Capítulo 42: Cuando una primera vez se vuelve eternidad

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Y todo ya estaba listo.

Tzuyu fue segura, audaz y delicada al momento de ordenarle a Sana que dejara su propia casa unas horas solo para ella.

La rubia no protestó ni intervino con reproche alguno. Solo cuando estaba del otro lado de la puerta y Tzuyu intentaba cerrar que intentó persuadirla por solo una hora afuera o apenas unos 45 minutos.

- No me hagas esperar tanto- murmuró la rubia inclinándose para dejarle un tentador beso en los labios y Tzuyu reaccionara como ella deseaba. Pero la morena solo negó juguetonamente con la cabeza y se mordió el labio. Sana sabía lo que eso significa, conocía los gestos de su novia y sabía cuando algunos implicaban cariño y ese amor que todo el tiempo le demostraba. Pero sabía también cuales eran aquellos cargados de picardía y que solo iban a hacerla sufrir después. Sufrir placenteramente.

- Ten cuidado con quién te detienes a conversar- la señaló Tzuyu con su dedo índice en una advertencia y ella alzó una ceja sin entender. Se acercó a su novia y la abrazó por la cintura susurrándole contra su oído a qué se refería- No quiero enterarme que has hablado con otra alumna o algo así- respondió Tzuyu sin importarle como sonara una escena de celos a las 10 de la mañana o cómo la misma Sana la podía tomar.

- ¿Eh?- se separó Sana con diversión pero Tzuyu la retuvo por el cuello de su suéter y la regresó contra ella para besarla y alejarla luego finalmente unos pasos.

- Estás advertida… Solo das vueltas en el auto y ante mi llamada regresas- ordenó Tzuyu apuntándola otra vez y luego cerrando la puerta.

Sana sonrió y agitó la cabeza aún más. Quitó las llaves de su mini Cooper de su pantalón y caminó hacia el.

Sea cuantas sean las vueltas que diera, iban a ser eternas hasta que Tzuyu la dejara regresar.

Tzuyu se apoyó contra la puerta y recostó la cabeza hacia atrás intentando que su pecho dejara de subir tan fuerte y bajara con la misma intensidad. Bien, tal vez solo ahora se trataba de esperar por un poco de organización mental y luego corporal.

Inhaló y suspiró tan lento como pudo y observó el reloj: 10:13 a.m. Tiró nuevamente su cabeza hacia atrás y cerró los ojos. Aún faltaban unos minutos por lo que hacer algo en su espera solo la volvería más eterna.

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Cuando golpearon con fuerza la puerta y dio un salto del susto descubrió que finalmente eran las 10:32. Sonrió, se aclaró la garganta y volvió la seriedad a su rostro para voltear y abrir:

- Ésta no era la hora, Christopher- le reclamó a su mejor amigo mientras él ingresaba cargado de bolsas y una canasta.

- No, tienes razón- respondió Bang con dificultad arrojando todo sobre el sillón- era a las 10:30- ironizó antes de acercarse a ella y dejarle un beso en la mejilla- Hola ¿no?

- Mmm, hola- dijo ella saltándole en un abrazo y corriendo luego hasta los paquetes- ¿Está todo?

- Todo… o al menos lo que pude conseguir… Por cierto, me quedé con el vuelto y compré una cerveza en el camino.

- Está bien… ¿Emily preguntó por mí? – preguntó Tzuyu mientras abría las bolsas y comenzaba a ver lo que tenían adentro.

- Tranquila, tengo todo eso controlado. Solo cuando regreses avísame antes ¿está bien?

- Claro… Espero estés cuidando mi casa, Christopher.

- La heladera ya está vacía, tu ropa interior hurgada, así que sí, la estoy cuidando.

Lenguaje del Amor || Satzu •Adaptación•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora