11. You Will Be My Girl

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“My girl, my girl, my girl.”

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Merlina miraba el reloj, impaciente. Caminaba de un lado a otro, gritaba, reía, saltaba de la emoción... ¿Realmente era ella? Ya no lo parecía, esa dama si que la tenía loca...

Aquel beso que habían tenido esa tarde la había enloquecido por completo. Probablemente, aquella Merlina odiosa de hace unos meses estaría repugnada por la Merlina melosa actual...

Enid aún no volvía de su "cita", habían pasado 3 horas ya, Merlina empezaba a preocuparse. El corazón de la gótica dio saltitos de alegría cuando escuchó la puerta abrirse.

Ahí estaba ella, y se veía tan hermosa como siempre.

— Enid... — Susurró la chica, mirando con cariño y deseo a la recién llegada. Sus pupilas se habían vuelto corazones de tan solo verla. —¿Cómo te fue?...

Enid la miró por algunos segundos, luego comenzó a reír, desconcertando por completo a la de trenzas.

— ¿Aún no te quitas eso de la cara? – Preguntó entre risas, confundiendo aún más a la contraria, que levantó la ceja. — Tienes la cara llena de labial...

Mierda, seguro se veía como una idiota...

La rubia entró a la habitación y cerró la puerta. Miró con una sonrisa a la más baja, la cual parecía bastante ansiosa.

— Terminé con él. — Merlina sonrió al escuchar eso, pero tapó rápidamente su boca, no quería que su felicidad fuera tan obvia. — Quedamos como amigos, y por suerte no le rompí el corazón, el también quería terminar... — Enid sonrió al ver a su chica, la cual parecía que en cualquier momento estallaría de felicidad. — Por cierto... Tengo algo para ti, pero necesito que cierres los ojos, ¿Vale?

Merlina asintió y luego cerró los ojos, ¿Qué tendría preparado para ella? ¿Acaso sería otra colorida pulsera que queme sus retinas? ¿O un libro que probablemente ya leyó miles de veces? Pues no fue ninguna de esas cosas.

— Bien, quédate quieta... — Susurró la rubia.

El cuerpo de Merlina se estremeció por completo al sentir los cálidos y tiernos labios de su amada hacer contacto con los suyos y su mano agarrando su mentón con delicadeza.

La gótica se aferró a las prendas de la contraria, porque creyó que se desmayaría de la emoción.

Se separó por breves instantes, notando como la pelinegra aún mantenía sus ojos cerrados, ansiosa por más. Acarició sus fríos labios y luego se separó por completo de ella para luego sentarse en la cama .

Merlina abrió los ojos, con la respiración algo agitada, tocando sus labios que aún tenían la sensación de estar besando a su "amiga"...

¿Podían considerarse solo amigas a este punto?

— Tú... ¿En serio terminaste con él? —preguntó Merlina, sentándose a su lado.

— En realidad él terminó conmigo, pero el punto es que ya no estamos juntos... — Se rascó la nuca, mientras sentía la profunda mirada de su amiga sobre sus labios.

"Dios. Esta chica si que tiene hambre".

U

na pequeña sonrisa se formó en el rostro de Merlina, la cual se armó de valor y tomó con suma delicadeza la mano de la rubia, como si de un pétalo de rosa se tratase.

— Entonces... — La gótica acarició la mano de su amada. —¿Esta hermosa dama está soltera?

El corazón de Enid estalló de amor.

— Solo para ti, Meloncita. — Sonrió enternecida.

Esas dos si que estaban enamoradas...

Empezaron a acercarse lentamente, dispuesta a unir sus labios en un beso nuevamente, ya habían perdido la cuenta de cuantas veces se habían besado aquel día. El beso no pudo concretarse, pues Merlina se detuvo derrepente.

— Cara mia. — Exclamó, provocando que el corazón enamorado de Enid latiera con fuerza. Amaba ese apodo. —¿Me darías el permiso y el privilegio de besarte?

Enid amaba cuando Merlina era así con ella, la volvía loca. Sentía que esa era una faceta que solo mostraba a ella, la hacía sentir especial.

Sin duda alguna, Merlina era igual de melosa que su padre, estaba en su genética.

— No tienes que pedirlo. — Y finalmente la distancia se rompió entre ellas nuevamente, deseando nunca más separarse. Aquel beso fue tan largo como la eternidad misma, pero aun así, aquellas chicas sentían la necesidad de estar siempre juntas, aun si el mundo alrededor de ellas se derrumbaba.

Estar con la otra era lo único que necesitaban.

Aquella noche, Merlina disfrutó como nunca la calidez de su amada, pues durmieron abrazadas, siendo envueltas por el cariño y amor de la otra.

Y aún al día siguiente, Merlina seguía con aquellas marcas de amor que le había dejado su dama en el rostro.

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Olaa, recuerden que si encuentran alguna falta de ortografía, no duden en decirme ;). Ya tengo los primeros conceptos de trama para la siguiente historia de esta pareja, pero ninguno logra convencerme.
Así que nuevamente les pido a ustedes, mis lectores, ¿Qué trama les gustaría que tuviese la historia? Sus opiniones me ayudarían mucho para poder inspirarme, así que las espero en los comentarios :D
Espero que les haya gustado el capitulo, xao 🗿


Calidez | Wenclair AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora