40| UNA PESADILLA ACABA Y OTRA COMIENZA|

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La semana ha pasado pesada, llena de mucho trabajo. Incluso, me ha tocado llevar trabajo al departamento.

Dos días nos hemos tomado para crear los trajes para el evento de la Élite. Ya todo se encuentra totalmente listo. Kyouhei y Faolan han organizado todo de manera minuciosa para infiltrarse al evento y poder llegar a toda la tecnología instalada para la ocasión.

Madame Moore me ha entregado una caja de su nuevo trabajo. Su trabajo más peligroso e interesante. Una especie de proyecto en el que muchas mujeres de la sociedad, tanto de la élite como fuera de ella, forman parte esencial.

¿Qué contiene la caja?

Es un tanto curioso. Madame Moore se ha encargado de ligar moda, estilo y peligro.

¿A qué me refiero con eso?

Pues, supongo que es fácil de entender. Cuando mi paquete me fué entregado, se me aclaró que debía abrirlo en casa, sola. Un paquete que cuenta con un par de botas de tacón negras, cubiertas con cristales en zonas específicas para crear una especie de diseño con relación a serpientes. Todo el tacón está cubierto de cristales. Allí mismo vienen incluidos un par de aretes brillantes. Y por último, pero lo más importante y mi favorito. Un arma. Sí, así tal cual. Todo tiene un mismo diseño incluído y la serpiente es la protagonista de ello.

— Creo que podría gritar de emoción —comenta Faolan al verme salir de la habitación.

Me encuentro completamente lista para ir a ese evento. Ansiosa y nerviosa. No diré que no tengo miedo. Pero aún así, estoy lista para darle un alto a ésta pesadilla.

Entre Kyouhei, Faolan y yo, nos hemos encargado de repasar una y otra vez los detalles de nuestra posición y todo lo que tenemos a favor y en contra. No existe seguridad por completo, pero son riesgos que deben tomarse. Y ésta vez no estamos del todo solos. Tenemos más apoyo del que lo que podría haber imaginado. Claramente, yo no soy la única que quiere hacerle pagar a esos bastardos que forman parte de la organización que lidera Solomon.

— ¿Gritar? —pregunto con diversión—. Eso es demasiado exagerado.

—¿Guapa, acaso te has visto en el espejo? —cuestiona con incredulidad.

— Creo que lo hice. Aunque no es como que me interese mucho. Solo debo verme presentable para la ocasión.

— ¿Por qué has decidido el cambio que le has hecho a tu cabello? — pregunta Kyouhei.

— Era momento de volver a mi color natural. Y un corte de cabello no hace daño de vez en cuando. Me siento un poco más ligera así. Creo que me gusta.

— ¿Te gusta? —se queja Faolan—. ¿No te encanta? Porque a mí me encanta.

Sonrío.

— Supéralo, Faolan. En vez de hablar tonterías sin importancia, deberíamos irnos ya. ¿Está todo listo?

— Todo preparado, jefa —responde, haciendo un movimiento que me resulta gracioso.

— ¿Ambos están preparados?

— Bueno, no es como que si no tuviera ganas de vomitar. Tengo el miedo palpitando en mi garganta. Pero creo que sí puedo con ésto —menciona Kyouhei.

— Oh, claro que puedes. Yo voy a protegerte —Faolan pasa un brazo sobre el hombro de Kyouhei y lo atrae hacia él. Luego me mira—. ¿Nos vamos entonces?

Asiento.

— Vamos. Mientras más rápido termine ésto, mejor será para todos.

— ¿Qué crees que puedas esperar de ésto, Skylar?

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