Ya no había mucho para decir, mucho menos para aclarar. Sana estiró su brazo, rodeó la cintura desnuda de su novia y la atrajo contra ella solo porque lo mucho que era, era para hacer.
Tzuyu había dormido toda la noche de manera tranquila y la fiebre le había bajado considerablemente. Cuando ella despertó quitó la toalla de su frente y se dedicó a acariciarla para solo notar que la morena sonreía entre dormida y respondía a sus toques con unos suaves suspiros.
Sana pegó su rostro al cuello de su novia y bajó la mano hasta su abdomen, le encantaba dibujar cosas en el y así lograr que Tzuyu abriera los ojos. La morena le rodeó la espalda y fue suficiente acto para que ella hablara:
- Buen día- murmuró en tono infantil mordiéndose el labio inferior para no hacerlo en la piel de su chica.
- Hola- dijo Tzuyu y ella no pudo evitar finalmente ceder sus dientes contra su cuello. Le encantaba el sabor mañanero de ese lugar y la voz grave de Tzuyu en un informal saludo.
- ¿Cómo estás? Te cuidé toda la noche, no quería que la temperatura siguiera subiendo ni te causara algo más. Tosiste solo dos veces y te moviste incómoda una.
- Allí tienes la respuesta, entonces.
- Por cierto… decías cosas mientras dormías anoche- susurró Sana separándose para acomodarse sobre sus codos, con su vista fija en Tzuyu y en sus labios. Los observó curvarse en una íntima sonrisa e inevitablemente ella ensanchó una más.
- Acabo de enterarme que hablo dormida ¿Qué decía?
- Mi nombre- aseguró Sana sonrojándose y Tzuyu juntó las cejas en una extraña mueca- No estoy mintiéndote.
- No dije eso…Bueno ¿y qué más?- preguntó Tzuyu enderezándose y sosteniendo su cabeza sobre su mano derecha en una mirada inquisitiva hacia Sana.
- Eso. Decías mi nombre y… te estoy hablando en serio- reclamó la rubia al ver a su novia tirarse otra vez contra el colchón solo para reír- no sé lo que soñabas para decirlo de una rara manera- continuó Sana acomodando medio cuerpo sobre el de Tzuyu y estirando su cuello hasta su oído- pero estoy segura de poder lograrlo otra vez- susurró mordiéndole el lóbulo de su oreja y sonriendo al escuchara suspirar - justo en este momento- terminó al dejar un beso en su cabeza.
- Sana…
- Sí- aseguró la rubia dejando otro en la frente de su novia- así lo decías. Y lo decías otra vez.
- Sana…
- Y otra más.
- Sana…
- Sí… lo dijiste toda la noche así- murmuró Sana antes de dejar un beso en la frente de Tzuyu. Depositó otro al costado de su ojo izquierdo, uno en la mejilla, otro bajo su mandíbula y finalmente rozó sus labios. Tzuyu susurró una última vez su nombre y ella atacó su boca sin miedo. Cerró sus ojos apenas se tocaron, entreabrió sus labios y acomodó su lengua al lado de la de Tzuyu. Las obligó a rozarse y luego juntarse en una unión puramente armónica. Amaba la sensación en la piel de Tzuyu cuando se ponía nerviosa y tontamente suspiraba con errores.
Hundió su cadera contra la de la morena y esa fricción generó placer pero ninguna lo demostró. Tzuyu enterró sus manos en la cabellera de Sana, apretó sus dientes y cuando la rubia iba a quejarse tiró de su labio inferior mordiéndolo y acariciándolo con su lengua cuanto quiso. La rubia deslizó sus manos por debajo de su espalda y tiró de ella para sentar a su novia y luego sentarse sobre ella.
Escuchar la respiración alterada de Tzuyu, sus manos sin saber dónde tocar y sus propias piernas cerrarse de manera autoritaria sobre la morena, le recordaron que las cosas entre ellas habían cambiado. Que el cambio no fue malo pero cambio fue al fin y al cabo: no había confiado en Tzuyu y por el contrario había creído en su propia imaginación manipulada por los celos y por el miedo a perderla.
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Lenguaje del Amor || Satzu •Adaptación•
FanfictionSana Minatozaki es la nueva profesora del McKleyn. Tzuyu Chou, es su estudiante menos aplicada. ♡ Esta historia NO ES MÍA, todos los créditos a su respectivo/a autor/a.