Calidez | Wenclair AU

08. Lies. Just Lies.

Merlina aún estaba en cama. Se sentía lo suficientemente bien como para levantarse e ir a clases, pero la rubia se negaba rotundamente a dejarla ir, pues según ella, aun estaba enferma.

Esto a Merlina no le molestaba en lo absoluto, pues podía disfrutar de la compañía y calidez de la dama rubia.

Ahora mismo, Enid acariciaba el terso cabello pelinegro de su amiga, mientras que esta tomaba una siesta. Enid miraba la miraba con ternura; sus ojitos cerrados, piel pálida y hermosos labios rojizos cautivaban a cualquiera.

Su amiga era muy hermosa.

De pronto escuchó su teléfono sonar, así que tuvo que levantarse de su asiento e ir a buscarlo a su escritorio. Alguien la estaba llamando.

Ese alguien era Ajax.

No dudó ni un segundo en contestar, últimamente no había hablado mucho con su novio al estar cuidando a Merlina.

—¿Hola? —esperó una respuesta de su parte. Esperaba que el chico no estuviera molesto o algo por el estilo, ya que no se habían visto en varios días.

—Hola Enid... ¿Estás muy ocupada ahora? —Cuestionó el chico —Quiero verte.

Hace un par de semanas, aquellas palabras hubieran provocado que el corazón enamorado de Enid enloqueciera, pero ahora no provocaban ninguna reacción. Estaba claro que su relación ya no era como antes, ya no funcionaba.

—Estoy cuidando a Merlina, a estado enferma toda la semana... Pero puedes venir si quieres, no hay problema con eso, ella está dormida.

—E-está bien... Allá voy.

Y luego cortó.

Ajax amaba a Enid, aunque aveces se comportara como un idiota. Él no quería ser así, simplemente no podía evitarlo. Aunque siendo sincero, el amor que sentía por Enid se asimilaba más a una amistad.

Enid, por su parte, tenía un apego a Ajax, que era más como una obsesión. Sentía la necesidad de seguir con él únicamente porque sentía que, si se separaban, todo lo que había sufrido para pedirle ser su novia habría sido un desperdicio de tiempo.

Su relación amorosa estaba en una cuerda floja, y si seguían así, las cosas podrían terminar mal entre los dos.

Pero ninguno quería eso, aun si sus corazones ya no pertenecían al otro.

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Un golpe en la puerta de la habitación hizo falta para que Enid se levantara nuevamente de su asiento y fuera abrir la puerta, no sin antes acomodar un poco su despeinado cabello.

Abrió la puerta, con una mezcla entraña de sentimientos en el interior.

—Hola. —Ajax fue el primero en hablar esta vez. — ¿Puedo pasar?

—Claro, adelante. —Por primera vez, Enid se sentía algo incómoda a su lado. Sentía que le estaba mintiendo al seguir saliendo con él.

El chico miró a Merlina, la cual parecía más muerta de lo normal en aquella cama.

—¿Cómo está ella? —Preguntó mientras ambos se sentaban en el suelo, sobre una colorida alfombra.

—Ya está mucho mejor, aunque aun está muy débil para ir a clases.

—Ya veo... —Luego de eso, el chico tomó la mano de la rubia, acariciando esta con sus ásperas manos.