Capítulo 24

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Ánika

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Ánika

Las manos las siento temblar al escuchar eso, pero debo estar preparada. Me ha tomado bastante tiempo, por mucha terapia que haga y muchos psicólogos que vea , la propia medicina la tienes tu misma. Y debo ser fuerte porque ese hueco en el que me he encontrado hasta hace unos meses ,ahora lo siento respirarme en la nuca y no le voy a dar más poder sobre mí.

El yet que tengo acapara toda mi visión , estamos en el aereopuerto de Canadá. No hay nadie entrado o saliendo de aviones ,pagamos para mantener todo en privado, atrasando vuelos para poder irnos sin ser vistos. Subimos por las escaleras juntas, la doctora me ve con cariño , entramos y nos sentamos en las inmensas butacas que tengo dentro del mismo.

—¿Cómo te sientes? —la escucho y giro mis vista hacia sus ojos.

Está frente a mi en la butaca sentada, sus ojos pasan de mis ojos a mis manos.

—He tenido días mejores, pero tengo que ser fuerte —le respondo y ella me da una sonrisa.

Para Lianne es tan fácil sonreír , yo hace bastante no sonrío así de forma espontánea. La psicóloga se inclina y pone su mano sobre la mía.

—No estáras sola cariño, estaremos todos para ti. Debes volver y tu clan te necesita.

Yo solo asinto forzándole una sonrisa que se esfuma al segundo.

El avión despega y trato de cerrar los ojos prepárandome mentalmente para despdirme de mi esposo, de Ali y de Jorge. Mi garganta se seca y mi pecho se comprime al momento, y creo que está al comenzarme otro ataque.

—Ánika haz lo que te dije. —Veo a Lianne gritándome desde su asiento.

Mis ojos la ven pero no mi mente no está aquí, está reviviendo ese día, el día que me los arrebataron, que los mataron como animales frente a mí.

Mi pecho se aprieta y comienzo a hiperventilar, me falta el aire y comienzo a asustarme , he pasado por esto ya en tantas ocaciones en estos meses. Centro mi mente en cosas diferentes y comienzo a ponerle atención a mi respiración.

"Inhalo, Exhalo, Inhalo, Exhalo..."

Sigo así hasta que siento mi corazón calmarse en mi pecho y cómo me voy tranquilizando en la butaca. Este ejercicio fue uno de los primeros que me enseñó ella ,recuerdo burlarme en su cara cuando me lo comentó. Pero días después en una de mis crísis lo recordé y lo hice , poco a poco , respirando con suavidad hasta relajarme y funcionó.

Ahora suspiro pues me siento orgullosa de no necesitar de tantos medicamentos, y poder controlarme cada vez que llegan mis crisis.

—Muy bien Ánika —murmura Lianne sonriéndome.

Termino el viaje recostada a la butaca tratando de dormir, pero me es imposible. El avión aterriza , pues solo hay escasos minutos de vuelo desde Canadá hasta California. Bajamos y los autos rodeados co más de 200 hombres nos esperan.

Veo a mi abuelo en el final de la escalera por la que bajamos. Mis ojos se critalizan al ver su semblante triste. Ha perdido tanto en su vida, que no soportaría perderme a mí también.

—Pequeña, que bueno verte mejor al fin —susurra en mi oído.

Sus brazos me aprietan en un fuerte abrazo, todos a nuestro alrededor ven la escena.

—Los extraño mucho abuelo —le hablo y comienzo a llorar.

No me detengo cuando las lágrimas surcan como corrientes de agua en mis mejillas. Llorar es muy bueno , te ayuda a soltar todo lo acumulado dentro.

—Yo también pequeña , yo también —concuerda conmigo y lloro aún más.

Ramírez no me suelta , hasta que poco a poco me voy calmando. Luego de un rato, uno de sus hombres le tienden una botella de agua y el me la da. Tomo un poco de agua y limpio las escasas lágrimas que van quedando en mi rostro.

—¿Nos vamos?

Asiento con mi cabeza y con sus manos alrededor de mi espalda entramos a uno de los autos, la pscicóloga entra en otro junto a mis hombres y así salimos rumbo al cementerio.

El cementerio es privado, ahí solo están los cuerpos de las personas más importantes e influyentes de California. El trayecto se hace un poco extenso, y yo solo tengo la vista fija en la ventana de mi costado. Las manos de mi abuelo no sueltan las mías.

Veo ya la entrada del cementerio bastante cerca del auto. El carro parquea junto a todos los de atrás , puedo ver que aquí hay muchos más hombres que cuando llegué en el aereopuerto. Bajo y mis ojos van a la cantidad de hombres armados vestidos de negro que hay por todos lados, más lo que llegaron conmigo.

A todos nos retumbó lo que sucedió, por poco pierdo mi vida ahí , sin contar que todos le tenían muchísimo cariño a Scott. Entro con Lianne y Ramírez en cada uno de mis lados. Mi corazón se aprieta la ver la lápida de mi esposo.

Descanse en Paz
Scott O'Brian
1995-2023

Unas manos me tocan desde atrás y me giro con los ojos llenos de lágrimas. El rostro lloroso de Jaime es lo que veo y como baja su cabeza con triztesa.

—Lo siento mucho Jaime, no pude salvarlo , no pude hacer nada por él.....

Mis rodillas se hincan en el suelo y comienzo a llorar otra vez con ganas. Recordar su sonrisa , su voz , sus manos , sus ojos, recordarlo a él y que ya no está. Que está en la tierra fría solo sin nadie más, que está siendo comida para gusandos, que ya no estará para mí, que no podré besarlo.

Lloro con fuerza gritando su nombre. Siento que con su muerte se llevaron un pedazo de mí. Vivimos cinco putos años felices y amándonos. Me metí en esta mierda solo para que me arrebataran lo que me hacía feliz.

Sollozo con intensidad por muchos minutos , hasta que me voy quedando sin fuerza, sin ánimos de seguir , sin ganas. Mi abuelo y Jaime me ayudan a ponerme de pie y mi vista cae en las lápidas de Alicia y Jorge. Las lágrimas no cesan y cada vez que voy soltando una me convenzo más de que el desgraciado de Parisi y Stuart van a morir.

Ellos van a morir por mis manos, me voy a encargar de hacerlos sufrir.

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Salimos tarde del cementerio y en el camino de lejos veo el trillo de las tumbas de mis padres, el lugar donde mi esposo y yo comenzamos a salir. En la pérdida me lo dieron todo y con otra pérdida me lo arrebataron.

Es de noche cuando llegamos a la mansión, bajamos y voy directo a mi habitación.

—Ánika cariño , no deberías estar sola..

—Déjela sola señor Castellanos , ella debe salir de esto sola —inquiere Lianne a mi abuelo.

Subo por las escaleras hacia mi habitación y veo que no hay nada de Scott en ella. Creo que es lo mejor ,pues no tengo más lágrimas que soltar por hoy. Voy al baño y tomo una ducha bien caliente.

Seco mi cuerpo y lo envuelvo en una bata de seda, sintiendo que cabeza que estallará de un momento a otro, por lo que busco en el botiquín un analgésico y me hago un ovillo en la cama. Al momento me quedo dormida por el agotamiento mental que tengo.

Mañana será otro día.
Voy a volver y cuando lo haga aprovecharé cada minuto para masacrarlos a todos.

Más allá de lo que se puede Ver Donde viven las historias. Descúbrelo ahora