Capítulo 19

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POV:Stuart

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POV:Stuart

La oscuridad de la habitación hace que pueda ver sin problemas. La chica a mi lado se mueve quejumbrosa. Me levanto con pesadez de la mullida cama, y comienzo a vestirme, mis ojos en el proceso van al cuerpo desnudo de la chica que está de espaldas a mí.

Termino de ponerme el pulover y chaqueta de cuero para salir de aquí.

—¿Te vas tan rápido? —expresa soñolienta la mujer que me follé anoche, ni siquiera sé su nombre.

—Es de día ya. Cuando regrese no quiero verte aquí —gruño y giro mi espalda para salir con su imagen en mi cabeza.

No puedo alejar de mi mente a la maldita rubia de ojos azules, aún tengo en mis manos el tacto en su cuerpo. Sé que me precipité al verla escondidos, pero no podía aguantarme las ganas de poder perderme en sus ojos.

¡Cómo se derretía en mis manos y gemía por lo que le hacía sentir! Me sacudo la cabeza tratando de alejar los pervertidos pensamientos que me llegan, el sonido de mi celular me despita de ellos.

—¡Qué quieres! —descuelgo de malas maneras.

—Van directo a Moon, van armados hasta las trancas —me hace saber.

¡Joder!

—Está bien —le digo para luego colgar.

Marco a Juan y le aviso que esté preparado para lo que se viene, si Moon cae nos costará levantarnos, aparte que se largarán socios fuertes con ellos.

"Se está regando como pólvora que la hija de los Castellanos llegó"

Sus palabras taladran en mi mente, sé que es cuestión de tiempo que se forme la tercera guerra mundial en Estados Unidos, pero por lo que veo va a comenzar más rapido de lo que esperaba.

Ella es testaruda, pero cuando se le mete algo en la cabeza no para hasta tenerlo. Conduzco en mi auto hasta llegar al club, me queda casi a cinco cuadras, pues ayer mismo estaba aquí buscando con quién saciar las jodidas ganas que le tengo a la rubia.

Estaciono el auto sin siquiera ponerle seguro, en el camino a la entrada tomo mi arma y reviso cargador, vuelvo a meterla en mis pantalones hasta que entro al club. Parisi me va a matar si ve que les pongo en bandeja el club, y ya no hay tiempo para llamar a nadie por refuerzos, si él me llamó es porque segurito que deben estar en camino.

Moon está lleno de personas a estas horas, personas de limpieza y reparaciones, pues estamos haciendo una planta más en el lugar.

—Los empleados lárguense de aquí, salgan por la puerta trasera —grito nada más cruzar el umbral.

Juan manda ordenes claras a su micro y todos veo que dejan de hacer varias cosas para marcharse, tengo solo cuarenta hombres adiestrados y armados, pero sé que no es suficiente.

Más allá de lo que se puede Ver Donde viven las historias. Descúbrelo ahora