𝘊𝘢𝘱í𝘵𝘶𝘭𝘰 20: 𝘋𝘦 𝘯𝘰𝘤𝘩𝘦, 𝘧𝘳í𝘰 𝘺 𝘱𝘢𝘭𝘢𝘣𝘳𝘢𝘴

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Exhaló aire una vez más y deseó fuera la ultima, lo dudaba; cuando estaba nerviosa respiraba con dificultad y las palabras apenas hilaban para formar una oración coherente. Sí su cuerpo se encaprichaba en funcionar así por el resto de la noche temió por si misma, iba a pasar la vergüenza de su vida.

Regresó de vuelta al living pero se encontró sola. Maldijo, el perfume de Tzuyu aun seguía en el aire y no pudo evitar respirarlo por el simple hecho de hacerlo e invitarlo a su interior. Cerró los ojos un momento analizando la situación, estaba en casa de Tzuyu. La chica que la había humillado por la mañana, le había faltado el respeto las primeras veces que se vieron y ya le había lanzado dos granizados, aunque uno indirectamente, pero el hecho era el mismo.

Escuchó unos pasos acercarse, los abrió de golpe y se encorvó al instante para tomar su ojo izquierdo y rodearlo con sus manos. Quiso gritar maldiciones cuando abrir su ojo izquierdo equivalía a rasparse el brazo con una hoja metálica y producían el mismo efecto: soltar una lágrima de dolor extremo. Se quedaron unos segundos en esa posición hasta que una mano se detuvo en su espalda baja y escuchó la voz de Tzuyu.

- Mamá me mandó estas gotas para usted… ¿Le ayudo? – ella negó con la cabeza. Era increíble como una persona actuaba con miedo después de actuar con seguridad y la vulnerabilidad salía a flote por doquier. Se mantuvo firme, no quería a Tzuyu cerca de ella- No podrá sola- sintió como la mano de Tzuyu ascendía y bajaba en una caricia y copiaba su posición para hablar más cómoda. Ella se enderezó al instante

- ¿Te dijo que debía usarlas ahora?- preguntó tapándose el ojo con la mano izquierda y señalando las gotas. Tzuyu asintió con vergüenza- Dámelas, por favor

- ¿De verdad puede ser así…

- Que me las des, Chou. Las necesito- pidió abriendo su mano y recibiéndolas lentamente. Terminó arrebatándolas con algo de brusquedad y camino hasta el sillón acomodándose en el pegada al respaldar y su cabeza en el apoyabrazos. Llevó su mano derecha con el pequeño envase a su ojo y lo apretó. Escuchó una pequeña risa al no poder cumplir su cometido- ¿Qué es lo gracioso?- preguntó con pena al saber la respuesta. Tzuyu llegó hasta ella y le equito la diminuta botella para llevarla a su boca

- Debe abrirla primero- le dijo entre dientes con una pequeña base de plástico y luego arrancándola para tirarla a un costado. Sana tragó con dificultad cuando la morena apoyó sus rodillas sobre el sillón, a su lado- Ábralo- murmuró Tzuyu inclinando su cuerpo para tomar una mejor dirección y comenzando a ejercer presión sobre el envase mientras alzaba la mano-

- Tzuyu…- susurró Sana al sentir como el cuerpo de la morena se juntaba mas con el de ella y la mano de su alumna vagaba por su rostro en su ayuda. Escuchó un "¿si?" con picardía de Tzuyu pero ella no respondió. La morena separó con delicadeza y extremo cuidado la piel debajo y arriba de sus pestañas y por inercia ella volvió a juntarlas- Duele, Tzuyu- se quejó con voz ronca y escuchó a su alumna suspirar.

- Lo siento mucho. Mucho, mucho y de verdad- no dijo nada aunque pensaba distinto- Lo siento mucho, Sana - la escuchó mientras su mejilla izquierda era invadida por un dedo pulgar que solo le regalaba caricias ya los segundos volvió a abrir su ojo. Esta vez no se quejó aunque su cuerpo se lo pidió, pudo ver con algo de dificultad la cara de sorpresa de la morena y la culpa en todo su rostro. Estaba por volver a cerrarlo cuando Tzuyu se lo impidió y rápidamente le dejó unas gotas sobre la pupila y la misma Tzuyu la ayudó a cerrarlo con sus dedos y dejó una última caricia antes de apartarse.

Estiró su brazo y le impidió que se alejara, Tzuyu volvió a su lugar en un contundente rebote.

- ¿Por qué lo hiciste?- le preguntó por lo bajo y cuando abrió la boca para responder, la soltó y la morena se puso de pie. Jeongyeon y Nayeon bajaban las escaleras.

Lenguaje del Amor || Satzu •Adaptación•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora