38|BODA|

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A la mañana siguiente, me levanto muy temprano. Me alisto y preparo el desayuno. Dejo algo especialmente preparado para Midas. Luego, cuando me voy, él aún no se ha levantado, por lo que le dejo notas en el baño y en la cocina.

Llego totalmente antes de la hora al trabajo, como me ha exigido madame Moore. Ya el lugar se encuentra abierto y las personas que trabajan allí están llegando.

— Buen día, Skylar. Al parecer te has caído de la cama, ¿eh?

— Buenos días, Cassia. Sí, eso parece —respondo a una mujer dulce quién fué la primera en presentarse el día anterior.

Cómo lo comenté. Todas las personas que trabajan en éste lugar, son mujeres. Son muchas y la gran mayoría son agradables y dulces. Hay chicas desde dieciocho años a los cincuenta, casi sesenta. Me he presentado con todas ayer, antes de la entrevista. Todo gracias a Cassia.

— Bueno, has comenzado por buen pie. Yo estaré a cargo de supervisar y darte tus actividades el día de hoy. Así que vamos a dentro, tenemos bastante por hacer. Últimamente tenemos mucho trabajo —me hace saber—. Por ejemplo, para hoy debemos tener perfectamente listos y ordenados los nuevos diseños para la boda del año.

— ¿La boda del año? —pregunto con curiosidad al seguirla.

— Oh claro, cariño. ¿Acaso no te has enterado? La heredera de Lubany. Odette Lubany, la modelo reconocida, se casará el día de hoy con un hombre muy adinerado. Será un gran evento. Madame Moore ha diseñado su vestido de bodas personalmente —luego ella se gira y me ve muy de cerca—. Por cierto, ayer no he podido evitar pensar que te pareces demasiado a esa muchacha.

— ¿Ah, sí? Interesante detalle.

— Pero ella es demasiado diva y elegante. Además, solo es un poco en el rostro y la estatura. Del resto, su contextura es muy diferente. Tú luces más sencilla y relajada.

— Honestamente, no sé cómo sentirme al respecto —menciono con algo de confusión.

— Bien, guapa. Eres muy hermosa, de todas maneras. Aunque estás demasiado delgada. Por allí traje unos postres para todas. También traje uno para tí. Espero que te guste, así te podré traer más y subirás unos kilitos de felicidad, ¿A qué sí?

Sonrío por su forma entusiasta de hablar.

— Eso sería de gran ayuda. Aunque ahora estoy en una dieta.

— ¡¿Dieta?! ¿Qué tipo de dieta? ¿Por eso estás tan delgada?

— En realidad no. Realmente solo soy delgada. Y, hace poco surgió un desbalance con mi hábito alimenticio. De hecho, a penas estoy comenzando a subir nuevamente de peso. Pero como ha sido algo un poco drástico, debo tener cuidado con lo que como y cómo lo ingiero.

— Oh, cariño. Eso es terrible. Disculpa si te he incomodado con mis comentarios —suena preocupada.

— No, no te preocupes. Está bien. Realmente ha sido agradable. La forma en la que lo has dicho no fué con mala intención.

— Que alivio. No quiero hacer sentir mal a nadie por aquí. Me gusta trabajar en un ambiente saludable. Por aquí todas estamos al tanto de la salud y bienestar de cada una. El ambiente laboral es muy tranquilo y divertido. Madame Moore es estricta, pero le gusta tener éste lugar con éste tipo de ambientes. Por eso escoge de la misma manera a cada persona que ingresa a trabajar aquí.

— Entiendo.

— Bien. Por aquí —me señala un espacio limpio con una máquina de coser bastante moderna—. Ésta será tu área de trabajo —luego señala los demás lugares, los cuales están siendo tomados por las demás trabajadoras—. Todas estaremos por aquí cerca. Otras en los demás salones. En tu mesa tienes una guía y una lista de las cosas que debes hacer y cómo lograr que queden al gusto de madame Moore. Si tienes dudas, no temas en preguntar a quién sea a tu alrededor. Si necesitas mi ayuda, búscame en uno de los otros salones. Hoy estaré algo ocupada con algunos clientes importantes, pero no dudaré en atender tus dudas si tienes alguna. ¿Si?

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