Una mujer devastada, con su hermosa y larga cabellera al aire, llegaba a la ciudad de Nueva York, bajó el poco equipaje que llevaba, y camino unas cuadras, no soportó mucho, y el piso recibió el llanto que no paraba de salir de sus ojos con ella de rodillas implorando por desaparecer del mundo por completo.
Un auto frenó violentamente, un hombre bajó, caminó hacia ella y levantó del piso a la rota mujer...
-Sabía que no me esperarías - le reprendió el hombre
-Yo.... Yo no... - ella no dejaba de llorar, sus lágrimas corrían cuán ríos y de su boca no salía ningún sonido más.
-Animo mujer, por el momento es la decisión correcta, primero debes estar a salvo, ese hombre no es para jugar.
-Lo se, pero también se que ella sufrirá con el, es tierna, amable, vulnerable...
-No sabes lo que puedes llegar a cambiar por supervivencia, lo hará bien.
-Eso espero señor Smith
-Daisy, estarás bien, ella estará bien, lo que él quiere es a ella, se calmará. - Smith trataba de calmar a la bella chica. - Ahora vámonos, tengo un lugar para que te quedes, pero el barrio no se si sea de tu agrado.
El camino al lugar incierto fue callado, pero sin llanto, la mente de ella procesa a él perderla quizás para siempre, y la de él, como hacerla invisible, el tal Roldan tenía mala fama, engañarlo con un suicidio de momento funcionaria, pero ahora ella debía estar muerta en vida.
Llegaron, entregó las llaves del pequeño departamento, ella abrió, era bastante limpio, ordenado y no muy elegante, pero tampoco muy sencillo.
Jamás se fijó en los alrededores, pero lo que veía, le gustaba en realidad.
-Descansa y mañana vendré, si quieres, puedes revisar el barrio, si no te gusta buscaremos otro lugar.
-No te preocupes, ya lo dijiste tu mismo, estaré bien, solo descansaré hoy y mañana estaré lista para el trabajo que me encomiendes.
Smith salió de ahí no muy convencido, el pequeño edificio albergaba personas solitarias ya que eran departamentos individuales, así que el creía que si ella se relacionaba con más personas igua de solitarias llenaria un poco su vacío.
Su noche fue fría, sentía la soledad recién adquirida crujir con odio en su espalda. Intentó leer un libro, pero hasta ese bendito pedazo de papel le recordaba a ella, sus comentarios de esa abra, su crítica de los personales, lo genial qhe debía ser la autora, por que obvio debía ser mujer. Lo guardó.
Intentó ver la televisión, pero era aburrido. Solo la apagó. Contar borregos era trivial, sin sentido. Intentando una y mil cosas le dieron las cinco de la mañana. Levantó su delgado cuerpo, y limpio y limpio y siguió limpiando, si antes el pequeño lugar estaba limpio, ahora estaba reluciente.
Salió en cuanto escucho ruido en la calle a buscar víveres, prepararía un desayuno de infarto para esperar al único ser vivo que la apoyaba en la vida.
Al bajar, reconoció el lugar, miró un pequeño local justo en la planta baja del complejo de apartamentos. Tatoo solo era el título que pintaba en letras gigantes sobre la puerta.
Ese era su lugar, ella tocó su hombro en la parte de atrás, donde una mariposa anidaba desde que ella y Elizabeth las tatuaron como símbolo de su amor eterno.
Una idea vino a su cabeza en ese momento, entró observó el lugar todo estaba exactamente igual...
-¿Tiene algo en mente? - un joven sonriente le preguntó
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PEQUEÑA
عاطفيةEntre la gente y el bullicio de la gran ciudad, una pequeña de mirada triste, soñadora, como todas las pequeñas del mundo que sueñan y se preguntan ¿que sera el amor?