Sana Minatozaki sostenía con orgullo su diploma en la palma de su mano derecha. En la izquierda, una rosa roja que su padre le había enviado como regalo de graduación: finalmente era profesora de Literatura.
Giró su cabeza hacia atrás al notar agua golpeándole la espalda y luego papeles de colores rodearle el cuerpo de arriba abajo. Momo sabía como siempre hacerla sentir bien. Comenzaron juntas la escuela primaria, con tropiezos la otra rubia terminó el secundario y ahora ambas portaban su certificado universitario. Las metas que habían puesto para compartir finalmente se estaban cumpliendo.
Ahora, con sus 22 años recién cumplidos, comenzaba ese largo camino a forjar su vida dedicándola a su vocación; la enseñanza era en ella lo que Van Gogh pintaba o Poe plasmaba como poema. Era lo que el resto de sus días quería hacer, saltando aquello que podía llegar a obligarla para abandonarlo.
- Jackson va dar una fiesta ahora en su departamento ¿vienes?- Momo, al igual que Jackson, se habían formado como profesores de danza y juntos soñaban con fundar una academia a comienzos del año siguiente-
- No lo creo, Momoring. Mañana tengo una entrevista, debo acostarme temprano y descansar
- ¡Sana!- le reprochó ella. Las fiestas para Momo eran algo indispensable cuando las cosas salían bien - Solo un rato, luego yo misma te llevo al departamento
- La última vez que me dijiste eso me dejaste en el equivocado ¡A casi veinte cuadras del mío! No Momo, gracias pero iré a casa en taxi - refutó ella guardando su chaqueta bajo su brazo y alistándose para salir del edificio que ya no tendrá que volver-
- Está bien, pero este sábado no te salvas. Me voy, Dahyun debe estar esperándome para que nos bañemos juntas- se despidió alegremente saludándola con la mano. La rubia soltó un corto adiós e imitó el gesto.
Terminó por bajar los escalones de la Universidad y, en la calle, detuvo un taxi dispuesto a llegar a casa en un horario en el que pudiera terminar de arreglar las cosas para el día siguiente, cenar, darse una ducha y finalmente descansar en su cama leyendo la parte final de Captive Heart de Sarah Mc Kerrigan; aquel libro romántico que comenzó a leer la mañana anterior durante el desayuno.
Estaba cerrando el libro cuando su teléfono comenzó a sonar desde la mesa de luz, con cansancio, estiró la mano para tomarlo y atender rápidamente.
- Hola
- Hija ¿te ha llegado mi regalo?
- Hola papá, si la rosa estaba preciosa, gracias por el detalle.
- Oh hija, para nadie un regalo es una rosa. Hablo de lo otro
- ¿Qué otro? No, lo siento, aun no me llegué nada ¿De qué se trata?
- ¿Si te dijera seguiría siendo sorpresa? ¡No seas tonta, Sana!- bromeó el hombre con una pequeña risa que contagió a la rubia- Seguramente llegará mañana, estate atenta que tal vez llegue temprano o tal vez no
- Papá mañana tengo muchas cosas que hacer
- ¿Sigues con esa idea de viajar a ese pueblo? ¿Cómo se llama...?
- Lima. Y si, aun sigo con eso. Allí faltan muchos profesores por lo que seria una oportunidad agradable aprovecharla
- ¿Viajaras sola?
- Si, Momo se fue de fiesta con Dahyun por lo que dudo quieran acompañarme
- Pasaré por ti, no iras a ese lugar sola. Es un pueblo olvidado en el que solo los delincuentes lo habitan
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Lenguaje del Amor || Satzu •Adaptación•
FanfictionSana Minatozaki es la nueva profesora del McKleyn. Tzuyu Chou, es su estudiante menos aplicada. ♡ Esta historia NO ES MÍA, todos los créditos a su respectivo/a autor/a.