Ánika
El silencio se hace un poco extenso al ver todos que yo no respondo nada. Dejo que todos se marchen a excepción de mi abuelo y esposo.
—Estaba tomando aire, ¿o tampoco puedo?
—Claro que puedes cariño, solo nos peocupamos, recuerda que no estás sola y hay alguien que quiere ver tu sangre correr —me explica un poco menos alterado mi abuelo.
—Si ya terminaron deseo ir a dormir, mañana mismo pienso dar el primer golpe a Parisi —manifiesto.
—¿Qué harás? —cuestiona Scott antes que nadie.
—Voy a lanzar mis ataques primeramente a sus casinos aquí en Estados Unidos —respondo.
—Son casi treinta Ánika —me recuerda Ramírez.
—Lo sé por eso voy a pensar bien cada cosa. Aún no se donde está su cueva pero de que se irá de mi territorio se irá.
Mi abuelo se gira al notar que llega un chico que parece ser doctor al lugar donde estamos.
—Tardaste —le reprocha mi abuelo de malas maneras.
—Lo siento señor, ya estaba dormido vine en cuanto supe que llegó.
¿De qué va todo esto?
—Ánika querida, hay que instalarte tu rastreador. Todos tenemos uno y aunque los autos y el celular tengan también , esto es para más seguridad —explica
¿Así me localizarían más rapido?
El chico con su maleta me ve a los ojos para decirme:
—Vamos a la enfermería.
Yo asiento sin reclamos y le sigo con Scott respirándome atrás, se que le debo una explicación. ¿Cómo le digo que estaba viendo a su hermano?
Aunque me reveló cosas que no sabía, por lo menos ya sé que fue lo que hacía en mi casa, era un misión, todo su plan de hacerse pasar por Scott era nada más y nada menos que matarme.
¡Pero no pudo!
¡Las oportunidades no se le van a dar muchas veces en la vida!Llegamos a la enfermería y veo una camilla tipo sala de operaciones, con luces y aparatos medicos modernos. Me indica que me recueste y al hacerlo noto a Scott sentándose en una de las butacas. Nos quedamos ambos en silencio al salir el chico a cepillarse bien las manos.
Nadie inmuta palabra alguna, luego tendremos tiempo de conversar. Entra el muchacho y comienza a ponerse los guantes con ayuda de una chica que entró junto a él.
—Esto te dolerá un poco ahora —me habla el chico.
Apaga todo el lugar dejándo nada más que las gigantes luces del quirófano, estoy boca abajo en la camilla y me corre el cabello a un lado.
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Más allá de lo que se puede Ver
Romantizm¿En qué momento la perfecta burbuja en la que vivía se rompió? Todo el cuento de hadas que vivió por 26 años se esfumó como humo frente a sus narices. Lo que menos imaginaba sucedió, y mucho menos pensó que su esposo y hasta su familia, le ocultara...