- Tzuyu… Tzuyu…- la morena apretó sus ojos y mordió internamente sus labios al escuchar su nombre en tan armoniosa voz. Alguien tocaba su hombro de manera cariñosa y acariciaba de arriba a abajo su espalda en un intento por despertarla.
El viaje podría haber sido largo pero estaba convencida de que durmió la mitad del mismo y desaprovechando la oportunidad de admirar las calles de New York. Las plazas, los carteles de espectáculos y todos esos pequeños detalles que había escuchado conformaban a la ciudad de los sueños.
Pero no se arrepintió, sabía que tenía otro viaje de regreso para ver lo que anteriormente no había podido.
- Tzuyu… Tzuyu, despierta- escuchó el ruido de dos puertas cerrarse y sintió la soledad en que la habían dejado Christopher y Jimin y que solo compartía ahora con Sana. La rubia volvía a darle un pequeño zarandeo pero ella aun no quería abrir sus ojos. Sentía la cercanía de su profesora pegada a su espalda y, voltear a verla, sería demasiado raro.
Ignoró la petición de moverse y solo soltó unas palabras.
- Enseguida bajo- le dijo esperando que la mano que invadía su espalda se alejara y la brisa que golpeaba contra su cuello también ¿Era la respiración de Sana que le erizaba la piel o solo el viento que la ventanilla abierta dejaba ingresar?
Despegando lentamente la unión de sus pestañas, suspiró aliviada cuando vio la figura de Sana caminar dentro del que, seguramente, era el departamento de su amiga.
Contó hasta cincuenta antes de abrir la puerta y bajar con lentitud.
Del sol ya no quedó rastro alguno por lo que el frió golpeó su piel y la obligó a abrazarse a si mismo hasta ingresar al lugar y llegar hasta sus amigos. Todos estaban de pie frente a una barra y escuchando lo que su profesora les decía.
- Los vasos rojos son bebidas con sabor a cola y los blancos de limonada. El quipo de musica solo lo manejara Momo…
- Ya que tuve que trabajar casi dos años para comprarlo- acotó la Japonesa y ella sonrió. Aun no habia cruzado palabra con Momo pero parecía agradable-
- Ya que es de su propiedad- dijo Sana terminando su frase anterior- ustedes pueden pedirle la musica pero ella hara los cambios. Dahyun será la… ¿Y Dahyun?- le preguntó a Momo impidiendo que los demas escucharan-
- Dijo que prepararía una…
- ¡Sorpresa!- de repente, todos voltearon hacia la puerta de entrada. Un pato de peluche demasiado grande aparecía con dificultad dando pequeños saltos y aplaudiendo mientras cantaba una canción- ¡Hola, niñitos hermosos!- se acercó, lo que Tzuyu dedujo era la otra chica disfrazada, caminó hasta Jimin y tiró de sus mejillas. La morena le dio una mirada rápida a Sana, la rubia observaba todo con la boca abierta-
- Eh, amor, ven aquí- intervino Momo tirando de una de sus grandes plumas y reteniéndola a su lado- ¿Qué demonios es esto, Dubu?
- ¡Ay, Momoring! Ellos son niños ¿y con qué juegan los niños?
- ¡Con patos demasiados sexys!- gritó Christopher arrojándose encima de la rubia y logrando que ambos cayeran al piso-
- ¡Quítate de encima, idiota!- lo empujó Momo lejos de su chica y luego la ayudó a levantarse- Dahyun, quítate eso ya mismo- ordenó molesta aun con la imagen de Dahyun riendo por la caída anterior-
- Pero Momo…
- Ahora, Dubu.
- Nada de esto tendría que estar pasando ¿o si?- le preguntó Momo a Sana acercándose a donde la rubia estaba observando a sus alumnos.
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Lenguaje del Amor || Satzu •Adaptación•
FanfictionSana Minatozaki es la nueva profesora del McKleyn. Tzuyu Chou, es su estudiante menos aplicada. ♡ Esta historia NO ES MÍA, todos los créditos a su respectivo/a autor/a.