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–Y-Yun~ ¡Me vengo!~

Los gemidos de menor estaban inundando toda la habitación, eso en conjunto con los movimientos de la cama golpeando rapidamente la pared habían logrado que en solo segundos desde el último gemido, los largos dígitos del alto estuvieran goteando el orgasmo de su novio y al mismo tiempo su propio líquido derramandose entre las piernas del pelirrojo.

–Ah~ mierda... te amo tanto, Yunyun.– Soltó en un suspiro cuando sintió en su interior un vació incomodo, y se lanzó al pecho de su novio en el momento en el que éste se dejó caer a la cama.

–Y yo a ti, Woonie.– Acarició el rojizo cabello que aterrizaba en su piel, y le regaló una sonrisa que hizó brillar los pequeños ojos contrarios. –Debo prepararme para mi trabajo. Iré a ducharme.

Un mohín apareció en los rosados labios de Wooyoung cuando volvió a sentir la lejanía de su pareja, aun cuando segundos antes había estado gritando su nombre sin poder parar, y con esa energía que lo caracterizaba se lanzó hasta su espalda con la meta de ducharse juntos, y era que Wooyoung no podía estar lejos de Yunho, no después de que no se vieran mas que por las noches y parte de las mañanas, para luego Yunho salir a su trabajo y Wooyoung ir hasta el restaurante donde hacía sus prácticas finales, estaba por convertirse en un estudiante de gastronomía egresado y eso lo tenía aun mas estresado y nervioso.
Tal y como lo planeó, ambos terminaron duchandose juntos, entre risas y besitos, y uno que otro suspiro que Woo causaba en Yunho gracias a sus toques traviesos, sin llegar a más debido a que eran por esos toques que Yunho llegaba casi corriendo a su trabajo cada mañana, sin arrepentimientos de haber pasado al menos unos segundos más abrazando a Woo, su burbuja de amor era simplemente perfecta.

–Suerte en tus prácticas, ten mucho cuidado, por favor no estés jugando con los cuchillos, Wooyoung. –Levantó una ceja al pelirrojo y este solo rió dándo su último beso de la mañana hasta la noche.

–Ya~, fue culpa de Yeosang, me pagó con un refresco esa vez. 

Ambos se despidieron y fue Yunho el primero que salió del departamento compartido, un sitio no en el mejor lugar de la ciudad, pero lo suficiente seguro para que ambos pudieran caminar de regreso al ponerse el sol y en tal caso, salir corriendo a tiempo a alcanzar el último metro que salía al trabajo del castaño, cosa que una vez más tuvo que hacer.

Correr otras tres calles más desde el metro hasta su trabajo no había sido buena idea ese día, no cuando una orda de 3 policías venía corriendo a él apenas puso un pie en el comienzo de la empresa que conectaba a la carretera.

–¡Él! ¡Él es Jeong Yunho!

Una empleada había gritado su nombre señalando a su persona, poniéndolo en alerta y aclarando cualquier duda de que podría ser a alguien más a quien esos policías se dirigían, su mente quedo en completo shock y únicamente su cuerpo se movía gracias a que los policías retenían sus manos detrás de su espalda, colocándole unas esposas.

–¿Qu-qué es...?

–Jeong Yunho está arrestado por desviar cinco millones de dólares a una cuenta fantasma, tiene derecho a guardar silencio, todo lo que diga puede y será usado en su contra, tiene derecho a un abogado, sino puede pagarlo, el gobierno le otorgará uno público.

Decir que Yunho estaba confundido era poco para lo que sentía en ese momento, ni su mente ni su cuerpo le reaccionaba como hubiera deseado, tan solo unas voces que le hablaban de forma agresiva, el sonido de la sirena patrullal por toda la carrtera, y el dolor en sus muñecas siento aprisionadas y forcejadas al momento en el que fue adentrado a un auto por la parte trasera, miró a través de la ventana una vez la puerta estuvo cerrada y el auto comenzó a conducir, su mirada mostraba lo aterrado que estaba, y a pesar de que su vista estaba hacía el exterior, lo único que veia era la ventana empañandose por su respiración agitada.
Fue hasta esos segundos que su mente le gritó que saliera de aquel trance.

–¿Dólares? Pero... ¿¡De que está hablando?! ¡Yo no hice nada de eso!

Lo agitado que estaba lo hizo removerse en el asiento, y fue que el policia que lo acompañaba en el asiento trasero lo sujeto de manera nada amigable contra el asiento, haciéndole jadear del dolor.

–Woo... –Murmuró cayendo en cuenta que su pareja podría ayudarle– ¡Tengo derecho a una llamada!

–Su derecho a llamar le será otorgado en el ministerio público.

–Mierda. –Volvió a murmurar, sus ojos se cristalizaron ligeramente, no estaba entendiendo porqué le pasaba esto, apenas llevaba trabajando de contador en esa empresa durante 8 meses, era tan ilógico que todo esto le pasara a él.


Hola, aquí llego yo con un nuevo ff que literalmente lo soñé hace como 4 horas y dije, pos haber que sale.
Espero lo disfruten <3

Prisionero. -Yungi-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora