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–Mingi, querido... ¿A qué se debe esta linda sorpresa? ¿Al fin te animaste a venir por cuenta propia? –El pelinegro tomó la ropa de Mingi por el borde del cuello, acercándose al más alto, la diferencia de alturas le hizo subir la mirada conforme más se acercaba y cuando estaba por hundir sus labios en el cuello del pelirosa, fue interrumpido por su gruesa voz.

–¿Qué ocurre? Parece que algún novato te dejó con las ganas. –El mayor bufó desinteresado por sus comentarios, los cuales inevitablemente habían sido acertados. Sin tomarle importancia, siguió con sus intenciones y pronto tenía los labios recorriendo el cuello de Mingi, bajando por su clavícula haciendo al más alto jadear. –¿No vas a responderme?

–Hoy estás muy platicador Mingi-ah –Las manos del pelinegro subieron por la nuca contraria, enredando sus dedos en los pequeños cabellos finos de Mingi, no deteniéndose hasta que sintió unos labios gruesos contra los suyos, decidido había marcado un ritmo lento pero Mingi fue el primero en volver esos besos más intensos y bruscos, llenando la habitación de sonidos húmedos que sus bocas generaban en mayor cantidad conforme los segundos pasaban sin separarse, las manos del alto apretaron su cadera con fuerza más de la necesaria para llevarlo y prácticamente azotarlo sentado sobre el escritorio, con las piernas separadas y Mingi en medio de ellas.

–Es que quiero saber porque me estás besando como si no hubiéramos follado la semana pasada. –Tomó los bordes de la camisa de Seonghwa y los jaló a los costados logrando que un par de botones salieran volando y esta se abriera, dejando su pecho pálido al descubierto, cosa que Mingi no desaprovechó y comenzó a besar.

La manera agresiva en la que Mingi estaba actuando extrañaba al guardia Park, pero debía admitir que ese lado rudo de su preso con quien llevaba acostándose prácticamente dos años le gustaba, así que le dejó hacer lo que quisiera, incluso si eso implicaba que Mingi lo tratara como su muñeca de trapo.

–B-Bueno... un chico vino... pero ese imbécil no acepto lo que le ofrecía ah~ –Gimió de dolor al sentir una mordida furtiva de parte de Mingi en uno de sus pezones, diciéndole que tuviera más cuidado y obteniendo solo un "lo siento" como respuesta antes de volver a sentir como sus pezones eran estimulados por la lengua del preso, al mismo tiempo que las manos recorrieran y apretaban sus muslos obligando al guardia a abrir aún más las piernas –Mingi mh~...

–¿Y qué hiciste con ese "Imbécil"? –Su voz se escuchó ronca, se alejó del chico y le tomó por la cadera para girarlo y empujarle el cuello contra el escritorio sosteniendo parte de su nuca, se escuchó el gemido ahogado por parte de Park y antes de hacer su siguiente movimiento prestó atención a su respuesta. dejando su trasero levantado para él

–Me encargué de él... Estoy seguro que no podrá caminar por un par de días después de hoy... además ese lindo culo será mío tarde o temprano-Agh... –Sintió la falta de aire presentarse repentinamente por la mano de Mingi rodeándole y apretándole el cuello impidiendo que el aire pasara a sus pulmones. –M-Mingi ...–Llamó al contrario en un intento de que se calmara, creyendo que era parte de los fetiches de Mingi de esa noche, hasta que éste solo presionó aun más en un intento que parecía querer asfixiarlo, estaba confundido, el chico detrás suyo nunca lo había tratado de forma tan agresiva hasta ese momento, su mano sostuvo la del alto, intentando quitarla o por lo menos hacer que su fuerza disminuyera un poco.

–Voy a decírtelo solo una vez así que presta atención, enfermo de mierda... –La voz de Mingi se escuchó detrás de uno de sus oídos, a la vez en que este tomó uno de los brazos de Hwa y levantó su cuerpo quitándolo del escritorio, atrayéndolo a él hasta que la espalda del guardia estuvo pegada a su pecho, y su nuca estuvo recargada sobre su hombro para permitirlo mirarle, su rostro se había coloreado ligeramente, no sabía exactamente si era por la calentura o tal vez por la falta de aire que le estaba causando, pero sin importarle siguió infringiéndole fuerza mientras hablaba, –Vuelves a tocarle un solo cabello, y te mataré, incluso si eso me da otros nueve años aquí, te mataré.

Prisionero. -Yungi-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora