Capítulo 38: Cambiando las reglas del juego para poder ganar

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Tzuyu salió de su casa casi corriendo pegando con algo de violencia la mochila a su espalda, ni eventualmente terminó por abotonarse su camisa favorita ni mucho menos notó que una de sus zapatillas llevaba los cordones desatados.

Tampoco le importó el pinchazo al arrancar una rosa del jardín de su madre ni el ladrido de Sheldon, el perro guardián de su vecina que cada vez que tuvo oportunidad la molestaba y sonrió cuando cruzó la calle y una bicicleta rozó su cuerpo porque no se detuvo.

Estaba feliz y nada de lo que le pasara antes de llegar al Instituto cambiaría ese estado.

Saltó de manera infantil los charcos de agua que estaban en la vereda, entraron con rapidez a un pequeño puesto de dulces y salieron con la misma velocidad y finalmente llegaron al McKinley.

En la entrada, se mordió el labio y dio un pequeño salto en el lugar al observar el estacionamiento. Se aferró a la tira de su mochila y corrió hacia la puerta principal.

El pasillo le pareció por primera vez eterno y cuando vio pasarlo a pasos apresurados inevitablemente llegó a su salón: se detuvo con tanta brusquedad bajo el marco de la puerta que la mirada de sus compañeros se fueron directo a ella.

Sin importarle la situación e intentando controlar la emoción, dejó la rosa sobre el primer banco y se agachó sonrojada a amarrar el nudo de su cordón; cuando se levantó y se acomodó la camisa descubrió a Mina con la flor entre sus manos y a Christopher con las cejas juntas por la confusión.

Se aclaró la garganta y le arrebató a Mina lo que le pertenecía y se escondió tras su banco. Fue Jungkook quién se puso de pie y llegó hasta ella para preguntar lo que todos querían saber:

- ¿Quién te dio eso?

- Nadie - respondió ella rápidamente y quiso golpearse. Ahora seguramente le preguntarían entonces a quién iba a regalársela.

- ¿Y de dónde la sacaste?- insistió Jungkook intentando tomarla pero ella la alejó y lo fulminó con la mirada.

- Ya, Jungkook - dijo Christopher desde la otra punta del salón en su defensa- siéntate y deja de molestar- terminó con las palabras dirigidas al chico pero una rara para ella. Tzuyu tragó con dificultad y por primera vez se sintió cohibida por su mejor amigo. Agitó la cabeza mientras escuchaba los pasos de Jungkook alejarse.

- Tzuyu está enamorada- canturreó Lisa cual niña mientras se sentaba un banco más atrás que Christopher. Tzuyu alzó la vista al instante y su sonrojo aumentó.

- Cierra la boca, Lalisa - la cortó Tzuyu poniéndose de pie.

- Está enamorada- se burló el resto mientras se tocaban el pecho, hacían movimientos lentos con sus hombros y ensanchaban unas sonrisa en sus caras.

-Idiotas- murmuró caminando de espalda a la puerta mientras los observaba con mala cara y continuaba susurrándoles palabas poco agradables.

- Eh, Chou ¿ya te vas?- quiso girar al instante cuando la voz de Sana tras ella la sorprendió pero la mano de la rubia en su cadera deteniéndole el paso no la dejó. Sana apretó ligeramente por encima de su ropa y se pegó a ella disimuladamente unos segundos. Una última caricia por parte de la rubia y la sintió alejarse hasta su escritorio- Buenos días, chicos- saludó Sana con su habitual sonrisa y Tzuyu se quedó mirándola; no recordaba que se hubiera ido tan hermosa y hubiera regresado aún más.

- Buenos días- escuchó a coro el saludo de sus compañeros pero su boca no se movió. Sana giró a verla y apretó sus labios seguramente para no reír, se sonrojó más de lo que ya estaba y bajó rápidamente la vista al piso.

Lenguaje del Amor || Satzu •Adaptación•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora