14. Cello practice With My Lady...

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Merlina aspiraba el frío aire nocturno mientras se preparaba para tocar el Cello, en el mismo lugar de siempre: su balcón. Con la diferencia que ahora su chica la estaba acompañando, aunque esta estaba muriendo de frío.

— Enid, no hace falta que estés aquí. Sinceramente, prefiero estar sola cuando toco. — Habló la gótica, tomando el arco del cello y acercándolo a las cuerdas.

— ¡N-no! Tú siempre prefieres estar sola, pero está vez quiero acompañarte. — Exclamó mientras se abrazaba a sí misma, sentada en el suelo.

Merlina rodó los ojos ante la actitud de su novia. Dios... Amaba a esa chica.

Derrepente, la pelinegra había alejado el arco de las cuerdas y había dirigido su mirada completamente a su dama. Se le había ocurrido una gran idea.

— ¿Quieres que te enseñe a tocarlo? Ya sabes, para pasar el rato y poder disfrutar de tu compañía... — Le avergonzaba un poco decir esas palabras, aun era complejo para ella expresar sus sentimientos tan sinceramente en alguna ocasiones.

El corazón de Enid saltó de emoción, al igual que ella. Se levantó velozmente del suelo y se acercó a su novia, tomándola de los hombros.

— ¡Está bien! — Gritó, sus ojos brillaban de la emoción, y Merlina, siendo la adolescente enamorada que era, solo la miró con una sonrisa embobada.

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Merlina tomaba las manos de su amada para indicarle donde debía ponerlas. La pobre rubia ya sufría por el tacto de sus dedos con las cuerdas, siendo primera vez que tocaba un instrumento de ese tipo.

— Tienes que intentar conseguir una postura cómoda con la mano para poder tomar el arco correctamente. —  Señaló la pelinegra, quien disfrutaba de la calidez de las manos de su novia.

— ¿Algo así? — Preguntó la rubia, la cual estaba bastante inmersa en la práctica.

— Exacto. Ahora toca la cuarta cuerda al aire, eso debería darte un Do.

Enid, sin saber que coño era un Do, tocó la cuerda que le indicó su novia, asombrándose de más.

— ¡Lo hice, sonó genial! — Exclamó con voz cantarina y una gran sonrisa en el rostro.

— Felicidades, ya eres toda una violonchelista profesional. — Replicó con sarcasmo, causando que su novia frunciera el ceño algo molesta. Merlina río aún mas ante esto.

Miró embobada los hermosos labios de su novia, a quien encontraba cada día mas hermosa. Se acercó un poco más a ella y tomó su mentón con suma delicadeza.

— Cara mia. — Murmuró melosa, alterando los nervios de su novia ante aquel apodo. — Te amo.

El amor si que cambia a la gente, Merlina es el más claro ejemplo de ello.

Yo también te amo, Meloncita.

La pelinegra río, acariciando con gentileza las hebras doradas de su dama.

— Deja de llamarme así, es muy cursi.

— Eres la menos indicada para decir eso.

Y luego de eso, sin más rodeo, se besaron, expresando el amor infinito y puro que sentían por la otra.

Por más tiempo que pasara, Merlina nunca dejaría de disfrutar la calidez de el amor de su vida.

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Holaaa, aprovecho este momento para anunciar que mi segunda historia sobre esta pareja, "En mi hombro", ya ha sido publicada y pueden encontrarla en mi perfil, espero que les guste ^^

Holaaa, aprovecho este momento para anunciar que mi segunda historia sobre esta pareja, "En mi hombro", ya ha sido publicada y pueden encontrarla en mi perfil, espero que les guste ^^

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También tengo que decirles que esta obra no está a más de 3 capítulos de su final, así que disfruten de estos últimos capítulos. Por suerte, la nueva historia que publiqué será mucha más larga :D.
Sin más que decir me despido 🗿

Calidez | Wenclair AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora