|20|1 DE NOVIEMBRE - CUMPLEAÑOS DE MIDAS

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Luego del almuerzo con Midas nos quedamos un rato más en el restaurante. Y un rato después vemos al chef llegar con un pastel pequeño.

— El amo Novikov siempre pidió lo mismo para el amo Midas. Así que como cada año, aquí está un pastel para el amo —dice el chef y dueño del restaurante llamado Aaron. Hay una sonrisa amplia y dulce adornando su rostro—. El año pasado eran 27. Hoy son 28 —enciende la vela y coloca el pastel sobre la mesa como los años anteriores que he acompañado a Midas. Al parecer ha venido aquí desde niño—. Y por más años más. Pida un deseo.

El trato que Midas recibe a cada lugar que va cuando es de confianza, por lo general, es excelente. La gente le tiene una especie de adoración, a pesar de saber ciertos detalles. Supongo que algunas personas saben distinguir entre lo que es genuino y lo que no.

Midas suelta un suspiro y sonríe ligeramente al acercarse a la mesa, sopla las velas y luego agradece el gesto.

— Espero que cada año se acerque más a su verdadero deseo, amo —dice el chef con ánimo. Aaron realmente es alguien dulce y amable—. Oh, casi lo olvido. Éste año, mi pequeña hija, sugirió que debía ofrecerle al amo unas fotografías.

— ¿Fotografías? —pregunta Midas confundido.

— Ah, Oli —recuerdo que el año anterior conocí a la pequeña. Ella estaba con su madre en el restaurante. Oli parece querer mucho a Midas. Dice que es su príncipe azúl, así que esa vez quería hacerle un detalle, pero no le dió tiempo —. Pensé que lo había olvidado. Yo le propuse eso el año pasado. El amo no tiene muchas fotos en retratos. Sería algo lindo.

— Eso dijo ella. Incluso envió un portaretratos —él muestra un pequeño detalle envuelto que debe ser el objeto en cuestión y se lo entrega a Midas—. Dijo que debía ser algo que se pareciera al amo, así que escogió algo de color negro y clásico.

— Definitivamente combina —luego miro a Midas—. Sonríe, amo. Solo será una foto.

Es sorprendente lo accesible que es al aceptar la foto. Se ve serio, pero al menos no luce amargado.

— Las fotos son instantáneas. Olí dijo que también le gustaría ver al amo en la foto con Skylar.

— ¿En serio? —digo entusiasta.

— Mi pequeña es muy dulce y soñadora. Ella cree que el amo y Skylar están "enamorados" así que le hace ilusión tener un novio algún día y que éste sea como es el amo contigo —comenta algo avergonzado—. No sé qué habrá visto ella ese día, pero desde entonces dice lo mismo.

Cuando conocí a Oli, me dí cuenta de que es una pequeña inocente y muy soñadora. Ama los cuentos de princesas en los que cada una tiene a su príncipe azúl que las trata de manera hermosa. Es tan adorable. Dijo que su madre y su padre eran un ejemplo. Y que su príncipe azúl sería alguien como Midas, ya que vió en él a alguien protector y amable. Y no sería raro que pensara en él de esa forma. Por lo que sé, Midas salvó la vida de Oli en una ocasión en un parque de diversiones cuando ella estaba de paseo con su familia. Y también sé que él es muy dulce con los niños, le agradan. Oli debe haberse dado cuenta de eso.

— Oli es tan linda—comento y me acerco a Midas mientras sonrío—. Ésta vez sonríe, amo. Házle creer a Oli que el verdadero amor sí existe.

— Existe —asegura él—. Y yo creo en el.

Eso me hace levantar mi rostro asombrada para mirarlo. Ya él se encuentra viéndome. Su mirada es cálida y esa sonrisa llena de serenidad, me trasmiten seguridad sobre lo que dice. Viniendo de él suena demasiado lindo.

La primera foto es tomada y cuando me doy cuenta, baja mi rostro y veo a la cámara con una sonrisa en mi rostro.

Por alguna extraña razón me siento feliz.

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