Capítulo 23

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Ánika

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Ánika

Mi cabeza va a estallar de un momento a otro, toco instintivamente mis oídos tapándolos con fuerza cerrando los ojos al mismo tiempo. Los zumbidos no paran , sin embargo logro ponerme de pie como puedo. Scott estaba ahí , juro que lo vi.

Abro mis ojos y veo directamente ahí, todo es un maldito caos y la camioneta está volcada y de la misma sale fuego. Todo a su alrededor son hombres muertos tirados por todas partes. Camino poco a poco hacia ella, mis tímpanos están aturdidos , no escucho nada a mi alrededor. Llego cerca de la camioneta y las lágrimas comienzan a bajar por mi rostro.

Mi vista está fija dentro de la camioneta blindada. Veo varios cuerpos atrás quemados por completo, no se define nada de ellos. Pero si puedo ver en uno de los que está enfrente un típico anillo. Comienzo a sollozar con fuerza.

Era real maldita sea, era real , era él el que estaba ahí dentro. El anillo en su mano no tiene forma alguna está todo desgastado pero ningún otro tiene anillos. Solo él era el que siempre lo usaba , no puede ser casualidad.

Mis gritos se hacen audibles y caigo de rodillas al suelo. Esto no me puede pasar a mí , no creo que lo haya perdido todo en un puto día. Las lágrimas escurren sin parar por mis mejillas ,y yo solo agarro mi cabeza cn fuerza lamentándome por todo lo que me arrebataron hoy.

Luego de varios minutos en ese estado, todo se vuelve negro para mí.

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Mis párpados pesan pero con toda la fuerza del mundo trato de abrir los ojos. Espero que todo eso que pasó en estos días sea una horrible pesadilla, no pueden ser tan crueles como para quitarme todo lo que amaba en el mundo, mis razones ser, no pueden ser así de malos como para tanto.

Mi esposo, la mujer que es como mi madre, mi cariñoso y fiel chofer. ¡No puede ser verdad!

Abro los ojos de golpe y me sobresalto en la cama. Tengo oxígeno puesto en la nariz y suero en mis manos, diviso todo a mi alrededor y todo está en penumbras, estoy en una habitación con las cortinas cerradas pero logro ver que es de noche. Fuera escucho murmullos de personas , de pronto la puerta se abre y veo que entra una enfermera.

—¡Ella despertó! —exclama a los de afuera.

Entran corriendo Ramírez y otros de nuestros socios. La mano de mi abuelo se extiende hacia mi mano y la sostiene con fuerza. Lo veo por primera vez en mis 26 años llorar , yo hago lo mismo al verlo, al ver también que al parecer todo fue real.

No veo a Scott por ningún lado por lo que comienzo a quitarme todo , quitarme el maldito oxígeno , arrancar el suero en mis manos y a dar gritos sobre la cama.

—¡Me los quitaron! Se fueron —chillo llorando con fuerza.

Siento que casi todos se marchan quedando solo Ramírez y la enfermera que va hasta donde yo apresurada.

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