Capítulo 21

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Ánika

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Ánika

Casi tres semanas han pasado y al fin decido ir a  mi hogar. Parisi no ha dado nuevas señales de vida y tengo que pensar en otra estrategia. Él perdió bastante con el golpe que le di, otra vez tengo en mis manos socios que eran de mi padre, no como antes pero muchos han venido casi arrastrándose a mis pies.

Los negocios siguen igual, las mujeres , las drogas,  el lavado, tráfico de armas y aún sigo con mi máscara ante la sociedad. Bufo para mis adentros al pensar en el jodido trapo que tenía vendando mis ojos, aún no recuerdo muchas cosas de mi infacia ni de mis padres, pero llegarán. A veces tengo pesadillas con los disparos que viví siendo una niña.

Hoy programé una reunión con Ghes, él me va a hablar un poco más acerca de esto. El tío Ghes como lo llamaba era el consejero de papá, luego de su muerte se largó. Cuando se mata un clan se mata a todo el linaje y gente que lo siga con lealtad , para que no se presenten dolores en el culo luego.

Ghes por esa parte sabía que le esparaba y huyó, no podría juzgarlo pero tampoco lo defiendo, cambió su identidad y se largó a un país latino para empezar de cero con su mujer. Jamás me contactó ni me buscó, me vienen a la mente recuerdos de él jugando conmigo y el unicornio que me había regalado papá.

Hace varias semanas pedí que lo buscaran, quisiera tratar más con el cosas que aún hacen un hueco en mi mente, nadie me dice lo que de verdad quiero oír. ¿Por qué diablos David me dejó viva?, ¿Por qué hasta hoy nunca me ha atacado?.

Mi abuelo solo me dice que estaba completamente segura a donde quiera que fuera, que tenía hombres por cada punto cardinal al que me dirigía, todo luce muy real, pero los seres humanos fallan , nada es tan perfecto y sé que tuvo oportunidad de matarme. ¿Por qué hasta ahora?

Espero que Ghes me llene aunque sea algunos huecos que mi mente no llena.
El Audi lo estaciono en el parqueo de mi hogar, fuera está una feliz y emocionada Alicia esperándome.

Me bajo y le sonrío con cariño, mis pies se dirigen a donde se encuentra y la abrazo. Ella besa mi cabeza y su olor me da al instante la tranquilidad que no he tenido ,desde que llegó la oscuridad en la que estoy sumergida.

—Te extrañé pequeña —susurra conmigo entre sus brazos para luego soltarnos.

La miro a los ojos sonriendo y ella me indica entrar.

—Yo también te extrañe Ali —le expreso rodeándola con mi mano sus hombros.

Entramos a la mansión y sigo hasta ir a la piscina, todo es como la ultima vez que estuve. Me siento en una tumbona y ella en la otra. Pongo mi sombrero a un lado para verla de frente aunque hace sol.

—¿Cómo lo llevas? —inquiere Alicia con la voz suave.

—Todo está tranquilo por ahora —le confirmo y ella asiente.

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