13. Trabajo sucio

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Debido a la nieve, se retrasó la mudanza a la casa en la colina. Jin ha utilizado esos dos días para ver de mejor forma este grupo. Como se desenvuelve, qué hacen, cómo se comportan unos con otros y es... Bastante deprimente. Ha estado muy cómodo gracias a Hyejun, pero debido a la poca comida que tienen, muchos no tienen ni qué probar.

Mayormente, los que son mayores de treinta años o no tienen un trabajo que implique eliminar Yagtalja. Ha visto a dos personas ser asesinadas por cumplir cuarenta años. Hyejun considera que nadie mayor puede ser útil. Pondrá excusas, su pulso será menor y ya no tienen nada qué ofrecer.

Jin sabe que sucede porque la rebasarían demasiado en edad y ella debe cuidar su puesto como líder. Con lo volátiles que son la mayoría, marca respeto al no temblar el pulso. No le quita lo desagradable, injusto y cruel que es.

Al mismo tiempo, estas personas deciden estar aquí y prefieren morir dentro de un grupo por una bala o una puñalada en la cabeza, que afuera, ser devorados y acabar siendo un Yagtalja más.

Por eso consideró que... solo debe tomar todo e irse. Solo debe enfocarse en eso. En nada más. Alejar esa voz tan cizañera dentro de su cabeza que le dice: ¿Por qué no acabar con este grupo y que no hagan daño a nadie más? ¿Por qué dejarlos libres para que lastimen a otros? ¿Por qué dejarlos ir a que quieran vengarse de ti?

Mátalos, mátalos, mátalos...

Por tu bien y el del resto, mátalos...

Mátalos.

Su paz y renuencia a la violencia, a lo que hizo a esta gente tan terrible, se ve interrumpida de la forma más salvaje posible con una simple conversación. Hyejun lo mantiene cerca todo el tiempo, como si cuidara de su juguete y que nadie más lo use. Eso implica estar en las charlas con sus personas de confianza.

Entre ellas, un par de personas que nunca había visto.

—Encontramos un tren. Está en el área sur. Por lo que parece, ese grupo sabe muy bien cómo manejarlo, pero lo que me llamó la atención es la cantidad de comida que tienen. Se llevan tiendas enteras. Son muchísimos—Jin suda y tiembla en su sitio ¿Cómo es posible que se dieran cuenta? ¿Así de frecuente son las salidas del tren? —. Deberíamos ir a tomarlo antes de mudarnos a la montaña.

—Me interesa mucho el tren...—admite Hyejun apoyando las manos en la mesa. Un círculo rojo en torno a donde vieron el vehículo ferroviario—. Podríamos usarlo para viajar más... ¿Viste a muchas personas?

—Sí. También vi muchos niños.

Hyejun sonríe emocionada y meticulosa. Jin se relame los labios y se aclara la garganta.

—pero no sabes controlar un tren ¿O sí? ¿Cómo vas a usarlo? Y eso es muy lejos ¿Cuántos días tardaron en llegar?

—Tardaríamos cinco días—responde uno de los recién llegados—. Será lioso, pero todo lo que tienen vale ese viaje. —afirma enfático. Hyejun asiente con la cabeza.

—Tan solo mantendremos a quien lo maneja y los demás... veremos en la marcha, si no es que mueren todos cuando reclamemos el tren—Jin se saca sangre de tanto darse en el dedo pulgar y se ve obligado a llevárselo a la boca para succionarla—. Los niños serán buen entretenimiento... Buena comida si el invierno empeora.

Se hace más daño en el dedo. Lo aceptan sin más, ninguno pone mala cara, ninguno reacciona y algunos hasta lo celebra. Sabe que no han hecho eso hasta ahora, pero ¿Si de verdad lo hacen en el futuro?

Devorarían a los niños del tren.

Matarían a todos quienes los acompañan.

Se desharían de sus novios...

Sempiternal: Contaminated || BOOK 3#Donde viven las historias. Descúbrelo ahora