Capítulo 11

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Ánika

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Ánika

Todo en la inmensa sala era glamour y estilo, la gran pasarela resalta por todo el lugar, pequeñas mesas adornadas con manteles de seda blanco que en su centro tienen un pequeño jarro con un ramo de rosas blancas llenas de perlas, las mesas con luces que destacaban a los invitados que las rodaban.

Cada una es asignada a alguien importante, nosotros entramos juntos de mano, representando lo que debíamos ser ante la sociedad, una pareja feliz.

Stuart no suelta ni un segundo mi mano, vamos de aquí a allá saludando cordialmente a todos nuestros socios. Llegamos justo a tiempo para ver a Tina pavonearse de este evento y se lo merecía, ella a su corta edad destaca sobre miles de diseñadores, su talento es increíble y a pesar de empezar de cero hoy es una a las muchas que está en la cima. Se merece esto y más, es una mujer talentosa y hoy seré capaz de ver diseños con mis ojos y no con mi mente.

—¡Cuánta alegría me da verlos hoy aquí chicos! —exclama con felicidad envolviéndome en sus brazos.

Porta un precioso vestido rojo, a diferencia del mío el de ella es más provocativo que el que porto yo. Hace transparencias por todo su cuerpo, es un bordado precioso de pequeñas y grandes rosas rojas que desfilan dispersas por todo el, es de solo una manga, se le ajusta al cuerpo como una segunda piel hasta tocar levemente el suelo.

—Luces preciosa y amo tu vestido,¿Es nuevo? —le hablo con emoción.

—Sí, es la gema de esta colección, lo hice todo a mano y esas perlas que ves... —se inclina para susurrarme al oído—, son diamantes.

—¡Está precioso!

—Pero Ánika querida, tú opacas a todo lo que esté a tu alrededor, ¿verdad Scott? —lo incita a hablar con exaltación.

Tania diseñó mi precioso vestido de novia y desde aquel día hicimos muy buena amistad, es ese tipo de chica que cae bien con solo respirar cerca de ella. Su cabello rojo combina perfectamente con su vestido a medida que hace gestos con las manos y su cuerpo, sus expresivos ojos cafés miran con alegría a "Scott uno" o Stuart y este le devuelve la sonrisa un tanto tenso.

—Nada tiene comparación con mi hermosa mujer, ni siquiera tú con tu ostentoso trapo llamado vestido —dice y Tania ríe a carcajadas.

Increíblemente este hombre debería haber usado este grandioso talento en alguna novela o película. Joderrrr, son idénticos, tiene una exacta forma de imitar a Scott que impresiona. Sino los llego a ver juntos hasta creo que llego a follar con él pensando que es mi marido.

Scott siempre era odioso así con Tania, era su forma de tratarla y ella es una contenta, que puedo decir, si en más de una ocasión lo regañaba y siempre hacía lo mismo.

—No cambias Scott, pero concuerdo al cien contigo. Ánika querida, me alegra un mundo que estén aquí y que puedas ver al fin, cuánto me alegra joder... —me expresa feliz y vuelve a abrazarme—, disfruten de la noche y por favor ya no te me pegues más que vas a opacar mi precioso vestido y el foco debe ser el hoy.

Más allá de lo que se puede Ver Donde viven las historias. Descúbrelo ahora