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Sus ojos llenos de odio habían puesto en alerta a Yunho, obligándolo a que se pusiera de pie casi automáticamente, sacudiéndose el trasero con la palma de su mano para quitar el polvo que se había quedado en su ropa.

–Agh –Fue lo único que recibió de su compañero de cuarto ¿cómo es que alguien con ese color de cabello daba tanto miedo? Podía incluso jurar que era más alto que ese tipo y aun así había un aura de ira que parecía convertirse en un muro que no lo dejaba acercarse demasiado.

–A-ah... Hola me llamo Jeo-

–Yo duermo en la cama de abajo, moléstame cuando estoy durmiendo y estás muerto.

El alto había torcido su boca cuando fue interrumpido, ¿qué le pasaba a ese tipo? A Yunho le había parecido una buena idea entablar una "amistad" con la persona con la que compartiría habitación hasta quien sabe cuándo, pero luego de conocer a dicha persona había preferido mantener su distancia lo más que se pudiera. Así que solo dio apenas un asentamiento con su rostro y miro al más bajo lavarse las manos en un lavabo al fondo de su habitación.

Bien al menos ya tenía cama, subió a esta, era dura e incluso el aroma a humedad seguía en esas telas, no era que él amara la limpieza pero millones de preguntas le cruzaron por la mente mientras dejaba la vista fija en el chico

"¿cuándo fue la última vez que lavaron estas cosas? ¿Y qué pasa con el color? podría usar esta cosa de pijama y nadie se daría cuenta ¿Si quiera me protegerá del frío? ¿Me darán otra si la pido?... No seas estúpido Jeong Yunho, no estás de vacaciones."

Preguntas de esa índole cruzaban por su mente, se había perdido tanto que nunca se dió cuenta que la mirada la había dejado fija en la espalda que ahora estaba desnuda de su compañero de celda, parpadeó un par de veces, y bajó la mirada sintiendo el corazón salirle por la boca al ver el agua incolora tocar las manos del chico y caer en color carmín hacía el lavabo.

Volvió a tomar una posición fetal, esta vez sosteniendo sus piernas encima de la cama, no había diferenciado si esa sangre provenía de heridas del chico, o si era sangre de alguien más la que se estaba lavando, pero parecía mejor idea no averiguarlo.

–Mamá...Woo... quiero irme de aquí. –Hundió su rostro entre sus piernas y tan pronto como sintió un mala corriente llenarle el vientre, levantó su rostro encontrándose con la mirada fría del chico inspeccionando la suya, su cuerpo se quedó estático en esos ojos tan pequeños y oscuros que Yunho podía jurar estaban llenos de tristeza, una tristeza que le hizo sentir un remolino en el estómago, pues más bien parecía que ese chico ocultaba su tristeza debajo de la ira.

Ahora que lo pensaba, desde que ese chico llegó no se había detenido a mirarlo con atención, su cabello rosa mal peinado, tenía una piel no tan clara como la suya, los labios más gruesos que había visto en su vida, llenos de pequeñas heridas que suponía era por mordisquearlos todo el día, o incluso una que otra como resultado por alguna pelea, un mentón bastante marcado y debajo de él una manzana de Adán que se veía tan atrac...

– ¿Qué estás mirando? –La voz gruesa del chico hizo a Yunho salir al instante de esa clase de pensamientos ¿qué le pasaba al pensar cosas así de un convicto?

–¿Yo qué? Tú estabas mirándome primero, rosado. –Habló firme sin saber de dónde le había llegado la valentía pero no se arrepentía, ese tipo era demasiado molesto, y si bien no le había dejado de dar miedo, no iba a dejar que lo pisoteara... con esas piernas bastante gruesas y marcadas.... –Mierda, ya cállate. –Murmuró para la voz en su cerebro.

Una fuerte mano sujeto la camiseta de Yunho y cuando menos se dio cuenta el rostro de Mingi estaba a solo centímetros del suyo, sus cejas fruncidas, podía jurar que veía la vena de su frente saludarle. Oh no.

–Estoy seguro que sabes hacer mejores cosas con esa boca que te cargas.

Un fuerte sonrojo invadió de inmediato el rostro de Yunho, ¿A qué clase de cosas se refería? Oh claro que Yunho lo sabía, pero hacía hasta lo imposible por creer que no era lo que su mente le estaba diciendo.

Prisionero. -Yungi-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora