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–Esto será más díficil de lo que creí.

–Abogado Choi ¿qué significa eso? Ayudará a demostrar la inocencía de mi hijo ¿no es verdad?...– La señora Jeong había dejado de beber su taza de té desde que el abogado había comenzado a hablar hace 10 minutos, ahora solo era una taza fría con un líquido insípido de la misma temperatura. 

–Por supuesto que si, estoy dándo todo lo mejor que puedo, es solo que... quién sea que le haya hecho esto a Yunho, es muy inteligente.– Se talló la cara un par de veces. Aunque quería negarlo, le parecía increíble que todas las pruebas incriminaban perfectamente a su cliente, decir que este era el caso más difícil que había tenido le hacía cuestionarse de haber elegido la profesión correcta. –Mamá perdón, debí estudiar arquitectura como querías. –Murmuró.

–¿Dijo algo?

–No señora Jeong, discúlpeme.–Bebió de su taza llena de cafeína y se puso de pie, tomando su maletín.–Aun hay algo que me incomoda...

La mayor miró al contrario con curiosidad pidiendole que prosiguiera.

–La mayoría de compañeros de trabajo de Yunho dijeron que era un buen chico y empleado, sin embargo todos se pusieron nerviosos al momento de pedirles que testifiquen.
Lo mismo ocurrió con el ingeniero Kim.

–¿El jefe de mi hijo?

El abodago asintió.

–Cuando le hablé de Yunho su cuerpo se tensó y me evitaba el tema diciéndo que sin él tenía mucho trabajo... nisiquiera me dejó pedirle su testimonio.–Terminó el líquido amargo y acomodó su traje dispuesto a salir. –Señora, le aseguro que llegaremos al fondo de esto.

La madre de Yunho se había igual puesto de pie para despedir al hombre y en seguida tomó las llaves de su auto y una fiambrera llena de comida, una soda y salió en camino a la comisaría.

[...]

–Odio estar aquí, Wonnie.–Dijo cabizbajo, entrelazando los dedos con su novio, a través de un espacio entre las gruesas varillas de metal.–

–Lo sé, amor, yo odio verte así... pero verás que pronto podremos irnos de aquí y en un futuro nos reiremos de todo. –Sonrío queriendo darle calma a Yunho y este solo asintió.

Miraba a todos lados, ya era hora de que su madre llegara, y ni bien pensó en ella, una mujer mayor siempre hermosa para él fue atravezando la puerta.

–Hola mis niños.– Saludó a ambos jovenes y el pelirrojo solo le dedico una sonrisa.– ¿cómo estás, bebé?

–Te extrañé mamá, gracias por venir de nuevo.

–No voy a abandonarte Yun, toma, come algo.

Su madre le extendió la fiambrera junto con unos palillos siendo agradecido el gesto por su hijo, en seguida de eso un policía se acercó a custodiar la escena hasta que Yunho terminó de comer.

"Si que me tratan como un críminal." Pensó Yunho, entregándole de vuelta la fiambrera ahora vacía a su progenitora, y la soda a medio beber.

A pesar de que sentía el estómago pequeño, la comida de su madre siempre le hacía sentir al menos un poco como si estuviera en casa. Los ojos siempre se le enrojecían de solo pensar que podría no volver a comerlo durante un tiempo.

–Yun, debo irme a mis prácticas.– Dijo su novio, haciéndolo volver a la realidad.

–Claro amor, te veré mañana ¿si?.

Wooyoung asintió y dándo un beso en la mano de su novio y en la mejilla de su su suegra se retiró de ahí.

El resto del tiempo, la madre de Yunho y él se la pasaban hablando, algunas cosas triviales como que su primo Yechan le había enviado cartas desde Alemania donde estaba estudiando.
Pero era inevitable no tocar el tema de que era posible que su madre solo pudiera ver a su hijo encarcelado por años.
La sola idea hacía que el corazón de la señora Jeong se encogiera en su pecho.

Llegó la hora límite en la que la mayor podría quedarse con su hijo, así que se levantó del suelo donde se encontraba sentada y le acarició la mejilla como símbolo de despedida.

–Vendré mañana, bebé, no te preocupes, te sacaremos de aquí.

–Lo sé mamá, descansa.– Miró a su madre irse y una vez más, se quedaba solo, rodeado de algunos policías en turno, y gente que estaba ahí para emitir demandas, realmente la comisaría estaba abierta 24 horas, pero a él solo le permitían estar durante la tarde con compañía.

Así era la rutina diaria de Yunho, sin nada más que pensar, podía jurar que se volvería loco si tenía que seguir ahí un día más.


Un poco de relleno porque no quise hacer muy largo el capítulo y lo dividí en dos °^°.

Prisionero. -Yungi-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora