¿En qué momento la perfecta burbuja en la que vivía se rompió?
Todo el cuento de hadas que vivió por 26 años se esfumó como humo frente a sus narices. Lo que menos imaginaba sucedió, y mucho menos pensó que su esposo y hasta su familia, le ocultara...
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Ánika
Las manos fuertes me presionan los labios y parte de mi nariz. El olor carácterístico suyo me indunda las fosas nasales. Me remuevo inquieta murmurando cosas que no se llegan a escuchar. Estoy completamente presionada a su cuerpo, inmovilizada. Pero siento murmullos justo fuera, veo por debajo de la puerta cómo encienden las luces. Me quedo quieta solo escuchando nuestras agitadas respiraciones, tengo las uñas presionadas en sus muñecas, casi puedo sentir como desgarro su carne.
Los pasos y recorriedos fuera cesan en un rato y las manos me sueltas. Me enfrento a el que me acorraló , pero también me salvó de ser atrapada. No le doy chance a nada , me lanzo encima y de una bofetada hago girar su rostro.
Su cabello negro se mueve del impacto tapando sus facciones, su mano va directo al golpe, veo un hilo de sangre delizándose por su barbilla. Sonrío satisfecha y levanto mi arma hacia su cuerpo.
Él ahora se enderza y sus ojos ven los míos, su mirada comprime mi pecho. Son exactamente iguales, él me hace sentir cosas en mi interior, me golpeo mentalmente la cabeza para alejar los malditos pensamientos que me vienen, él no es Scott.
Su sonrisa se curva hacia arriba, y yo arrugo mis cejas frunciendo mi ceño. Mi mano no tiembla , tengo el arma en ellas.
—¿Últimas palabras maldito cabrón?
Ahora si saca los dientes y mi puño libre se cierra de la impotencia.
—No lograrás eso que te propones —confiesa y ahora soy yo la que sonrío.
—Mírate aquí , y yo con un arma en mis manos. Nada ni nadie me impedirá dispararte ahora mismo.
—Hazlo —pide serio.
Este tío de verdad tiene que tener algún tornillo suelto, realmente ya sé que es lo que los diferencia. Stuart está completamente loco , si mi psicóloga se encuentra con él creo que le diagnosticaría más de un síndrome.
Mi mano aprieta el arma con fuerza apuntándole directo a su frente, la pongo más derecha cuando veo levanta un aparato que no reconozco y lo deja caer en el suelo. ¡Mierda! , aprovecha la distracción para quitarme el arma en un segundo. Ahora es el gemelo quién me apunta con ella a mí.
—Siempre he querido tenerte así —expresa y yo tuerzo los ojos.
—No tengo miedo a al muerte joder , no lo hagas tan aburrido. ¡Dispara! —exijo gritándole.
El silencio se apodera del sitio mientras nuestras miradas hacen una competencia.
—Querida , yo no soy el que quiere tu cabeza. Mi padre es el que se hará cargo de esta venganza, él es el que tiene todo el derecho de hacerlo.
Río con ganas por su comentario.
—Pues llévame con él —reclamo sin miedo.
Veo que nuevamente no responde nada. Me muevo de pronto para golpearlo , pero es mucho más rápido que yo. Solo logré quitarle el arma de sus manos, cayó al suelo, pero ahora estamos fajados. Intento golpearlo , pero solo se defiende y justo cuando pienso que va abofetearme, toma mi cabeza bruscamente y me hace girar todo el cuerpo hasta que quedo de espaldas a él , coge mis manos atrás como si fuese a ponerme esposas. Todo lo hace en nanoseguendos.