Calidez | Wenclair AU

13. Crystal ball

Ambas chicas estaban en su habitación. Merlina leía un libro que había sacado de la biblioteca, mientras que la Sinclair permanecía sentada en su regazo, abrazándola, pues ya le habían quitado el yeso. Merlina ama estar sola cuando lee, logra concentrarse mejor en la lectura. Pero no podía negarse a la compañía de su dama.

- Meloncita, quiero mimos. - Dijo melosa, acariciando los cabellos de su novia.

- Ahora no, Enid. Estoy leyendo. - Replicó la pelinegra sin mucho interés. La pelinegra amaba mimar a su novia, pero no quería desconcentrarse de la lectura. Enid estaba indignada, rápidamente se separó de ella, con el ceño fruncido.

- Bien, entonces hoy te quedas sin tu besito de buenas noches. - Se cruzó de brazos, haciéndose la ofendida.

Merlina río ante el actuado berrinche de su novia. Tiró su libro a un lado y se acercó al rostro de su amada, depositando corto besos en sus mejillas y mentón, mientras acariciaba sus muslos.

"Todo sea por mi besito de buenas noches" pensó Merlina.

La pelinegra seguía dejando besos en sus mejillas , hasta que fue bajando lentamente hasta llegar al cuello, en donde se dio un par de segundos para inhalar el exquisito aroma de su dama. Esto le provocó algo de cosquillas a la rubia, quien rió por lo bajo. Merlina dejaba pequeños besitos en el cuello de su novia, bajando cada vez más. Con una de sus manos desabotonó el primer botón de la camisa de la contraria para así seguir con su camino de besos.

Las hormonas de Enid ya comenzaban a alocarse, aun así trataba de mantener la calma. La pelinegra desabotonó otro botón, provocando un escalofrío en la rubia ante el frío tacto de los labios de di novia, quien la miraba con una pícara mirada.

-Merlina... - Llamó un tanto agitada. - M-me haces cosquillas, ya para.

Y dicho y hecho, la pelinegra se separó, aun admirando la belleza de su amada.

- Cara mia, eres tan linda, que las ganas de besarte cada vez que te veo son irresistibles. - Formuló con notable deseo. Enid, encantada ante las palabras de su novia, rompió el espacio entre ambas y juntó sus labios en un lujurioso beso.

Ambas estaban inmersas en la otra. Merlina, deseando probar aún más a su querida novia, se separó de sus labios y dirigió su boca hacia el cuello de su amada, el cual besó y dejó levemente marcado con sus caninos.

La respiración de Enid era agitada, el tacto de su novia en aquella zona la ponía bastante sensible. Ambas si que eran unas adolescentes hormonales...

- ¡Mamá, Merlina se está comiendo a una chica! - Exclamó un perturbado Pericles que observaba la escena desde la bola de cristal sobre la mesa.

Que coincidencia que su familia haya decidido llamar justo en ese momento...

- ¡Cállate ya, imbecil! - Gruñó la de trenzas, quien se encontraba sumamente avergonzada.

- ¡Merlina Addams! - La voz de su madre resonó con fuerza. - ¿Qué está pasando aquí?

Estos viejos ya venían a hincharle las pelotas...

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Si bien la manera en la que se habían enterado sus padres sobre la relación de ambas chicas no fue de lo más apropiada, no parecieron tomárselo a mal. Para Merlina había sido una completa tortura hablar con sus padres sobre eso, y es que no paraban de decir lo "infeliz" que estaban por ella, en especial su padre... Enid, además de estar completamente avergonzada, no entendía nada.

Pericles se burlaba constantemente de su hermana, aprovechando que esta no podría hacerle nada. Aún así, Merlina juró que cuando volviese a verlo, lo colgaría boca abajo en una habitación oscura durante horas.

Morticia por fin había entendido todo. Su hija le repetía reiteradas veces que "nunca se enamoraría de un chico, ni sería ama de casa..." porque realmente no le gustaban los chicos, ella moría por las chicas... Siempre tuvo sospechas sobre eso.

Mientras charlaban, la pareja de adultos recordó sus momentos de juventud, siendo unos adolescentes melosos y hormonales, inseparables... Merlina se percató que ella y su novia no eran muy distintas a eso, se había convertido en aquello que había repudiado desde pequeña, vaya pesadilla...

Cuando cortaron la "llamada", ambas chicas quedaron en completo silencio, avergonzadas.

- Melona. -La rubia se encargó de romper el silencio. - Quiero más mimos...

La de trenzas rodó los ojos ante la petición de tu novia.

- Tú no te cansas, ¿No? - Susurró recibiendo un "no" de parte de su compañera. Merlina se acercó a su novia, se encargaría de darle los mimos que pedía, pero antes, tapó la bola de cristal con una manta, no quería más inconvenientes...

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Otro capítulo flojo, bien zzz.
El final de la obra se acerca, pero ya estoy trabajando en la siguiente historia de este ship jjj.
Sin más que decir, me despido 🗿