15. ❪🔞❫ I had a vision... (1/2)

17.2K 1.5K 669
                                    

"Star boy"

❪ 🔞❫

TW: Contenido erótico, sangre, palabras obscenas.

✩ ─── 「༻ ☪ ༺」─── ✩

Hace meses, Merlina adoraba cuando su compañera de cuarto salía con sus amigas, pues estaba sola, sin esa molesta rubia interviniendo en sus cosas.

Pero ahora que eran novias, que Enid saliera le entristecia, aunque le costara admitirlo. La soledad ya no era lo que más disfrutaba, ahora era estar con su novia, pero ella no estaba...

Y no, no estaba celosa, ni le molestaba simplemente le bajaban los ánimos, le hubiese gustado ir con ella, pero hubiera sido algo incómodo, principalmente porque las amigas de su novia no dejarían de preguntarle cosas sobre su relación, y Merlina no estaba dispuesta a responderles.

La gótica miraba la hoja que yacía sobre su escritorio. Era el final de su novela por la que tanto hacía trabajado. Aquella en donde la protagonista se lanza a un volcán al final, y que al morir, en el infierno la castigan obligándole a ver a su amada siendo feliz con otra persona. Vaya final.

Cuando Enid lo leyó, lloró por 2 días y le pidió a Merlina que dejara de hacer historias tan tristes, porque era muy sensible.

¿Por qué Enid estaba presente en cada uno de sus pensamientos? Si que le traía mal... La amaba mucho, más que a su propia vida. Aunque Merlina amaba cualquier cosa más que su vida, pero se entiende ¿no?

Miró por breves instantes la cama tendida de su novia. Se levantó de su asiento y fue a tirarse a esta. Cuando estuvo ahí, aspiró el dulce aroma de sus sábanas, que tenían impregnadas el agradable olor de su novia.

- ¿Por qué huele tan bien si se baña cada tres días? - se cuestionó a sí misma, aun disfrutando de la suavidad de la cama.

Fue cerrando los ojos lentamente y por más que luchó contra el sueño, terminó siendo vencida por este.

Las pesadillas de Merlina se convertían en sueños con solo sentir el aroma a fresas de su dama.

✩ ─── 「༻ ☪ ༺」─── ✩

Las voces y carcajadas provocaron que Merlina despertarse de su profundo sueño. Abrió con lentitud los ojos y pudo ver a un par de personas paradas en el centro de la habitación, pero no pudo distinguir quienes eran.

- Oh, ya despertaste, Meloncita. Yoko y las demás ya se van, quisieron pasar un rato a hablar contigo, pero estabas dormida. -Era su novia, obviamente. Merlina sin entender nada de lo aue decía, levantó el dedo pulgar y volvió a cerrar los ojos.

Las amigas de su novia se despidieron y se largaron, quedando las dos chicas solas.

Merlina se estiró, bostezó y se levantó para darle un cálido abrazo a su novia.

- Cara mia... Te extrañé. -Murmuró la pelinegra con algo de pena, se sentía demasiado cursi.

Enid se enterneció ante aquel gesto. La gótica se separó del abrazo y empezó a depositar besos en el rostro de su amada.

- Dios... Andas más cariñosa de lo común hoy. ¿A qué se debe eso? - Cuestionó, tomando con delicadeza a su novia de las caderas..

-Uh, pues... Es hora de mi sesión de mimos, ¿lo olvidas?

¿En que momento Merlina se había puesto tan empalagosa? Esto lo se parecía en nada a la Merlina de hace meses.

Enid rió, y con una fuerza que ni ella sabe de dónde sacó, tomó entre sus brazos a la pelinegra, quien se alarmó en un principio. Para evitar caerse, la pelinegra envolvió el cuello y caderas de su novia con sus brazos y piernas respectivamente.

Enid reía, pero Merlina parecía estar tratando de sobrevivir. La rubia caminó hasta su cama y ahí depositó a su amada con delicadeza. Enid se le acercó, quedando sobre ella y sentándose sobre su regazo, dejando cortos besitos por toda la cara de su novia, mientras acariciaba cada parte de su cuerpo.

Enid hacia que Merlina se sintiera en el cielo. O mejor dicho, en el infierno, pues lograba calentarla en solo segundos.

Enid fue dejando un camino de besos por todo su rostro, bajando hasta sus labios, en donde también dejó uno que otro beso coqueto.

Luego fue bajando hasta su cuello, en donde se entretuvo por un buen rato. Las hormonas de Merlina enloquecieron completamente al sentir la calidez de Enid haciendo contacto directo con la piel de su espalda, por debajo de su camisa, y también, los caninos de su novia enterrandose superficialmente en su cuello.

Aquellos castos mimos se habían transformado rápidamente en toques y caricias un poco más subidos de tono.

- Mm- Enid, eran mimos, no que me comieras viva. - Exclamó entre risas, pues la chica loba parecía no querer despegarse de su cuello.

- Lo sé, pero lo disfrutas, ¿no? - Si, lo disfrutaba demasiado, más de lo que podía imaginarse.

A ambas les encantaba sentir la calidez de la otra. Les gustaba tanto, que se quedarían así para siempre su pudieran.

. . .

Calidez | Wenclair AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora