ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora